Resulta penoso y muy lamentable que Estados Unidos nos llegue a calificar como un país racista, en momentos en que estamos soportando una pesada carga con la invasión pacifica de muchos extranjeros, sobre todo de nacionalidad haitiana.
La República Dominicana ha sido sin lugar a dudas, el país que más atención le ha prestado en los momentos difíciles a los vecinos haitianos, que tantas pruebas han enfrentado con las epidemias, fenómenos atmosféricos y sobre todo sus malos gobernantes.
Por eso, resulta increíble, que se llegue al extremo de acusarnos de maltrato a sus ciudadanos por razones de color, lo que resulta imposible si tomamos en cuenta, las ayudas que en todos los sentidos les hemos venido proporcionando a la vecina nación.
Ahora mismo, el Estado de Texas, busca “repeler” a inmigrantes que intentan ingresar de forma irregular la frontera entre Estados Unidos y México, algo muy normal y el gobernador de Texas, el conservador Greg Abbott, adelanto que enfrentara esta situación “como si se tratase de una invasión”.
Es posible que Haití quiera vincularnos con sus conflictos internos que los han colocado toda la vida como una nación fallida, denunciando que la discriminación racial dificulta su relación con la República Dominicana, sin advertir, que ningún otro país del mundo ha sido tan solidario con sus vecinos, como nosotros.
Tampoco podemos, luego de la solicitud de intervención para enfrentar la crisis ocasionada por las bandas haitianas, cargar nosotros solo con la crisis del vecino país.
Por eso, consideramos como “insinuaciones graves”, la denuncia sobre trato a personas de color durante las redadas migratorias, expresada en un comunicado “Alerta, emitido el pasado sábado 19 por la embajada de Estados Unidos en el país.
El Gobierno a través de la Dirección General de Migración está haciendo su trabajo correctamente. ¡¡Tenemos que detener la migración ilegal de la misma forma que lo hacen todos los países del mundo!!
AUTOR: JOSÉ GUERRERO.