Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
8 de mayo 2024
logo
OpiniónFélix Nova HicianoFélix Nova Hiciano

El centralismo democrático, ¿Qué es?

COMPARTIR:

Es necesario destacar que la democracia y el centralismo en realidad son dos partes orgánicamente unidas, que se condicionan una a otra, que conforman una unidad dialéctica: centralismo democrático.

Los principios del centralismo democrático  fueron elaborados teóricamente por Karl Marx y en  su obra La guerra civil en Francia(1871), aunque la versión moderna del mismo término viene a Lenin por su obra ¿Qué hacer?(1902), obra de carácter socialista pero que marcó las pautas de cómo se manejan buena parte de los partidos políticos en la sociedad actual, donde las decisiones políticas de un partido son tomadas por un órgano de alta jerarquía elegido por el mismo partido y sus decisiones son vinculantes para todos los militantes del partido.

El centralismo democrático crea las condiciones necesarias para determinar correctamente la interrelación entre la solución autónoma de las cuestiones locales y la dirección superior del partido, es decir, la relación existente entre la creación individual de cada miembro,  y los grupos con los  intereses de todo el partido; entre la iniciativa y la libre manifestación de los distintos miembros, de tal forma que los militantes sin importar eslabón actúen de forma armónica y organizada, además garanticen la unidad ideológica del partido, la cohesión y acción de todos sus miembros.

Gracias a que la democracia crea posibilidad de participación activa, libre y voluntaria a través de los partidos, el centralismo garantiza unidad de acción y organización de los componentes de éste. Diversidad, heterogeneidad, amplia y profunda democracia en la discusión de el debate, pero luego la unidad y centralidad de la acción .

Cuando hay ausencia del centralismo, un partido puede convertirse en un club de discusión  incapaz de accionar de manera conjunta y sin democracia se arriesga a convertirse en una organización burocrática, cuya disciplina se  convierte en un acatamiento ciego, que por consiguiente, no puede ser firme.

Para existir centralismo democrático, se debe cumplir una serie de principios  en los que  enunciare 3 que explicare con la mayor exactitud posible:

  1. Critica y autocritica: Armas muy buenas para desarrollar un trabajo eficiente, para liberar de errores a nuestras actividades, para poner al descubierto las fallas y lograr su eliminación, para fortalecer la disciplina y obligarnos a ser más exigentes con nosotros mismos.
    Una verdadera actitud crítica dentro del partido exige de los dirigentes y militantes una lucha fuerte contra la tendencia a ver solo los aspectos positivos de las cosas, a ver solamente los éxitos. La critica no es una simple enumeración de errores y ¿Por qué es tan importante conocer las causas? Porque solo si logramos conocerlas la pondremos señalar las medidas que deben adoptarse para no repetir los errores. Si esto no se hace así, la crítica se transforma en un acto destructivo que desintegra al movimiento en lugar de levantarlo.
    En tanto la autocrítica es la forma en que se demuestra si tenemos conocimiento de nuestros errores y si hemos entendido y asimilado una crítica que se nos ha hecho. A través de una autocrítica indicamos nuestras fallas, pero, además identificamos su origen para su posterior superación.
  2. Subordinación de la minoría a la mayoría: Quizás la más polémica de los principios por el título, pero detrás de cada resolución de los órganos u organización partidista, o cada organización de base, está la voluntad de la mayoría. La minoría tiene el deber de subordinarse a la mayoría y de participar con todas sus fuerzas en el cumplimiento de la resolución  adoptada, independientemente de que hubiese sido otra su opinión al ser analizado el asunto sobre el que se tomó el acuerdo.
    El reconocimiento de la mayoría es una manifestación de democracia y al mismo tiempo de centralismo en el partido. Esto es así porque ese reconocimiento obliga a considerar, también integrantes de la voluntad de la mayoría a aquellos que quedaron en minoría.
  3. Principios de dirección colectiva: Un partido no esta formado en torno de un caudillo para proporcionarle el apoyo que este necesita para la realización de sus ambiciones políticas. Por eso, lo que importa es la persona jurídica que es el partido que es lo que al final perdura, la persona no es eterna; como dijo Napoleón Bonaparte una ocasión: “El cementerio está lleno de personas imprescindibles”.
    Para cumplir estas múltiples tareas es fundamental que exista una dirección colectiva en la cual cada uno de sus miembros aporte su visión y preparación para resolver problemas y tareas del momento. Solo una dirección de este tipo es capaz de evitar que se caiga en posiciones individualistas. Esta dirección colectiva debe darse en los distintos niveles de organización del partido. Desde su máxima dirigencia hasta en la base.

No podemos concebir una acción política y a la vez victoriosa si no se logra una acción unificada y para ella es difícil encontrar otro método como el centralismo democrático, son pocos otros métodos como el consenso, método aparentemente más democrático en  principio porque busca el acuerdo de todos, pero en realidad otorga derecho a veto a una minoría, al extremo que una sola persona puede impedir que se logre llegar a implementarse acuerdos con apoyo inmensamente mayoritario.

Comenta

[wordads]