INTRO
Hace poco tiempo, el 2 de abril, se celebró el Día Internacional del Autismo. Hablando con diversas personas sobre el tema me dí cuenta de cómo el cine y la cultura popular distorsionaban un asunto tan misterioso y complejo como es el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Inevitablemente, surgió una pregunta interesante relacionada con esta ¨enfermedad¨ : ¿son las personas autistas más inteligentes que la media?. Esto me hizo reflexionar sobre la enfermedad y analizar por qué la mayoría de las personas creen en esta dudosa teoría. Después de leer el artículo, me gustaría saber qué piensan ustedes.
NEXO
Para poder hablar sobre este tema es imprescindible definir qué es el autismo. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) agrupa un conjunto de trastornos neuropsiquiátricos que aparecen a temprana edad durante el desarrollo. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM-S) ese ¨conjunto de trastornos¨ incluye el Autismo, el Síndrome de Asperger, el Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado, el Trastorno Desintegrativo Infantil y el Síndrome de Rett, entre otros.
El Autismo, a grandes rasgos, es un trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior. El Síndrome de Asperger (AS) es un trastorno neurobiológico. En este caso, a diferencia del autista, estas personas desean la aceptación social pero pueden ser incapaces de intervenir en interacciones sociales. Muchos individuos afectados por este trastorno muestran una habilidad motriz reducida, sensibilidad sensorial, incapacidad de lidiar con algunas sensaciones físicas como sonidos, olores o texturas particulares, dependencia a la monotonía, miedo a los cambios, dificultad para realizar planes o establecer prioridades y obsesión por temas de interés específico y limitados.
El Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado engloba un amplio abanico de síndromes y trastornos que se caracterizan por deficiencias graves y alteraciones en varias áreas del desarrollo como la comunicación, la interacción social y la existencia de comportamientos, aptitudes o intereses estereotipados. El Trastorno Desintegrativo Infantil es un trastorno extraño y poco frecuente. Suele aparecer antes de los tres años. Se caracteriza por una pérdida drástica del funcionamiento de la conducta y del desarrollo normal. Y por último, el Síndrome de Rett, que es una rara enfermedad genética que causa problemas en el desarrollo y en el sistema nervioso. Suele manifestarse más en las niñas.
Reitero que todos estos trastornos se caracterizan porque los individuos se encierran en si mismos, muestran alteraciones en la interacción y la comunicación social, sufren limitaciones en la capacidad de usar el lenguaje y presentan un interés restringido y obsesivo en un tema concreto, comportamientos repetitivos y estereotipados y una intolerancia extrema a los cambios y la frustración.
En general, los síntomas del Autismo coexisten con otras condiciones médicas y psiquiátricas como incapacidad intelectual, epilepsia, dificultades en el control motor, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tics, ansiedad, depresión, trastornos del sueño y problemas gastrointestinales. A esto hay que añadir, que las personas con TEA presentan alteraciones en el procesamiento sensorial, lo que provoca dificultades para integrar información procedente de diferentes modalidades sensoriales. Algunas personas con autismo presentan ecolalia (trastorno del habla que consiste en la repetición involuntaria e inconsciente de palabras, frases, conversaciones, diálogos o canciones) o ecopraxia (tendencia a imitar o repetir involuntariamente movimientos del cuerpo).
Las últimas aportaciones interesantes sobre el autismo parten de la neurociencia. Diversos estudios analizan la relación entre el autismo y las ¨neuronas espejo¨. Las neuronas espejo se caracterizan por disparar cuando se realiza una acción determinada y cuando se ve a otro realizarla. Esto está relacionado con una variedad de comportamientos sociales importantes como: ponerse en lugar del otro, la imitación, la empatía o el lenguaje. Se están realizando importantes descubrimientos en cómo funcionan los mecanismos neurobiológicos de las neuronas. La disfunción en las neuronas espejo y el desorden cognitivo asociado podrían causar los trastornos en el espectro autista, relacionados con el aislamiento social y con la cognición social.
Una investigación interesante está basada en las ondas eléctricas cerebrales ¨mu¨ que tienen una frecuencia de entre 8 y 13 Hz, que se bloquean cuando un sujeto realiza un movimiento voluntario como cuando observa que alguien hace el mismo movimiento. Las ondas ¨mu¨ están relacionadas con la ¨Pars Opecularis¨, una región frontal del sistema de las neuronas espejo (MNS) que presenta poca actividad en niños autistas. El problema es que la teoría de las neuronas espejo relacionada con el autismo no puede explicar la ¨hipersensibilidad¨ a ciertos sonidos de los niños autistas, la tendencia a evitar el contacto visual o la ejecución de movimientos rítmicos y repetitivos con el cuerpo.
El profesor Vilayanur Ramachandran y sus colegas de la Universidad de San Diego realizaron análisis electroencefalográficos (EEG) de niños con autismo. Ramachandran desarrolló la ¨teoría de la relevancia de los estímulos del paisaje¨. Esta teoría se basa en la disfunción de la amígdala, una estructura ovoidal localizada en cada hemisferio, en la base del cerebro. Este órgano sería como un portal de entrada y selección de la información exterior camino del sistema límbico, que es un conjunto de áreas que se encargan de asociar esta información con reacciones emocionales. La amígdala selecciona a qué estímulos hay que prestar recursos atencionales y a cuales no.
Popularmente, estas enfermedades o trastornos están asociadas a un rango muy alto de funcionamiento intelectual, principalmente inducidas por el cine y la televisión. La realidad es muy distinta. Algunas personas con síndrome de Asperger pueden obtener puntuaciones altas en los test cognitivos mientras que individuos con el Síndrome de Rett pueden mostrar distintos grados de discapacidad intelectual.
Tanto las regiones neuronales como los mecanismos neuronales implicados en la alteración de la comunicación social y la integración de la información sensorial relacionada continúan siendo un misterio por resolver. El autismo, por lo descubierto hasta la fecha se asocia a una serie de alteraciones funcionales de predisposición hereditaria (variaciones genéticas) y ambientales como las anomalías del sistema inmune, exposición a tóxicos como los metales pesados o falta de zinc en la dieta.
Diversos estudios sugieren que el TEA puede estar causado por distintas causas como: las anomalías en el crecimiento cerebral, alteraciones en la conectividad entre regiones del cerebro (demasiadas conexiones de corto alcance y pocas de largo alcance). Otros estudios se han basado en las mutaciones genéticas. Al parecer existe un conjunto de genes relacionados con el TEA y la plasticidad sináptica, sobretodo con el número y la fuerza de las conexiones que están interrelacionadas con la actividad neuronal. Es decir, que las mutaciones en estos genes podría conducir a una distorsión de la conectividad y la función neuronal, lo que provocaría dificultades para responder a estímulos externos como los que se producen durante las interacciones sociales.
Según las estadísticas, más del 1% de la población mundial podría padecer TEA. Se trata de un trastorno que afecta más a los hombres que a las mujeres, en una proporción de 5 a 1, cuando el coeficiente intelectual es normal. Cuando los individuos presentan dificultades intelectuales, la diferencia de género se reduce a una proporción de 2 a 1.
Los descubridores del TEA fueron Leo Kanner y Hans Asperger en la década de los cuarenta del siglo XX. En la década de los ochenta, los psicólogos Simón Baron-Cohen, Uta Frith y Alan Leslie, llegaron a la conclusión de que uno de los síntomas más importantes del autismo es la incapacidad para entender los estados mentales de los otros individuos o construir una teoría de la mente del otro. En general, las personas con TEA, tienen dificultades para empatizar y para predecir el comportamiento de los demás. Se cree que estas dificultades son las responsables de los déficits de comunicación y la interacción social. Desgraciadamente, solo es una teoría más sobre el tema.
AUTISMO Y CINE
Existen multitud de películas y libros con personajes autistas. En la mayoría de las ocasiones asociadas a mentes maravillosas como en ¨The Good Doctor¨, en donde el protagonista, el médico Shaun Murphy (Freddie Highmore en la vida real) presenta todos los rasgos de un autista básico. Películas como ¨Run wild, run free¨ (1969), ¨Rain Man (1988), ¨Yo soy Sam¨ (2001), ¨Miracle Run¨ (2004), ¨Mozart and the Whale¨ (2005) , ¨Ben X¨ (2007), ¨Chocolate¨ (2008), ¨Temple Grandin¨ (2010), ¨El faro de las orcas¨ (2016) o series televisivas como ¨House of cards¨ (1993) ¨ The Big Bang Theory¨, en donde uno de los protagonistas, Sheldon Cooper, es un físico teórico con rasgos autistas. En ¨Extremely Loud and Incredibly Close¨ (2011) el protagonista es un inventor, diseñador de joyas, astrofísico y pacifista. Este tipo obras han ayudado a crear una realidad paralela sobre este trastorno.
FINAL
Los medios de comunicación han transmitido una imagen distorsionada sobre el tema autista. Sugieren que estas personas tienen una serie de desventajas en la manera de relacionarse con otros sujetos, pero que tienen en general, unas capacidades intelectuales superdesarrolladas. En el mundo real existen este tipo de personas ¨superdotadas¨ llamadas Savants, pero la gran mayoría de los niños autistas presentan capacidades intelectuales inferiores a la media. Según las estadísticas, el 70% de las personas con TEA presentan diferentes grados de discapacidad intelectual.
Durante las últimas décadas, bajo la supervisión de lo ¨políticamente correcto¨ se ha transmitido una imagen positiva del autismo y esto nos ha llevado a creer que muchos personajes históricos o famosos, por tener algún rasgo autista, sean catalogados como tal. El autor Lewis Carroll, autor de ¨Alicia en el país de las Maravillas¨ ha sido catalogado como autista. Se cree que también eran autistas Wolfgang Amadeus Mozart, Michelangelo Bounaroti, Albert Einstein, Anthony Hopkins, Greta Thunberg, Marcelo Rios, Susan Boyle, Woody Allen, Michael Jackson, Satoshi Tajiri, Courtney Love, Andy Warhol, Antoni Gaudí, Bill Gates, Keanu Reeves, Isaak Newton, Nikola Tesla, Thomas Jefferson, Steven Spielberg o Sócrates.
El problema es que visto desde nuestra perspectiva moderna, muchos genios pueden presentar rasgos autistas. Un estudio del 2007 afirmaba que el famoso físico alemán, Albert Einstein, padre de la ¨teoría de la relatividad¨, ¨pudo¨ haber sido autista porque presentaba características compatibles con esa condición. Según investigadores de las universidades de Oxford y Cambridge, este genio universal padecía el Síndrome de Asperger (SA). Se trata en todo caso de un tipo de autismo moderado. Eisntein tenía dificultades con el lenguaje, con las relaciones sociales y dificultad pata aprender en el colegio. Si es porque se obsesionó con sus teorías, eso nos pasa a muchas personas ¨normales¨. Algunas personas nos metemos a fondo cuando queremos resolver un problema.
Según el experto en autismo, Simón Baron-Cohen, es imposible verificar que una persona muerta padecía autismo. Stanley Kubrick, uno de los directores más famosos de todos los tiempos, autor de obras maestras como ¨la Naranja Mecánica¨ y ¨2001: Odisea del espacio,¨, también esta catalogado como autista. Que le gustaran los animales y que se sintiera nervioso con la gente no deja claro el autismo. Algo parecido ocurre con el director Tim Burton. Su ex esposa Helena Bonham Carter decía que podía serlo. Cuantas mujeres no dicen que sus maridos son tontos y eso no significa que sean retrasados. Dentro de este grupo encontramos también a Michael Phelps, el nadador con más medallas olímpicas, y a Bob Dylan. Mirándolo holísticamente, puede que solo sean tímidos. Ludwin Van Beethoven y Mozart tenían dificultades para entablar conversaciones, pero eso no asegura que fuesen autistas.
Los casos reales de genios con autismo existen, pero representan una minoría. Es el caso de Jacob Barnett, quien fue diagnosticado con autismo grave a los 2 años de edad. Según los expertos, era muy probable que no aprendiera a leer o atarse los zapatos. A los 14 años Barnett acabó estudiando un doctorado de física cuántica. Desde que fue diagnosticado con dos años pasó por diferentes etapas. Durante un tiempo perdió el habla. Cuando recuperó el habla, lo hizo en cuatro idiomas. Acabó en la universidad con 11 años y a los 12 se convirtió en ¨profesor adjunto¨ . A los tres años y medio respondía preguntas complejas sobre el universo. Se cree que tiene un coeficiente intelectual superior al de Albert Einstein. Estudios recientes, sugieren que el autismo puede ser pasajero. Personajes famosos diagnosticados con autismo son Anthony Hopkins, Susan Boyle, Woody Allen, Darryl Hannah, Greta Thunberg y Bill Gates. De todos los posibles autistas mencionados anteriormente, la mayoría no lo son en realidad. Son suposiciones y especulaciones sin confirmación real.
Internet es una herramienta fantástica ca para buscar información. El problema es que se hace difícil separar la información verdadera de la falsa. La red está llena de falsos autistas. Se trata de una estrategia planificada desde lo ¨políticamente correcto¨ para normalizar este tipo de trastornos. Los ¨diagnósticos retrospectivos¨ son intencionados y poco concretos. Intentar cambiar la realidad sobre este asunto es absurdo. Para muchos padres, tener hijos autistas es un gran problema y no una bendición como se nos quiere vender. No nos hagamos trampas al solitario. Utilizar eufemismos sobre este asunto, no cambia la realidad del mismo.
Por Alcides Pimentel Paulino
