Al momento decidirme a escribir este artículo fui motivado por unas declaraciones del presidente Abinader, referidas al tránsito y al parque vehicular. Lo escribo (este artículo) porque no es cierto lo que dice el mandatario, es decir, no es cierto que no se puede solucionar si no mejorar, el problema del desorden en el tránsito vehicular. Debo decir que en estos días pensaba en escribir uno o dos artículos sobre otros temas, pero al leer sobre lo que el presidente dijo sobre el tránsito o el transporte, lo que guarda una estrecha relación con el parque vehicular y con el medio ambiente y la contaminación de éste, me decidí a escribir sobre un tema más abarcador o que viene siendo un eje temático que tiene muchas aristas y se conecta con otros temas que serían transversales como lo es el medio ambiente y/o los recursos naturales.
Había pensado en escribir sobre el asesinato de un empleado de la UASD, porque no debe haber otro calificativo para tipificar el hecho en que perdió la vida Lyedgers Encarnación Peña; en ese escenario casi se produjo una masacre, porque otros uasdianos fueron heridos. Pero hay algo más, ya que uno o dos días antes de que ocurriera el hecho se presentó un sujeto a un programa radial que lleva de nombre: Sergio y Carina, conducido por dos locutores jóvenes que llevan esos nombres. El sujeto es un hombre que se identifica como ultraderechista y que dijo fue agredido en una actividad que fue a realizar en la UASD. Un personaje que se autocalifique de ultraderechista no debe sentirse mal si le califican de neonazi o neofascista, porque tales denominaciones son sinónimas y la vez intolerantes de todo el que se libertad o de todo lo que se oponga al nacionalsocialismo o al fascismo. Sin embargo, Milei es neonazi pero quiere denominarse libertario, pero para disimular, porque su discurso es neofascista o neonazi, pero ya no podrá implantar un modelo exactamente igual al de Hitler o Mussolini, porque el Estado en la sociedad capitalista no puede regular la economía y tener un control sobre los sujetos sociales como en los tiempos de ellos.
Entonces, no se entiende que va a buscar un ultraderechista o fascista (o nacionalsocialista) a una entidad como la UASD que se define como pluralista y tolerante; el fascista es intolerante y el intolerante es parte de una fuerza de choque. Bartolo García Molina en artículo cita a Fernando Abreu como un provocador que ha ido a la Primada de América a pretender sacar a los izquierdistas y progresistas, no sé si es el mismo que fue al programa radial a presentarse como víctima. Pero parece que esto no tiene relación con lo del asesinato de Encarnación Peña, por parte Alexander Jiménez Galván, que fue quien que lo ultimó.
Ya está bueno para querer valerse de los medios para atacar a la UASD, basta ya de posverdad contra nuestra academia, basta de decir mentiras contra la universidad del Estado. Mejor pensemos en la búsqueda de solución de un problema tan grave como la circulación vial, porque el tránsito vehicular caótico y el exceso de vehículos de motor de combustibles fósiles en circulación es un problema para preservar nuestro medio ambiente y afecta nuestra salud. Ese problema tiene solución, pero Abinader no quiere hacer lo que hay que hacer para solucionar ese problema, porque habría que reducir la circulación de los vehículos de motor, con lo que se afectaría el comercio de los derivados del petróleo, afectaría también a los importadores de vehículos.
El propio presidente dijo que este era un gobierno pro empresa. Lo más correcto fuera que dijera que es un gobierno pro gran empresa. Del empresariado, el único sector o fracción del empresariado que tiene estabilidad en sus capitales o que pueden asegurarse de no ir a la quiebra es la gran empresa, es decir la gran burguesía, entre los que están el grupo Vicini, grupo Corripio, Acero Estrella, la familia Abinader, grupo Rica, entre otros. Nótese que exceptuando a Leche Rica, ninguno está vinculado a inversiones en la producción de bienes de consumo, más bien invierten en empresas vinculadas a los servicios en general, al turismo, bienes raíces y las construcciones. Empresas que casi siempre tienen estabilidad en sus inversiones de capitales, aunque se produzca una movilidad de un tipo de inversión a otra. Lo contrario ha pasado con medianas y pequeñas empresas, ya que muchas se han ido a la quiebra. En el caso de las últimas, gran parte del artesanado (sastres, ebanistas y mecánicos) ha ido progresivamente desapareciendo. Lo peor del caso es que esas grandes empresas son las grandes depredadoras del medio ambiente y los ecosistemas, con ello están esquilmando las fuentes de nuestros recursos y al mismo tiempo han estado macerando (exprimiendo) esas fuentes riquezas y mancillando a los trabajadores al pagarles bajos salarios.
Se le ha atribuido a Abinader haber dicho: “En ninguna ciudad del mundo se soluciona el tránsito.” Bueno, esa es la opinión del presidente Abinader, pero no necesariamente tiene que ser la verdad. La dialéctica en la filosofía nos ensena no sólo la ley de unidad y lucha de contrarios, sino la de la negación de la negación y la de trasformación de la cantidad en calidad y viceversa. Si es caótico hoy como nunca la ciudad, no nada más por lo exagerado de la delincuencia del crimen organizado y las pandillas, también por la seguridad privada, los mall, pero sobre todo por el hacinamiento vial debido al crecimiento exagerado del parque vehicular en las ciudades grandes y pequeñas (recomendamos la lectura de Eduardo Galeano: Patas Arriba-La Escuela del Mundo al Revés). El presidente Abinader sabe muy bien que el problema que confrontamos los dominicanos con el tránsito vehicular, sobre todo en Santo Domingo y Santiago, no se da en todos los países del mundo. Ese problema lo tenemos porque ese parque vehicular creció mucho, pero sobre todo porque hubo una campaña mediática –a partir de los años 80- a través de artículos, escritos por el diputado del PRD José Antonio Najri.
Si a finales de 1999 teníamos 1, 090,833 vehículos de motor, incluyendo los motores o motocicletas (estos últimos eran menos del 50 % del total), ya para el 31 de diciembre de 2024 teníamos 6, 194,052 vehículos de motor, de los cuales el 57 por ciento eran motocicletas. Desde finales de 2009 a diciembre de 2025 creció en más de un 50 % al pasar ese último año a más de 6 millones. Es decir, la situación la tenemos no porque venga del más allá, sino porque la hemos creado nosotros, pero no es que no pueda variar porque para eso lo que hay que hacer es tomar medidas para que circulen menos vehículos de motor; de ese modo, menos gentes se enfermaría de cáncer y de afecciones respiratorias que no son cancerígenas; de igual modo, la sequía del Caribe que nos afecta sería más benigna. Lo que pasa es que el presidente Abinader no quiere ser objetado por tomar tales decisiones, que suelen ser son muy centralizadas por el presidente en este gobierno. Él no quiere ser rechazado por empresarios del trasporte y por los importadores de vehículos de motor, casi todos estos son muy contaminantes porque los eléctricos son muy caros.
Como dijo Jaques Custov el culpable del gran desastre ambiental es el consumo. Ahora bien, el peor consumo es el que está asociado a la industria petrolera, pero la gran burguesía a escala mundial se resiste a dejar de enriquecerse a costa del petróleo, por eso se reúnen a decidir en las reuniones del club de Davos y en las del club Bildelberg, para imponer lo que quieren que se haga, deciden (imponen) ellos que son un grupito. Por eso, es decir por ellos, ha fracasado lo aprobado en Alma Ata en 1978: Medicina Para Todos; hace muchos años (más de un siglo) John Rockefeller II, cuando ya tenía más 2,000 millones de dólares, pero no se conformaba con su fortuna siendo el multimillonario más grande del mundo, quiso hacerse más rico y llevándose de asesores comenzó a fabricar jabones, fármacos y otros productos de uso personal a partir del petróleo. Se valió de chantajear a farmacéuticas, médicos y tribunales de justicia para imponer en el mercado los productos que fabricaba. Hoy tenemos un paradigma de la salud muy dependiente de la receta de fármacos cuya composición química que, muchas veces, más que curar o sanar enferma a los pacientes provocando otras dolencias.
Hoy podemos decir que estamos en guerra por petróleo, porque se hace la guerra por petróleo, por gas natural, tierras raras y oro, pero principalmente por petróleo. En una revista cuyo nombre era Cosmopolita (editada en Cuba) del domingo 10 de marzo de 1940, salió un artículo de Aurelio Matilla J., en la cual citaba lord del almirantazgo Ingles, Lord Fisher, quien en 1904 sentenció: “Quien domina el petróleo, domina el mundo.”
Por Francisco Rafael Guzmán F.
