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22 de diciembre 2025
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OpiniónYSAÍAS JOSÉ TAMAREZYSAÍAS JOSÉ TAMAREZ

El ADN en la investigación forense del asalto al museo de Louvre

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El Louvre es un emblema de la memoria europea, en su Galería de Apolo cuenta con un salón rectangular, recubierto de dorados y vitrinas blindadas donde descansan joyas de la Corona Francesa, en ese lugar hace unos días se cometió un robo agravado. Desconocidos forzaron los cristales y sustrajeron prendas preciosas icónicas del siglo XIX, y posteriormente huyeron del lugar dejando un vacío que no se mide solo en euros. Los investigadores y la prensa estiman que el botín asciende a unos 88 millones de euros, destacando entre las piezas robadas, diademas y broches ligados a Napoleón y a la emperatriz Eugenia de Montijo. 

La reconstrucción de la escena del crimen, utilizando para ello, tecnologías disruptivas tridimensional que mostraron a los investigadores que fue una operación del crimen organizado, con planificación muy detallada y con muchísima precisión. Los perpetradores irrumpieron por una ventana del primer piso y accedieron a la Galería de Apolo, llevando herramientas de corte para abrir vitrinas de alta seguridad, desde donde seleccionaron al menos ocho o nueve joyas valiosas y salieron por otros puntos muy diferente al que penetraron. Un pequeño camión con plataforma de elevación fue clave para materializar este histórico robo. Una vez fuera del museo, emprendieron la huida a bordo de dos motocicletas. 

La investigación establece que el asalto se cometió en un tiempo aproximado entre cuatro y siete minutos, según los análisis de las cámaras de videovigilancia y testimonios aportados por personal de seguridad. Durante la inspección de los lugares recorridos por los ladrones, las autoridades encontraron pequeños trozos de las prendas sustraídas. 

En los días siguientes, la investigación avanzó en silencio hasta que se produjeron dos detenciones realizadas por la policía de París, quienes horas después de los arrestos lo confirmaron a la prensa debido a la presión mediática, limitándose solo a referirse a dos hombres de aproximadamente 30 años que están bajo investigación, que el  primero se detuvo en el aeropuerto Charles de Gaulle, en momentos que intentaba salir de país con destino Argelia, y que el segundo fue detenido en las afueras de la ciudad de París. Informan, además, que los detenidos están vinculados con bandas organizadas y asociación ilícita.

¿Qué permitió pasar de la escena del asalto a la identificación de los culpables? El ADN, tal como lo ha publicado la cadena de noticias Franceinfo, quien describe que, en el lugar del hecho o la escena del asalto, quedaron rastros biológicos que coincidieron con perfiles de individuos que ya estaban registrados en la base de dato de ADN de la policía, por haber sido presentado a la justicia por otros hechos criminales (antecedentes criminales), ese cotejo científico orientó a los investigadores hacia los sospechosos, y desencadenó las detenciones. El dato es de suma importancia, porque evita desinformación o teorías conspirativas, y demuestra la profesionalidad con la que los investigadores policiales manejaron el proceso de la investigación forense basado en el método científico. Los perfiles genéticos levantados en el escenario del crimen, al ser comprados con la base genética criminal, dio lugar a la identificación de los autores del robo, y no solo eso, sino que el juez de la investigación emitiera en base a estos resultados una orden de arresto de inmediato.  

La lógica forense detrás de este avance es bien conocida en la práctica profesional, como describo en mi aporte académico científico titulado El ADN en la investigación forense, publicado en el año 2023. En cualquier lugar donde ha ocurrido un hecho o en el escenario criminal, las personas dejan sus vestigios biológicos. La creación de bancos de datos de perfiles genéticos, es de suma importancia para la seguridad publica actual, identificar infractores y vincularlos con hechos criminales resolvería casos actuales y procesos sin resolver. En materia genética, si el laboratorio puede individualizar los vestigios biológicos obtenidos durante el procesamiento de una escena criminal, y cruzarlo con los repositorios fiables, la investigación deja de caminar a ciegas. 

En este sentido, la criminalística de campo necesita equipos especializados de recolección de evidencias físicas, químicas y biológicas, encontradas en la escena de una actividad criminal. El equipo multidisciplinario, bajo la dirección funcional del ministerio público, que proceso la escena de Louvre, colectaron un centenar de muestras entre ADN, huellas y otros indicios, así es que no fue un golpe de suerte, la investigación siempre se condujo con una metodología que multiplica las posibilidades de identificar a quienes tocaron vitrinas, herramientas o objetos del museo. 

La segunda mitad del proceso transcurre en los laboratorios y sistemas de información consisten en bases de datos con perfiles de infractores o condenados, y bases forenses criminales con perfiles de procesados y de indicios biológicos en general, tomados de las diferentes escenas donde ha ocurrido algún tipo de actividad criminal, su utilidad es directa, comparar los genotipos de las evidencias recolectadas en el lugar del hecho con los perfiles almacenados y de esta forma identificar al autor de un ilícito, eso se relaciona con la investigación forense del museo, el rastro genético encontrado en la Galería de Apolo coincidió con los perfiles ya registrados. 

Conviene recordar que la genética forense no sustituye a los actores del sistema de justicia, ni mucho menos a los investigadores, todo lo contrario, fortalece la articulación y va científicamente a los infractores de la ley penal, tal como lo establezco en la obra en el tratado de investigación forense. La identificación humana por ADN se ha convertido en una herramienta indispensable, utilizada en las rutinas de la investigación criminal, pero su valor depende de cómo se obtiene, conserva y presenta, en los tribunales que exigen debido proceso de la cadena de custodia para su fiabilidad y admisibilidad. El ADN no condena por sí solo, pero integra, con fuerza, el rompecabezas probatorio. 

En el contexto de los dos detenidos, la investigación se concentra en identificar al resto del grupo y recuperar las joyas, los investigadores expertos en hurto de patrimonio advierten que piezas de este tipo pueden ser desmanteladas o transformadas para circular en los mercados ilícitos, lo que complica su rastreo, aun así, cada hallazgo por mínimo que parezca alimenta nuevas líneas de investigación y trazabilidad. El Louvre ha reforzado medidas y el Ministerio Público francés mantiene las pesquisas bajo reserva, buscando un equilibrio entre informar y no poner en riesgo la recuperación. 

En este proceso de investigación mi balance es claro, el caso del Louvre demuestra que la seguridad del patrimonio no termina en la vitrina, empieza en la escena y continúa en el laboratorio. Si el rastro biológico se recoge bien, si la cadena de custodia es firme y si el cotejo se hace en bases biológicas robustas, la genética forense cumple su promesa, al vincular personas, lugares y objetos con una potencia probatoria que guía a los investigadores y resiste al escrutinio judicial, ya que va más allá de toda duda razonable. En un museo que durante décadas ha celebrado la belleza del valor de la historia, una huella invisible terminó identificando a los autores de uno de los robos más importante jamás visto en ninguna serie de Netflix.


Artículo escrito por: Lic. Ysaías José Tamarez.

Fecha: 27/10/2025.

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