Porque la universidad es otra cosa
Siempre hubo quienes abrieran el camino de la esperanza democrática de la patria. Ese camino que todo pueblo persigue, ese camino por el que se lucha por el respeto a la dignidad. El camino que comienza y que solo termina con la aceptación del derecho a ser libre.
Ese es el camino, que con el arrojo que muestran los hombres y mujeres, que por el respeto que no acepta vilipendios, pierden la vida, porque no hay aferro a ella, ni temen a la muerte, porque su valor aumenta cuando es producto del patriotismo, trillan para constituirse en ejemplo de la dignidad histórica de un pueblo.
Esos hombres y mujeres, que su decoro, los llevó a dar respuesta al clarín de la libertad, que, llamando a luchar solo a los valientes, que se enfrentaron con gallardía a los que siendo de aquí, parecían y actuaban como que eran de allá y a los de allá, que como los que siendo de aquí, parecían de allá, quisieron desconocer el derecho a la autodeterminación que ningún digno pueblo, como el dominicano negocia.
Que no insistan, porque la antorcha que se encendió en el histórico abril del 65, produjo una llama que nunca se apagará.
Podrán seguir tratando con hechos y acciones, conminar a la memoria del Pueblo Dominicano para que sufra un relax de olvido. Ella, en arrojo patriótico, se revelará a la propuesta y con los sucesos heroicos del pasado, se le dará ejemplo permanente, a los hombres y mujeres del presente y del futuro, para que no permitan que nada ni nadie violente la soberanía que, para lograrla, muchos valerosos dominicanos tuvieron que aportar la vida.
Los soldados valientes, que dieron respuesta al llamado del clarín que llama a la guerra, serán replicados en nuevos hombres y mujeres de la patria, que nos legaron Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Caamaño, Fernández Domínguez y muchos otros dominicanos de la Luz, que no temieron a la oscuridad, para defender la Patria.
La primavera, en abril, llama a ser libres, llama a no aceptar que la autodeterminación del Pueblo Dominicano, sea ofendida, pisoteada o vilipendiada. El camino más expedito hacia la defensa de nuestra soberanía, fue experimentada en el abril de la dignidad nacional, ese abril del recuerdo histórico del honor nacional, nuestro abril del 65, que vivirá por siempre en nuestras memorias.
Loor, a los hombres y mujeres que, con su arrojo patrio, hicieron de abril, una primavera de la libertad y el patriotismo nacional que nunca olvidaremos.
