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21 de diciembre 2025
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3 min de lectura Internacionales

Egipto endurece la campaña de represión para intimidar a la disidencia

El propósito del Ejecutivo encabezado por el presidente, Abdelfatah al Sisi, es transmitir un "mensaje de terror" a todos los activistas, explica en declaraciones a Efe el director de la ONG Red Árabe para la Información de Derechos Humanos (ANHRI), Gamal Eid. (Fuente externa)
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EL NUEVO DIARIO, EL CAIRO.- El Gobierno egipcio ha endurecido su campaña de represión de la sociedad civil en las últimas semanas con la detención de conocidos defensores de los derechos humanos, en un intento de desalentar posibles protestas y de amedrentar a los partidarios de la democracia, dijeron hoy activistas.

El propósito del Ejecutivo encabezado por el presidente, Abdelfatah al Sisi, es transmitir un «mensaje de terror» a todos los activistas, explica en declaraciones a Efe el director de la ONG Red Árabe para la Información de Derechos Humanos (ANHRI), Gamal Eid.

Eid apunta que la última serie de arrestos se inició a mediados de mayo, coincidiendo con unas tímidas protestas populares que tuvieron como detonante el aumento de la tarifa del metro de El Cairo y que fueron aplacadas con decenas de arrestos.

«El régimen está confuso y se da cuenta de la ira del pueblo por la subida de los precios y por el fracaso económico», comenta el activista.

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Entre los detenidos se encuentran activistas, defensores de los derechos humanos, blogueros, estudiantes y hasta un humorista, que han sido acusados de cargos como difundir rumores y noticias falsas contra las instituciones y de unirse a grupos terroristas.

La ANHRI ha hecho un estudio sobre los detenidos, bajo el título «los presos por nada», que muestra que las acusaciones contra los activistas carecen de cualquier fundamento.

De este modo, se ha acusado de unirse a grupos ilegales islamistas a varios activistas que no son religiosos y que son de tendencia liberal o socialista.

Eid dijo que «a las detenciones les falta lógica» y solo persiguen desgastar al movimiento que demanda la democratización del país y alejarlo de la lucha política actual.

Según Eid, las detenciones son una continuación de la campaña que dio comienzo antes de las elecciones presidenciales del pasado marzo, en la que varios opositores a Al Sisi fueron arrestados o presionados para que desistieran de presentarse a la contienda.

«Siento terror ya que el Gobierno no deja otro espacio al pueblo sino la violencia», concluyó Eid.

Entre los nuevos arrestos, se encuentran Wael Abás, uno de los protagonistas de la revolución de 2011; Hazem Abdelazim, un excolaborador de Al Sisi que ha pasado a la oposición, y Waled al Shobki, un estudiante de doctorado en la Universidad de Washington.

El abogado de Al Shobki, Mujtar Munir, relató que el joven fue acusado de unirse al grupo islamista Hermanos Musulmanes, considerado terrorista por El Cairo, y de difundir rumores contra el Gobierno.

Al Shobki ha sido encuadrado en el mismo caso que Wael Abás, pero según el letrado, ambos activistas no tienen ninguna relación.

«Es una campaña sistemática contra la libertad de expresión en las redes sociales», aseveró Munir.

Según el abogado, que también es miembro de la ONG Asociación por la Libertad de Pensamiento y Expresión (AFTE, por sus siglas en inglés), otros jóvenes han sido detenidos por sus comentarios en las redes incluso después de haber suspendido sus actividades políticas.

Esto indica, según él, una campaña de «represalia a todas las personas que tuvieron un rol activo» en las redes en los últimos meses.

La Unión Europea (UE) criticó este martes la campaña de arrestos, por medio de un comunicado de la portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Maja Kocijancic.

«El número creciente de arrestos de defensores de los derechos humanos, activistas políticos y blogueros en las últimas semanas en Egipto es un desarrollo preocupante», afirmó Kocijancic.

El Ministerio de Exteriores egipcio refutó esas acusaciones y aseguró que los activistas no fueron detenidos por sus opiniones o críticas, sino por «cometer delitos punibles por ley».

Sin embargo, varias ONG internacionales también han criticado las detenciones y los métodos usados por las fuerzas de seguridad, que incluyen arrestos nocturnos y aislamiento de los arrestados hasta 36 horas en lugares incomunicados, según alertó hoy Human Rights Watch.