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20 de diciembre 2025
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OpiniónMiguel ColladoMiguel Collado

Efraim Castillo, un escritor merecedor del Premio Nacional de Literatura

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No es el reputado escritor Efraím Castillo el único creador literario dominicano merecedor del Premio Nacional de Literatura, pues hay otros hacedores de literatura que reúnen méritos suficientes para recibir ese importante galardón de las letras dominicanas, pero si observamos el resultado de la encuesta realizada el pasado año por el Centro Dominicano de Investigaciones Bibliográficas, Inc. (CEDIBIL) —dado a conocer a través de las redes sociales— entonces el legendario miembro de la Generación del 60 es el candidato indiscutible para obtener esa premiación.

Castillo —quien es novelista, cuentista, dramaturgo, poeta, ensayista y publicista de larga data— nació en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, el 30 de octubre de 1940. Desde su niñez, y por influencia del ambiente familiar en el que creció,  él ha mantenido un íntimo vínculo de amistad con los libros. A ellos le debe lo que es: un escritor culto, de depurada pluma y poseedor de una formación humanística como pocos escritores dominicanos pueden exhibir. De lo anterior, su cualidad de hombre multifacético: también es locutor, musicólogo, urbanista, cineasta y artista plástico.

El tema referido al oscuro militar Rafael Leónidas Trujillo está presente en su dramaturgia también: su drama Los inventores del monstruo, por el que recibió el Premio Anual de Teatro «Cristóbal de Llerena» 2005, nos presenta a un joven Trujillo ingresando a la Guardia Nacional bajo el entrenamiento y mentoría de las fuerzas de intervención estadounidenses de 1916.

Castillo ha sido siempre un hombre ideológicamente coherente. Impulsado por su pensamiento político de izquierda tomó acción en la Guerra de Abril de 1965, enfrentando al invasor de Norteamérica, que nuevamente pisoteaba con sus botas enemigas el suelo patrio.

En la literatura dominicana pertenece a la denominada Generación Literaria 60, a la que él mismo considera «una juventud atrapada entre la dictadura de Trujillo, el existencialismo sartreano y la revolución cubana». Por la indudable calidad de su producción literaria ha obtenido numerosos galardones: Premio Anual de Novela «Manuel de Jesús Galván» en dos ocasiones (en 1982 con Currículo. El síndrome de la visa; y en 1999 con El personero) y Premio Anual de Cuento «José Ramón López» en 2001 con Los ecos tardíos y otros cuentos (2002). En el Concurso Dominicano de Cuentos «La Máscara» obtuvo el Tercer Premio con «Inti Huamán o Eva Again» (1968) y una Mención Honorífica con «Consígueme La náusea, Matilde» (1967); y en 1980 ganó el Tercer Premio en el Concurso Nacional de Cuentos de Casa de Teatro con «Currículo vitae».

Otras obras publicadas por Castillo: Viaje de regreso (teatro, 1968); Sobre publicidad dominicana (ensayo, 1979); Sobre la especificidad publicitaria (1981); Inti Huamán o Eva Again (novela, 1983); La cosecha (teatro, 1983); Publicidad imperfecta (ensayo, 1984); Oviedo: trascendencia visual de una historia (ensayo, 1988); El discurso simbiótico de la publicidad dominicana (1993); Confín del polvo (poesía, 1994); Rito de paso y otros cuentos (1996); La guerrilla nuestra de cada día (novela, 2002); y Los inventores del monstruo (2005, Premio Anual de Teatro «Cristóbal de Llerena» 2004). Cuentos suyos aparecen antologados en: La narrativa yugulada (1981), de Pedro Peix; Antología del cuento dominicano (1996), de Diógenes Céspedes; y en dos antologías de narrativa breve editadas por el bibliógrafo Miguel Collado: El fantasma de Trujillo: cuentos sobre el tirano y su Era (2005) y Huellas de la Guerra Patria de 1965: cuentos y relatos (2008, en colaboración con Eric Simó).

Cabe destacar que sus aportaciones intelectuales, a partir de la década del 70, al estudio y a la historiografía de la Publicidad en República Dominicana son extraordinarias. Sus publicaciones y conferencias sobre la materia tienen un valor didáctico y un rigor académico indiscutible: Pulso publicitario (sobre publicidad dominicana) (1979), La especificidad publicitaria y su adaptación al entorno social (1983), Publicidad imperfecta (1985) y Discurso simbiótico de la publicidad dominicana (1993) son algunos de sus trabajos más relevantes en ese campo.

A nuestro juicio, Efraím Castillo hace tiempo debió haber sido galardonado, por sus numerosos méritos como creador literario, con el más importante premio anual otorgado en las letras dominicanas: el Premio Nacional de Literatura. ¡Todavía hay tiempo para evitar que acontezca lo que tristemente aconteció con la partida del siempre bien recordado Norberto James Rawlings!

Por Miguel Collado

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