Con la acción libertadora del 27 de Febrero del 1844, a los fines de independizarnos de la República de Haití que nos tenía sojuzgados y narigoneados desde el 1822 en contra de la gran mayoría de los habitantes de esta parte de la Isla, los dominicanos nos zafamos de ese poder hegemónico y abusador, saboreando en consecuencia el néctar de la libertad e independencia.
Ese sentimiento de libertad fue cristalizado por la obra a esos fines de nuestro gran Juan Pablo Duarte y demás Trinitarios y Trinitarias que hicieron suyo ese sentimiento, que por más que han tratado varias potencias extranjeras aunque lo han opacado momentáneamente no han podido aniquilar ese manantial humano de los dominicanos que es la libertad, tal como dice una estrofa de nuestro himno Nacional ´´QUE QUISQUEYA PODRÁ SER DESTRUIDA, PERO SIERVA DE NUEVO,¡JAMAS!´´. Como muestra de que los dominicanos no estábamos dispuestos a dejarnos arrebatar la Libertad e independencia ganada a sangre y fuego, un día como hoy 30 de marzo del 1844 se produce en Santiago de los Caballeros la segunda batalla entre el numeroso y bien organizado ejército Haitiano y los valientes dominicanos y dominicanas,que aunque en esta segunda batalla estábamos mejor armados que en la primera batalla efectuada en Azua el 19 de marzo del mismo año, ya que fue obtenida mayor ayuda económica, por mediación de Ramón Matías Mella y otros dominicanossiendo característico en todas las batallas el alma (no arma) de nuestros patriotas, tomando en consideraciónel minúsculo ejercito dominicano que lucho frente al numeroso ejército Haitiano.
En esta batalla estuvieron al frente de manera principal los generales José María Imbert y Fernando Valerio, quienes con los demás dominicanos que les acompañaban se atrincherados en la Fortaleza denominada DIOS, PATRIA Y LEBERTAD de Santiago de los Caballeros, derrotando al ejército Haitiano invasor dirigido por su General Jean Louis Pierrot, teniendoestos que aceptar la derrota después de una feroz batalla, afianzándose de esa manera nuestra independencia.
El General José MaríaImbert nació en Francia y siendo un adolescente emigró a la parte este de la Isla de Santo Domingo (hoy República Dominicana) ya que sus familiares querían que fuera médico pero él no se sentía con ánimo para estudiar medicina, sino que le gustaba más las aventuras, radicándose en Moca donde se casó con una mujer de ese lugar de apellido Almonte. José María Imbert practicó el comercio y ocupó el cargo de alcalde en esa ciudad, ganándosela admiración y consideración de los lugareños.
El intelectual Manuel de Jesús Troncoso de la Concha en su libro anecdotario publicado por la sociedad dominicana de bibliófilos expresa lo siguiente ´´ cuando José María Imbert y su esposa iban a tener su primer hijo( esto fue antes del 27 de Febrero del 1844 por supuesto), el gobernador Haitiano de ese entonces se le ofreció para ser padrino del niño que estaba por nacer, sucediendoque José María Imbert era relacionado con dicho gobernadorcomo consecuencia de su cargo público que ostentaba, pero él y su familia no comulgaban con el Régimen Haitiano que nos gobernaba, viéndose ellos en tremendo apuro frente a dicho gobernador no sabiendo lo que le iban a contestar pensando que si le decían que no, podían tener el descontento y la subsecuente represalia de este. José María Imbert y su señora sudaron frio, y de repente pensaron en una respuesta común que creyeron no lastimaría los sentimientos amistosos de dicho gobernadorhacia ellos y le dijeron que ellos le agradecían el ofrecimiento, pero que no iba a ser posible, ya que habían comprometido su palabra de que el padrino de su hijo seria el Santísimo, de esa manera el gobernador quedó satisfecho.
El niño que estaba por nacer era el general segundo Imbert Almonte quién fue gobernador de Puerto Plata y ocupó muchos otros cargos civiles y militares, siendo una persona notable de nuestra sociedad dominicana.
En relación a Fernando Valerio este fue un humilde y valiente agricultor nacido en San José de las Matas, Provincia Santiago, quién estuvo al frente del denominado grupo de patriotas que se llamaron los andulleros, quienes se armaron de machetes para defender a Santiago de la inminente invasión del ejército haitiano, pero hay un punto oscuro en su condición de patriotaque como algunos otros dominicanos (los menos) estuvo de acuerdo con la incorporación de la República Dominicana a España, país que mancilló nuestra soberanía a instancia del también importante militar febreritay actor principal en alguna batallas en especial la del 19 de Marzo que se libró en Azuafue este el general Pedro Santana quien por su ciega ambición de poder político y económico se impuso de manera tiránica y con bayoneta en manos como primer presidente de nuestra República, persiguiendo a muerte a Juan Pablo Duarte, su familia y todo lo que le oliera a Trinitario, enlodando y echando por el suelo sus aportaciones militares a la causa dominicana y en consecuencia el justo rechazo de los dominicanos y dominicanas.Sería importante que nuestros políticos cuando estén al frente de un cargo público, en su condición de autoridad defiendan ese sentimiento indeleble e irrenunciable de los dominicanos y dominicanas que son la libertad y la independencia Nacional.
