De porte varonil, al estilo de la gallardía antigua, tenía ese color que heredó de sus ancestros indígenas de las montañas del indígena llamado Bonao, que se acentuaría con la bravura y el imperturbable paso del tiempo, por trabajar desde las campanadas de la aurora hasta el poniente del sol.
Aquino, tenía virtud de vivir en dos mundos: un signado por los libros de cálculos matemáticos en libros cubiertos de hileras de fracciones y operaciones matemáticas.
Hablo de cálculos, no de piedras en los riñones; aquellos que lo llevarían por el camino de los grandes calculistas y uno de los pocos topógrafos que se hizo maestro de generaciones de jóvenes ingenieros en el trazado de curvas de niel, rieles de trenes y grandes obras de la ingeniería que están diseminadas en toda la geografía nacional.
También era el hombre que ponía los pies sobre la tierra, miraba a las mujeres a los ojos, les hablaba con delicadeza, como si les entregara en cada sílaba la belleza de una rosa blanca, en fiestas de navidad o fuera del tiempo pascuero. Este era su otro mundo, el de lo sentimental, ese que no puede describirse en las líneas de un breve cuento.
El cierto, como que el sol sale todos los días que amaba la bebida, pero se sentía incompleto hasta que llegaba a casa y era recibido por el amor de sus hijos.
A veces, había bebido tanto y tanto, que, apenas podía apearse del vehículo de la vieja Línea Duarte de transporte a ciudades de Provincias y de la Costa; que lo traían de vuelta al hogar, un sitio en que no era un extraño.
Su sonrisa era franca y dulce como la miel que recién sale del panal, cuando sabía que no estaba sólo. Un ejército de niños y adolescentes le ayudaba con amor a bajar su cuerpo del vehículo, y entonces se transformaba en padre, en el mejor del mundo; claro está cuando estaba sobrio.
Desde los portales de madera de clavó, Ramona miraba la escena en silencio, con amor sabía que era difícil tratar con un hombre borracho. Fue el hombre que escogió y no todo era perfecto, pero en ella el amor pasó de ser un sentimiento y se convirtió en una decisión.