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24 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

Dos graves errores de la comunicación estratégica

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Hay dos errores que a nuestro entender se incurrieron y han marcado la vida gubernamental del presidente Luis Abinader y su gestión y que con seguridad requieren reparos para la conciencia nacional. Esto es sin incluir el error inaudito de la afamada ley 1-24 que en apariencia bajo de la nube sin lecturas ni autor.

Me concentro en estos dos errores, pues al parecer fueron cortados por la misma tijera. El primero error comunicacional, fue declarar públicamente el 20 de setiembre del 2020, que la República Dominicana era incondicional con la ONU. Y el segundo comentario que le suma una inconducta no deseada, la alocución donde le pedía a Kiko la quema que se entregara, cito: “le conviene entregarse pues ya su compañero estaba en 29 y no iba a recibir el apoyo de los niveles altos y medios”.

En ambos casos la secuencia de eventos que le acompañaron, demostrando que había dicho la verdad en ambos eventos y esto es aun más llamativo, no por decir la verdad, sino las tamañas verdades que dijo.

Con el enunciado de la Incondicionalidad con la ONU, no han valido la pena los múltiples esfuerzos hechos para todo lo relacionado con Haití, muro, soberanía, canal. Pues todo ha quedado como formar parte de un afán reeleccionista y capitalizable políticamente.

Solo por este enunciado dicho, trajo a la memoria la triste agenda 2030 que incluye los pactos de refugiados y migratorios y además, políticas transversales, líneas de acción para los 17 objetivos de desarrollo sostenibles, impuestos por la organización de las naciones unidas.

En este punto, no era necesario que el presidente de la república, a raíz del aniversario de la ONU se pronunciara como lo hizo, pues acompañándole luego todos los temas de las reformas, parecería ser el ideólogo, como si ya no existiere una ley que le obligaba a buscar sus cumplimientos.

Claro, las advertencias fueron hechas mas no oídas, pues ya en noviembre del 2021, informábamos que dada la pandemia, y la crisis económica mundial, las condiciones estaban dadas para revisar la ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo, que resulto ser una búsqueda de cumplir precisamente con el mandato de la ONU con la afamada agenda y los objetivos de desarrollo sostenibles.

En estos menesteres de pactos, reformas, políticas transversales, se enfoco la actual gestión de gobierno y demostró, que las palabras de incondicionalidad con la ONU eran ciertas, por lo que el reconocimiento internacional a su gestión no se hizo esperar. Calificándole como uno de los mandatarios más populares de todo el continente americano.

De ahí la “vos populis” comenzó a interpretar que el presidente Abinader que ya había anunciado su cariño al carguito, recibiría el apoyo de Tío Sam para su afán reeleccionista, a pesar de sus coqueteos con China expresados en algunos momentos.

La otra cara de la moneda, esa declaración o advertencia a Kiko la Quema de entregarse, ha dejado una constelación de dudas sobre la verdad de la fecha de su muerte.

Es que como bien dijéramos en un artículo publicado el 30 de noviembre, ya al día siguiente en las redes se comentaba que Kiko había muerto. Varios días después por arte de magia ya no se escuchaban tiros en Cambita y al final solo quedaban historias novelescas de sus viajes en las carabelas de colon por algunos de los 7 mares.

Era clara, la no conveniencia de que la muerte de Kiko no se produjera tan rápido, pues se iba a interpretar como si fuera un crimen de estado. O un complacer al jefe para ganarse algunos puntos.

Es por eso que ahora, la misma familia dice no reconocer el cadáver y hasta plantean algunos que no se trata de la misma persona.

Desde aquellas famosas declaraciones, dimos a Kiko como muerto, porque lucía tenerse una fecha para su cabeza, y en efecto acogimos la hipótesis, de que su deceso se había producido antes de las 48 del pronunciamiento del presidente de la República para que se entregara.

Pero aun más grave que esto fue el cómo terminaba aquel párrafo expresado por el presidente y vuelvo a citar: “ya no va a recibir el apoyo de los niveles altos y medios”.

Solo esta expresión implica el conocimiento seguro, de que Kiko la Quema recibía el apoyo de los niveles altos y medios, pero ¿de quienes?: de altos y medios rangos de la PN y las demás instituciones castrenses o de hasta funcionarios del actual gobierno.

Claro está, debatir estas expresiones en aquel momento no era tal vez parte de la estrategia comunicacional, pero tampoco lo ha sido este desenlace, que trae a la memoria estas expresiones desafortunadas del presidente Abinader, y que también cubre con un manto de dudas, la historia verdadera de la muerte de Kiko la Quema.

Pero lo más delicado de esta última expresión es el apoyo institucional que luce recibía la Quema. Es que en esos mismos días, se había decidido cambiar al Jefe de la Policía.

¿Y que podría pensarse de estas expresiones de un presidente, que supo mantener al pasado Director de la PN, casi todo su mandato, a pesar de las críticas hechas tanto a Interior y Policía como a esa misma dirección de la PN?.

A veces el afán por lograr ascender en el liderazgo, y precisamente posicionarse, nos olvidamos, que a pesar del poder que siempre es momentáneo, el poder más difícil de lograr y recuperar, no es el de la silla de alfileres, sino el de la credibilidad y la confianza del pueblo que lo elige.

A nuestro entender, estos dos errores de la comunicación estratégica marcan y marcarán para siempre la vida política del presidente Luis Abinader. Y claro, existen correcciones para suavizar la curva, pero esto requiere de una alta dosis de humildad y gran sentido de mea culpa, que no se estila en el perverso pragmatismo de nuestra política.

Por: Julián Padilla

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