Con Don Ramón Emilio Camarena Victoria bien se puede hacer un canto al trabajo, a la humildad y a la honestidad. Por años fue un servidor público laborando con ahínco y vocación.
Ha muerto a los 84 años y sus restos han sido sepultados en el cementerio de la Avenida Máximo Gómez en la capital, donde descansará en paz.
Procreó sólo una hija, Martha Camarena Felipe, administradora de esta Editora El Nuevo Diario, S. A., a quien dedicó todo su empeño paterno.
Y como dicen que quien siembra cosecha, ella supo cuidarlo con amor, esa fuerza que sólo es capaz de hacer maravilla.
Es oportuno expresarles a ella, así como a los hermanos, nietos y demás familiares, nuestro pesar, seguros de que Camarena Victoria tendrá la paz eterna.




