El actual presidente dominicano no brilla por su inteligencia, sin embargo, para los intereses del gran capital es una suerte de líder racional, esto es, tecnocrático. Ahora bien, el modo de conducirse es como si fuera de un líder tradicional, valiéndose mucho del poder, la fuerza y no de la voluntad. El PRM al gobernar se olvidó del movimiento cívico Marcha Verde, en el cual medró para llegar al poder, haciéndose pasar los dirigentes y militantes de ese partido como parte de la Sociedad Civil para participar en las marchas, pera a la Marcha Verde no la catapultó el Partido Revolucionario Moderno.
Fueron otros que lanzaron los trabucazos de ese movimiento de masas, pero esos no les están reclamando (no le pasan factura) hoy día a este infausto gobierno. Por más que se quiera aparentar lo contrario, este es un gobierno que sólo favorece a los grandes ricos, pero no favorece en nada a los pobres (los proletarios) y la clase de la pequeña burguesía y a algunos sectores de las capas medias que se empobrecen cada vez más.
¿Hacia dónde va el régimen político en la República Dominicana? ¿Cuál será su derrotero? Hace unos cuantos años, durante los primeros tiempos del segundo mandato de Leonel Fernández Reyna, el Dr. Luis Rafael Gómez Pérez dijo que Leonel tenia vocación de dictador, creo que no está tal vez muy lejos de la verdad, pero tal vez Luis Abinader Corona sea mucho más autoritario que el Dr. Fernández Reyna.
En tal sentido, creemos que es así, por su manera de gobernar, ya que centraliza mucho las decisiones y hace un manejo manipulador de los medios de comunicación para favorecer su permanencia como jefe de Estado. Esto último no quiere decir que logre triunfar en las elecciones, pues no es tan fácil, aunque puede lograrlo, pero casi habría que coronarlo como monarca de lograrlo. Sólo el proceso inflacionario que según parece no podrá frenar es un óbice para su reelección, aunque su popularidad no haya bajado hasta este momento; pese a que las encuestas como diseño de investigación tienen una alta credibilidad, todavía no es garantía de que el día de las elecciones presidenciales el favor de las simpatías se inclinen hacia él
Otro problema que enfrenta El Presidente es que se ha manejado con una gran torpeza volviendo atrás decisiones que había tomado, aunque usando los medios radiales y poniendo por ellos a la gente a opinar hacen creer que la gran mayoría de los dominicanos acepta como bueno el discurso y las medidas que toma el jefe de Estado, pero la verdad resulta ser que con el tema haitiano Luis Abinader no pega una.
La construcción del muro fronterizo ha resultado ser un verdadero disparate, ya que sería vulnerable, pero parece que había un interés en invertir en su construcción para contratar ingenieros. De igual manera, este gobierno no ha resuelto el problema de la seguridad ciudadana y según parece no se vislumbra la detención de la delincuencia.
Por otra parte, el deterioro de la agricultura dominicana no parece importarle a este gobierno. Tampoco parece importarle el medio ambiente y el cambio climático porque no se ven acciones en tal sentido, ya que construyendo muchas carreteras, presas, viviendas, hoteles y obras viales y expandiendo el turismo y descuidando la agricultura lo que se hace es degradar el medio ambiente; la exagerada extracción de materiales degrada el medio ambiente y reduce áreas boscosas.
Un problema que se le suma obstáculo para su reelección en el actual ambiente electoral son los conflictos al interior del PRM con las alianzas, por llevar candidaturas extrapartidarias. De igual manera, Abinader no oculta, por sentirse orondo con el poder, su interés de privatizar todo lo que sea patrimonio público, por ser un fiel representante de los intereses del gran capital, si no da los pasos en tal sentido ahora para el despojo total del Estado a favor del capital privado, es porque quiere ganar para hacerlo en un segundo mandato.
Entonces, de ocurrir así lloraremos verdaderas lágrimas de sangre. Lo penoso es que muchos de los electores populares están siendo engañados con la dictadura mediática del Presidente. La lucha contra la corrupción no es más que una bola de humo, porque la corrupción es sistémica y de eso se olvidan quienes promueven la lucha contra ella.
El voto popular no tiene muchas opciones si de votar se trata, no hay una buena oferta en las elecciones, pero el que vota de saber lo que representa Abinader, aunque sea su derecho votar por quien quiera. En ningún momento el gobierno favorece que el poder judicial sea independiente para que la lucha contra la corrupción afecte los intereses de la gran burguesía y el capital financiero, grandes responsables del Estado de Malestar que soportamos. Quienes encienden el discurso contra la corrupción, al actuar así no se le imprimen un contenido clasista a la lucha contra el dolo y la prevaricación en las funciones públicas.
El otro problema que el actual gobierno no ha atendido y no parece que vaya a atenderlo es el de la salud pública, trató el actual presidente de vender una buena imagen sobre el mismo cuando aún era un candidato todavía no era jefe de Estado, una vez electo gestionó muchos lotes de vacunas preventivas. Lo que no podemos saber es si se mueven intereses empresariales en las importaciones de las mismas, al comprar algunas vacunas que según denuncias ni se habían hecho observaciones de rigor científico previo a la venta de ellas en el mercado. Se ha denunciado que las vacunas de la COVID-19 han provocado en algunas personas miocarditis y otras dolencias en algunos vacunados.
El señor Presidente de la República no ha tenido ningún reparo en decir que este gobierno (su gobierno) es pro empresa, lo que quiere decir que gobierna para los empresarios, pero más bien lo correcto sería decir que gobierna para la gran empresa y el capital financiero. Este capitalismo salvaje producto del neoliberalismo como modelo dominante en la economía, impuesto hace 4 décadas por el Fondo Monetario Internacional, ha barrido a muchos pequeños y medianos empresarios. Muchos oficios artesanales, como talleres de televisión, refrigeración, radiotecnia, sastrerías, tapicerías, zapateros, relojeros y talleres de mecánica, están en vías de extinción, inducidas por la comercialización de nuevas marcas que son diseñadas para que se dificulten las reparaciones y de las que casi no exportan piezas para tales fines, obligando al consumidor a demandar más rápido. Se trata de artesanos que otrora eran numerosos y hoy día son cada vez más escasos, muchos de los cuales eran pequeños burgueses propietarios de sus pequeñas o medianas empresas.
Por igual han quebrado muchas tiendas de confecciones medianas y pequeñas por la competencia de las grandes tiendas y otras han sido vendidas por algunos inversionistas chinos. Sin embargo, un sector de la pequeña burguesía urbana se torna invulnerable es el de los colmados y colmadones, para el 2013 en la emisora la Z101 estimaban 44,000 la cantidad de colmados y colmadones existentes en todo el país.
Sin embargo, podemos decir que los únicos que tienen garantía de no ser excluidos son los grandes empresarios y el capital financiero, aunque cubriendo las apariencias han quebrado algunos bancos al ser sometidos a la justicia después de realizar operaciones dolosas. Ese modelo en el que sólo hay seguridad para los grandes propietarios, la gran burguesía, ya sea que esta invierta en las grandes empresas de servicios, en las grandes empresas industriales o en los bancos privados, es el que Abinader propicia y defiende. La pendiente que tiene que subir está muy empinada para subirla y salir airoso, aunque se ve arriba. Sin embargo, no hay un cuestionamiento al capitalismo salvaje de parte de la oposición; no hay una oferta antisistémica.
Por Francisco Rafael Guzmán F.
