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26 de diciembre 2025
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OpiniónFlorentino Paredes ReyesFlorentino Paredes Reyes

Desiderio Arias fue reo de sus acciones

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Ante las diversas narrativas históricas en torno a la vida de Desiderio Arias, he querido dedicar un espacio a investigar la vida de este legendario hombre de la política nacional de principios del siglo XX, a los fines arrojar luz sobre las leyendas que se escriben inspiradas en su persona. Debo destacar que sólo aportaré datos comprobables y que, las narrativas propias de escritores y supuestos historiadores dominicanos no son tomadas en cuenta para dar más sentido epistemológico a este escrito. He aquí el resultado de mi investigación:

Nació en Muñoz, jurisdicción de Puerto Plata en el 1872. Vivió sus primeros años en la comunidad de Cañongo, provincia de Dajabón. En el año de 1902 fue designado comandante de armas de Monte Cristi, durante el gobierno de Horacio Vázquez, y en 1904 gobernador provincial, bajo el gobierno Carlos Morales Languasco. A ambos gobernantes los traicionó.

Tras la muerte del presidente Ramón Cáceres en 1911 se destacó como miembro de la facción «Pata Prieta» del partido jimenista. El presidente José Bordas Valdez (1913-1914), quien sucedió en la presidencia a Adolfo Nouel, le concedió a Arias, la administración del ferrocarril, lo que originó la «Revuelta del ferrocarril» (evento social, político y militar desencadenado por la inestabilidad social de la época).

Fue designado ministro de Guerra y Marina en el gobierno de Juan Isidro Jiménez del 1914 al 1916, contra el cual inició un movimiento subversivo, justo cuando los norteamericanos decidieron invadirnos, estableciendo el gobierno de los 8 años, desde el 1916 hasta el 1924. Tiempo durante el cual mantuvo una actitud pasiva ante el nuevo orden político impuesto en el país.

Iniciada la revolución de febrero del 1930 contra el gobierno de Horacio Vázquez, tomó partida en contra, como se puede apreciar en una carta publicada en el periódico Listín Diario del 11 de febrero del 1930, por el  Lic. Elías Brache hijo (como presidente de la Coalición Patriótica de Ciudadanos),  donde Desiderio Arias figuró como  integrante junto a Federico Velázquez, Rafael Estrella Ureña y el Dr. Teófilo Hernández, respaldando la candidatura presidencial de Federico Velázquez, en lo que denominaron “Un único candidato nacional”.

 La Coalición Patriótica de Ciudadanos, estaba integrada por un grupo de partido pequeños que fungieron como conspiradores contra el gobierno de Horacio, entre los que se pudieron destacar el Partido Liberal, del cual figuraba como presidente Desiderio Arias, el Partido Nacional de Martin de Moya y el Partido Progresista de Félix Servio Ducoudray, coalición que el 18 de marzo lanzó la candidatura presidencial de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

La campaña electoral del 1930 dio inicio formal el 10 de abril con la Gaceta Oficial que hizo pública la Ley N. 1274 donde se dieron a conocer los partidos que participarían en los comicios del 16 de mayo: Partido Nacional, Partido Progresista, Partido Coalición Patriótica de Ciudadanos, Partido Liberal, Partido Republicano, Partido Nacional y Partido Obrero Independiente.

La represión desatada durante la campaña de mayo del 1930, que obligó el retiro de las candidaturas opuestas a la “confederación de partidos” ha sido atribuida a Trujillo y al ejército, sin embargo, las tropas del ejercito fueron dirigidas por Desiderio Arias y el general José Estrella, quienes sembraron el terror en todo el país y obligaron a los demás candidatos retirarse de la contienda. Al final fueron premiados por sus acciones: Desiderio Arias como senador y José Estrella como gobernador de Santiago.

Los resultados electorales fueron favorables a la “confederación de partidos” que llevó como candidato a Trujillo y como senadores y diputados a algunos de sus miembros, quienes el 16 de agosto se juramentaron: El nuevo congreso estuvo integrados por miembros de la confederación de partidos. Su presidente Mario Fermín Cabral y el vicepresidente Augusto Chotín. Los secretarios fueron Doroteo Rodríguez y Lorenzo E. Brea (los dos más jóvenes). Entre senadores, estaba Desiderio Arias por el partido Liberal.

Aunque muchos historiadores plantean que la principal reconstrucción que hizo Trujillo fue la ocasionada por el ciclón San Zenón, sin lugar a duda que la reconstrucción política fue la de mayor impacto. En su primer año de gobierno eliminó todos los partidos políticos que desde la muerte de Ulises Heureaux mantenía en la anarquía la República Dominicana y que originó la ocupación norteamericana de los ocho años. Esto incluyó la eliminación de la ““Coalición Patriótica de Ciudadanos”, misma que lo presentó como candidato: El Partido Republicano de Rafael Estrella Ureña, el Partido Liberal de Desiderio Arias, el Partido Coalición Patriótica de Ciudadanos del Lic. Elías Brache, el Partido Nacionalista del Dr. Teófilo Hernández, el Partido Obrero Independiente de Wenceslao Medrano y el Partido de Unión Nacional del general Augusto Chotín.

Desiderio Arias no estuvo de acuerdo en pasar a formar parte del nuevo partido y acogerse a las directrices del nuevo gobierno por lo que enfrentó a Trujillo en los siguientes acontecimientos de los cuales hay evidencias:

El periódico Listín Diario del 27 de octubre del 1930 da cuenta que se produjeron incidentes en Puerto Plata, donde el general Limardo (gobernador de esa demarcación) fue muerto junto a dos de sus acompañantes. El 22 de diciembre del 1930 ese periódico Listín Diario publica una nota Desiderio Arias dirigida a sus amigos políticos, donde afirma que “Aunque no estoy activo en la política hay que apoyar a Trujillo”. El 5 de mayo del 1931 nuevamente el periódico publica otra nota de Arias reiterando su adhesión a Trujillo.

El 11 de mayo el periódico Listín Diario, da cuenta de la rebelión de Desiderio Arias, narrando las gestiones del Dr. Rojas sirviendo como mediador entre Trujillo y Desiderio en los riscos de Guarabo. En la publicación del 19 el Listín Diario reproduce un telegrama de Trujillo informando la destitución de los funcionarios que “no les importa la suerte de mi Gobierno”.

El 17 de junio del 1931 se informa de manera oficial de la rebelión de Desiderio Arias en una nota publicada por la Presidencia en el Listín Diario: 

“Se reporta oficialmente que Desiderio Arias, Francisco Morillo y Victoriano Almánzar, perseguidos judicialmente acusados como autores de la muerte de un agricultor llamado Vertilio Reyes, se encuentran huyendo por las lomas de la Línea Noroeste. Trujillo en persona está dirigiendo la persecución contra Arias en Mao”.

Las noticias publicadas los días 18, 19 y 20 de ese importante medio, dan cuenta de los incidentes:

 Quince generales acompañaban a Trujillo, quien caminó unos 11 kilómetros.

El Listín Diario del 22 de junio publica finalmente un telegrama de Trujillo, fechado del día anterior, el cual fue dirigido al secretario Vidal y al Gobierno:

 “Encuentro de esta mañana murió Desiderio Arias. Cadáver se encuentra camino a Santiago. 

De manera extraoficial se supo que a al general Arias le cortaron la cabeza después de muerto. Ese hecho lo perpetró el entonces teniente Ludovino Fernández, quien años después fue ascendido a coronel jefe de la policía. Es bueno destacar que era el padre del coronel Tomás Fernández Domínguez.

Para el día 25 de mayo el Listín Diario daba cuenta de la muerte de todos los partidarios de Arias. La vacante de Arias en el Senado fue cubierta por el antiguo secretario de Guerra y Marina, general Francisco Antonio Jorge.

Hasta aquí las referencias comprobables de la suerte de Desiderio Arias. Este místico personaje que, dado su perfil, fue un anarquista que gustó desafiar gobiernos cuando no se saciaban sus apetencias políticas y económicas para él y su grupo

Con el paso de los años se han escrito loas sobre este personaje, motivadas por historiadores incapaces de inquirir las acciones que marcaron su conducta a lo largo de su vida. Arias, como todos los caudillos de principios del siglo XX en la República Dominicana, nunca tuvo un ideario político que guiara sus acciones. El interés económico para él y sus consortes fue la regla que marcó sus pasos. 

En su vida, no hubo un presidente contra el cual no organizara un levantamiento armado y, sólo cuando ocupó la gobernación de una comuna o administró alguna dependencia, no hostigó a sus aliados del momento: Horacio Vázquez en el 1902; Carlos Morales Languasco en el 1905; Ramón Cáceres en el 1906; Juan Isidro Jiménez en el 1915 y Trujillo en 1931, pasaron de aliados a enemigos.

Arias no tuvo un ideal político. Participó en las más cruentas acciones antidemocráticas, atentados y asesinatos, de los cuales hay evidencias hasta nuestros días. Definido como un anarquista, es la síntesis de un periodo de transición entre la segunda República y la Institucionalidad al cual, no se adaptó ni comprendió, siendo reo de sus propias acciones.


Por: Florentino Paredes Reyes.

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