Con el tema de lo que fue por muchos años un mercado cautivo que se suplía en el mercado binacional con Haití, al parecer los dominicanos nos acostumbramos a los famosos tira y afloja, los chantajes de siempre. Si no haces esto o si no haces aquello, entonces le pongo veda a tus productos. Y se creaba la crisis.
En esto el presidente Abinader tendrá un mérito que a largo plazo será invaluable. Cerró la frontera, dio el primer paso. Y aunque en mi parecer aún tengo mucho escepticismo sobre las intenciones verdaderas de esto, la respuesta dada por Haití, cierra un ciclo que a mi entender será beneficioso para ambos países.
Que cada país se dedique a hacer lo mejor que puede para desarrollarse, mejorar su sociedad, si es que acaso el interés político deja de estar ubicado en el reparto del botín de siempre y en la producción de nuevas especies marinas a ser judicializadas.
Pero a nuestro entender, en adición a que creemos que a largo plazo será mejor para todo el mundo el cierre permanente de la frontera, lo que en realidad está ocurriendo en Haití con las medidas que diariamente toman para impedir que productos dominicanos entren físicamente a su país, no es ya una chantaje más.
La idea de Haití podría ser no negociar con República Dominicana. Aunque una forma de negociar seria: te compro si me dejas el canal, para citar un ejemplo.
¿Que sería lo más novedoso e importante para el pueblo haitiano que no sea que se le deje el canal?.
Y para colmo la teoría, al menos lo que se informa en la prensa, que no dejo de llamarle teoría, por tantas complicidades y mascaras y agendas desconocidas que se manejan. Para colmo una cantidad de haitianos han regresado a su país y regresan.
¿Cuál sería el meta mensaje?. Ah no nos quieren allá. Perfecto, siembren ustedes, construyan ustedes, hagan todo lo que nosotros hacemos ustedes. Y en adición, véndanle a otros sus productos y nos quedamos con el canal o hay guerra, no tenemos nada que perder!.
Pero todos estos movimientos de Haití que se publicitan, proyectan la idea de una decisión firme para lograr sus objetivos, cualesquiera que sean.
Cuando digo Haití estoy asumiendo necesariamente que las medidas que se implementan, donde podemos ver militares o policías de aquel país, por ejemplo, tirando bombas lacrimógenas a nacionales de aquel país para que no entren productos traídos desde República Dominicana, son medidas del gobierno haitiano (de facto o no).
Quien sea que tenga el control de lo que se hace en Haití en este momento, luce que no se está buscando una reconciliación con la República Dominicana.
Veo una decisión firme de los haitianos, en emprender su camino económico, sin contar ya más con la República Dominicana, es decir, con los empresarios y productos que le hemos suplido por años.
Esto lo advertimos desde que comenzó a perfilarse el conflicto creado y azuzado con fines electoreros. Además de que el tiro salió por la culata, pues los que han resultado cohesionados han sido los haitianos y no los dominicanos. También Haití ha comenzado a hacer lo correcto. A importar sus productos usando los puertos que tiene y recibiendo buques de otros países e Islas del Caribe. Son oportunidades de vender que se abren a otros países que ahora por su propia productividad no van a dejar de aprovechar.
Piénselo, si hay que sufrir tanto para mantener una relación con los dominicanos, ¿qué sentido tiene?. Es como decía una amiga: ¿para qué hacer pipi sangre en una bacinilla de oro?.
También advertimos que era precisamente eso lo que debía ocurrir, cerrar la frontera, terminar con el tráfico de todo tipo por allí, y si se iba a exportar que se usara la carga marítima para ello. Si es necesario consolidar alguna carga para hacer menos costoso el proceso y repartir los costos a los involucrados.
Un despacho conjunto de mercancías para ser transportada hacia Haití en varios buques de carga y listo. Claro esto es lo mismo que pueden hacer los países que ahora aprovechan la crisis para venderle a los haitianos.
Claro, se sabe que el cierre permanente de la frontera tiene un impacto económico en empresas de todo tipo. Los productores, la agroindustria, los furgoneros, camioneros. Todo esto que debió significar inversiones para suplir este mercado.
Pero hay que preguntarse qué es más importante a mediano y largo plazo para el país y nuestra soberanía. Y la única respuesta es su preservación y el poder mantener la paz social en nuestra tierra.
Pero así como los haitianos están demostrando mucha dignidad en lo que no aparente ser un chantaje para negociar, sino para sencillamente comenzar a volar con sus propias alas.
Es bueno que tengamos presente, que los haitianos no van a ceder con el tema del canal. Ese canal lo van a terminar y lo van a usar para sus proyectos.
Ya en el día de hoy finalmente se ha dado la autorización por el gobierno de Kenia para que efectivos de su policía lleguen a Haití para en teoría colaborar con controlar la situación de violencia que se vive. En el día de ayer se informo de un secuestro de niño y enfermos en un hospital de ese país. Y al parecer esto dio la gota de agua que derramo el Vaso y ha hecho que Kenia y otras naciones ya inicien su llegada con sus tropas a Haití.
Hace poco compartimos con ustedes algunos comentarios y decíamos, que si Haití decidía comenzar a construir el muro en la gran franja que aún queda pendiente, nadie se lo podía impedir, siempre y cuando no invadiera territorio dominicano.
Pero tenga usted la certeza que si toman esa decisión, podrían hacerlo al límite donde están las pirámides, o medir y dejar los metros que dejo dominicana en la parte construida. Y luego, enfrentar la situación del famoso patrullaje. Claro esto sería una provocación abierta, pero es el pensamiento que domina en el pueblo haitiano y no nos extrañaría que lo intentaran.
Por la misma razón, creemos que nuestro país, debe re plantearse la construcción del muro y moverlo al límite cuanto antes, para evitar ese conflicto definitivamente previsible.
Como veo las cosas, Haití se ha manejado estratégicamente en todos estos movimientos, han calculado muy bien sus riesgos y han desarrollado un plan de contingencia.
La primera alternativa seria, ustedes hacen lo que nosotros queremos. Y de repente la oferta del famoso pacto nacional, se hizo para negociar con Haití, pues eso de invertir allí para crear empleos allí, no tiene un sentido dominical claro.
Aunque de repente podría ser al revés y en lugar de los haitianos mirar para dominicana, algunos conocedores de temas desconocidos por la mayoría, hacen que estos potenciales inversionistas miren hacia Haití, así como miran los países que Balaguer denomino sus amigos, pero para el Saqueo de sus Recursos Naturales.
La otra alternativa es si hay que pelear pues vamos.
En cualquiera de los dos escenarios, significaría un deterioro del clima de negocios en república dominicana y hasta un desequilibrio en la paz pública.
La posición principista, cuando no se puede encontrar una alternativa sinérgica donde ambas partes en conflicto salgan ganando, y no me refiero a empresarios sino a la nación, si no es posible un acuerdo realmente beneficioso para las partes, entonces la única salida posible es decir: Llegamos al acuerdo, de que no nos pusimos de acuerdo.
Pero cuando se trata de territorios, cuando se trata de soberanía, cuando hay tantas historias patrias y recientes de dolor entre ambos pueblos, lo ideal sería el respeto mutuo y que cada quien tome su camino.
El muro en la frontera debe concluirse. Sin embargo debe completarse no dejando espacios para patrullar. Esa idea no contribuye a la paz entre dos pueblos que no podrán ya reconciliarse.
Aunque se pierda lo hecho, se debería completar el muro no dejando más de un metro del límite donde están las pirámides, para evitar malos entendidos, pero prácticamente cediendo ese metro como franja de nadie. La otra alternativa, es declarar franja de nadie el espacio entre lo que se construye y que Haití levante su propio muro máximo a un metro de las mismas pirámides.
Quedarían las pirámides en el centro de la franja y nadie podría patrullar de ambos lados, pues si se hace, sería prácticamente un enfrentamiento entre dos ejércitos.
Finalmente, creo firmemente, que ya no podemos ver la actitud del pueblo haitiano como un chantaje histórico de las vedas. Sino asumirlo como una realidad y de hecho, por decreto presidencial cerrar para siempre la frontera, sin que exista ya más posibilidad del comercio por la frontera.
El aporte que podría hacer el gobierno si Haití desea comprar nuestros productos, es consolidar la carga en varios buques y facilitar el proceso para que estos buques descarguen mercancías en los puertos haitianos, tal cual nosotros recibimos mercancía importada vía marítima.
Si es necesaria alguna resolución del congreso nacional o alguna ley que deba ser agilizada, me parece que es hora de completar este proceso, para el cierre permanente de la frontera, terminar la construcción del muro y clausurar el mercado binacional en la frontera.
Todos los empresarios organizados tienen un plan a y si no son tontos tienen un plan B. Ya con el camino que ha tomado este tema, ha sido suficiente tiempo para que dichos empresarios ajusten sus inventarios y no tengan un punto de re orden que incluya la venta de unidades hacia Haití.
Una medida que podría tomar el gobierno para suavizar la carga de estos empresarios que demuestren que realmente han tenido un impacto negativo por el cierre de la frontera, es para el ejercicio fiscal del presente año, 30 de septiembre o 31 de diciembre del 2023, reconocer un porcentaje de los inventarios no rotados, sobre todo en el caso de los productos perecederos o alimentos que de no consumirse se dañan.
Que cuando estas empresas hagan sus declaraciones juradas, se les apruebe unas cuentas de inventarios ajustadas, para reconocer una perdida que sea el equivalente a un mes de ventas en dicho mercado binacional.
Sería una amnistía especial para estos comerciantes y empresarios, de forma tal que con este respiro puedan re orientar sus operaciones con niveles de inventarios que no incluyen el abastecer al mercado haitiano por la frontera.
Por Julián Padilla
