En su obra: Las Luchas de Clases en Francia de 1848-1850, Carlos Marx relata como Luis Felipe (el Duque de Orleans, como le apodaban) fue acompañado al Hotel de Ville por el banquero liberal Laffitte en el ambiente de celebración y festejos del triunfo de Luis Felipe quien habría derrotado con la revolución de 1830 a la dinastía de Los Borbones, el banquero dejó escuchar en los oídos del Duque las siguientes: “Desde ahora, dominarán los banqueros”. El banquero Laffitte, al decir esto, había traicionado el secreto de la revolucion.
La que dominó bajo Luis Felipe a partir de 1830, no fue la burguesía, si no una fracción de ella: La burguesía financiera. Como sucede aquí desde que Jorge Blanco negoció con el Fondo Monetario Internacional, como también ocurre hoy día en casi todos los países del mundo. La parte o fracción de la clase dominante o burguesía que domina o ejerce el control del poder político, bajo este gobierno de Luis Abinader Corona, es la burguesía financiera, incluyendo a los dueños de los bancos y financieras y los grandes inversionistas en bienes raíces, construcciones y en empresas de servicios (entre ellas las ARS y AFP privadas), las que tienen grandes relaciones con los bancos y financieras y hasta inversiones en común. Es muy probable que el sector financiero de la economía hiciera grandes inversiones en la candidatura de Salvador Jorge Blanco. La que dominó bajo el gobierno de Jorge Blanco, pero sobre todo después de las negociaciones con el FMI, fue la burguesía financiera. Nada más hay que fijarse en el crecimiento de los activos físicos de los bancos desde entonces para enterarse, a través de las informaciones que se ofrecen, para uno darse cuenta de hasta donde ha crecido el capital financiero.
Sin embargo, aunque algunas grandes empresas industriales han llegado a ser eso grandes empresas, como el caso Leche Rica, no son tantas las grandes empresas que se dedican actividades transformativas, pero en cambio sí tenemos muchas grandes empresas de servicios y comerciales. También tenemos muchas inversiones que tal vez se pueden llamar subterráneas en bienes raíces y tal vez no sean muy pocas. Estas últimas podrían estar entre las más depredadoras y que más daños hacen al medio ambiente, situación ésta que tiende a agravarse en el gobierno del presidente Luis Abinader Corona y su Partido Revolucionario Moderno (PRM). Desde antes de ser elegido presidente, ante el deterioro de la imagen del presidente Danilo Medina y con la intervención del injerencismo a distancia de un poder extranjero, quiso vender Abinader la imagen de un futuro gobernante muy bien informado. Sin embargo, ahora ha dado muestra de que no es así o de no saber manejar mucho el conflicto social. Ejemplo de eso es que en un video, que no debe ser apócrifo si no autentico, cuando se le abordó sobre el supuesto de que un ciudadano haitiano está involucrado en la emisión de las libretas de pasaporte, dijo que no tenía conocimiento. Esas respuestas no le lucían darlas ni Balaguer, en ninguna circunstancia, pero Balaguer las usaba y se valía dela brutalidad del poder para sostenerse ejerciendo su dominación política.
Sin embargo, aunque Abinader después que fue elegido se siente orondo con el poder y se le ve pretendiendo centralizar mucho las decisiones, pese a que la Junta Central Electoral que tenemos durante su gobierno legaliza un partido de un nieto de Trujillo, los tiempos que vivimos no son los mismos de Balaguer. Las acciones dan muestras fehacientes de que no le importa nada la pobreza de amplios sectores de la población, ni tampoco el empobrecimiento de sectores de las capas medias. Peor aún, sus acciones dan cuenta no sólo de que no le importa la exclusión social, si no que conociendo las ansias de acumulación y la voracidad de los grandes empresarios no le importa en lo absoluto la depredación de los recursos naturales y la destrucción de las cuencas altas, medias y bajas de los ríos y arroyos, al mandar a sacar los empresarios guijarros y otros materiales de ríos, playas y montañas (como en el caso de los ríos Yuna, Camú y del rio Nizao en Pizarrete); de igual forma, en nada le preocupa la destrucción de formaciones geomorfológicas en las montañas para reconstruir, construir o reparar carreteras (como los casos de El Mogote en la provincia Espaillat y Curva Dura en Tenares), ni las destrucción de una gran parte del litoral de Nagua extrayendo arena, posiblemente para construcción.
¿A dónde llegaremos por el derrotero que llevamos, con este gobierno del PRM y el gran capital? La vida humana y la vida en general van camino a la destrucción. No hay forma de que el gobierno pueda poner el orden con sus acciones, permitiendo a empresarios privados hacer con los recursos naturales santuarios de pillaje, en vez de proteger la naturaleza para proteger la vida. ¿Cómo podrá haber orden con sus acciones? ¿Acaso puede haberlo, sin reeducar a la población, para ensenarle a no depredar a la naturaleza poniendo el ejemplo la burocracia gubernamental al actuar impidiendo a los depredadores? Ah, pero para eso sí no se usa la fuerza pública, para militarizar barrios como La Puya sí, para agredir a los barrios de los excluidos si se usa la fuerza, pero para enfrentar a los que matan fácilmente para poder extraer materiales de los ríos y destruir esas corrientes de agua dulce no se usa la fuerza.
No hay programa de planificación familiar, en otros tiempos la población del país era muchos menos numerosa y sin embargo sí había planificación familiar y eso contribuía a que la población no creciera tan rápido. Lo que no debiéramos es estar hablando de educación de género, porque en nombre de una supuesta libertad estaríamos actuando contra lo que es natural, aunque si debe de respetar a los homosexuales y respetar el sexo opuesto sin el abuso y sin el uso de la violencia. Pues ahora que somos muchos, más debemos detener el crecimiento de la población y preservar más los recursos naturales, construyendo menos viviendas y dejando de promover ese turismo masivo. Aun ni con las amenazas del Sargazo y el cambio climático quieren seguir promoviéndolo, pero a los únicos que les complacen esa luz verde de Abinader para el turismo masivo que terminará destruyendo al país es a algunos empresarios turísticos, a David Collado y a Rainieri. Por otra parte, las alianzas público-privadas son un verdadero anatema, porque este gobierno pretende acabar con todo el patrimonio estatal, aspiración vieja de los grandes empresarios. No nos sorprendamos que un día no muy lejano si Abinader logra reelegirse las inversiones que el Estado tiene en el sector eléctrico pasen a un fideicomiso para que los empresarios privados se queden con ellas.
Con el gobierno de Abinader no hay bienestar, ni se puede aspirar a que lo haya con las acciones que realiza su gobierno. Con tan sólo hablar de corrupción y sancionar a los corruptos funcionarios del desastroso gobierno de Danilo Medina Sánchez no va a haber un Estado de bienestar y no va a haber un cambio sistémico, porque no bastaría para tal fin con condenar a un grupo de funcionarios y no expropiar a los grandes banqueros y grandes capitales y poner límites a la propiedad privada. Los grandes empresarios son corruptos en su mayor parte. Además de extinguir la gran empresa y el capital financiero privado, los bancos, las ARS, AFP y loterías privadas, para establecer un Estado de bienestar debemos retornar a los controles de precios por una entidad estatal y del cambio de las monedas extranjeras por el Banco Central, el predominio de los servicios de salud públicos, el control parte del Estado de la electricidad, las empresas telefónicas y los aeropuertos. La libertad sindical es una condición de un Estado de bienestar y la igualdad de salario por igual trabajo para el hombre y la mujer.
Prácticamente gran parte de la industria transformativa ha colapsado en nuestro país después que el FMI impuso el modelo neoliberal en la economía y su consiguiente capitalismo salvaje.
El gobierno de Abinader no lo tuviéramos si no hubiese sido por los movilizaciones del movimiento cívico Marcha Verde y por la campaña mediática en contra de las acciones de los desastrosos gobiernos del PLD, pero a la larga este será más desastroso que los del PLD, porque trabaja para buscar todo lo que le convenga a la gran propiedad. Ese es el secreto de Abinader. Da pena que no se ha notado ningún cuestionamiento importante y contundente de Marcha Verde contra las malas acciones del gobierno. Sin embargo, Marcha Verde abrigó ilusiones en muchos de sus integrantes. El problema ahora no es pretender mantener un discurso propio de décadas pasadas, cuando la época de la Guerra Fría, si no plantearse resolver los problemas de los Estados llegando a la raigambre principal, si queremos salvar al planeta no puede haber grandes propietarios y ni tampoco bancos privados. No debemos sembrar ilusiones sin tener un norte definido, Abinader y su PRM aprovecharon la Marcha Verde para colarse y ser gobierno sin que el pueblo se mereciera su gobierno del gran empresariado. No vivimos bajo un gobierno preocupado por las reformas como fue el de Bosch y que no lo dejaron gobernar y no hemos tenido una democracia como la que intentó dirigir Bosch y debemos aspirar a una auténtica democracia popular, donde el ciudadano participe en la toma de decisiones de asuntos que le afecten.
Se puede decir que los excluidos de nuestros barrios marginales y populares y de nuestros campos son los que sufren en carne propia las embestidas de la violencia del pandillerismo. Los pandilleros forman sus bandas o pandillas en esos barrios y atacan a gentes que viven como ellos en sus mismos barrios y cuando tienen oportunidad se van a otros sectores a delinquir. En principios, cuando comenzaron a surgir en los inicios de los 80, algunas de esas bandas o pandillas empezaron a atacar algunos clubes juveniles. Luego, con las migraciones, fruto del malestar que trajeron las negociaciones con el FMI a partir de 1984, los clubes se comenzaron a extinguir. La exclusión social y su precursora la pobreza extrema generan violencia que si no se canaliza como rebeldía contra la injusticia del statu quo establecido se convierte en delincuencia. La división de clases y las grandes desigualdades que esta provoca en la sociedad son el caldo de cultivo para el Estado de malestar.
Marcha Verde sembró ilusiones. Un novelista romántico francés del decimonono fue Honoré de Balzac, entre sus novelas tenemos dos que se titulan: Ilusiones Perdidas y El Lirio en el Valle. La última puede asociarse con la pureza de una joven, porque se asocia el lirio blanco con la pureza, pero Ilusiones perdidas se asocia con la pérdida de la ilusión, pero no perdamos la esperanza en algo nuevo. Necesariamente tenemos que salvar la vida, salvando al planeta. Como es posible que en un país con apenas 48,000 kilómetros cuadrados se tengan alrededor de 5,000, 000 de vehículos de motor, con la producción agrícola muy deteriorada, se sigan importando vehículos y destinen las pocas tierras de cultivos que tenemos para construir casas, urbanizaciones, calles y carreteras. El Listín Diario de hoy dedica unas 24 páginas a la publicidad de ventas de automóviles y camiones. Esto es un desorden que hay que detenerlo, porque el país no puede seguir siendo para los bancos, el gran capital y los importadores. Todo país necesita superar la dominación del gran capital, acabar con la hegemonía del capital financiero privado y planificar la economía para construir un Estado de bienestar y la preservación de la vida.
Habrá que hablar y cuestionar hasta saciedad las malas acciones del gobierno y seguir hablando del sargazo, el calentamiento de aguas en Azua y la muerte de peces y crustáceos, la destrucción de manglares y de arrecifes de coral. No podemos sembrar ilusiones y que luego sobrevengan las malas acciones que no se correspondan con las ilusiones sembradas, porque serán ilusiones perdidas. Hasta pronto.
Por Francisco Rafael Guzmán F.
