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29 de diciembre 2025
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OpiniónAlcides Pimentel PaulinoAlcides Pimentel Paulino

Deporte y género

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Tradicionalmente, los seres humanos nos hemos dividido en hombres y mujeres, pero estas dos categorías biológicas son cuestionadas por diferentes organizaciones, principalmente desde el colectivo LGTBI. El debate está abierto y afecta al mundo del deporte de una manera directa, obligando a un replanteamiento en cuanto a las reglas y las categorías deportivas.

 

¿Qué es ser transgénero?. El sentimiento no evita la diferencia biológica. A grandes rasgos, se define como hombres a aquellas personas que tienen testículos que producen testosterona (T) y mujeres como las personas que tienen ovarios que producen estrógenos (E). La  testosterona estimula el crecimiento muscular, mientras que los estrógenos producen exceso de grasas y cierran las placas óseas dando lugar a una menor estatura. El tema se complica cuando desde la comunidad científica se acepta que existe la ¨disforia de género¨. Es decir, personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer o de las características físicas asociadas con el sexo.

 

Según el especialista en psiquiatría juvenil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango, hay que ir con mucho cuidado al hablar de este delicado tema, ya que se está observando una especie de ¨moda¨ en jóvenes que afirman padecer la disforia de género. Este experto afirma que ha pasado de uno o dos casos al año a un 15% de adolescentes ingresados por este tema. Afirma que puede tratarse de una ¨moda¨ que se complica en España con la llamada Ley Trans. Hasta ahora, para hacer un cambio en el Registro Civil sobre identidad de género era necesario la hormonación durante dos años, un diagnóstico de disforia de género e informes médicos que certifican el problema. Cuando de apruebe esta ley, bastará con la ¨autodeterminación de género¨ para ser reconocido hombre o mujer.

 

Las mujeres cuyos ovarios producen mucha testosterona existen y se conoce como Síndrome Hiperandrogénico (SOP). La testosterona que se considera normal en las mujeres se encuentra entre 2-5 nmol/L y 20 nmol/L en los hombres. Se dice que el término ¨hiperandrogenismo¨ es un invento del Comité Olímpico Internacional (COI) y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), para no reconocer que había hombres compitiendo como mujeres, alterando las competiciones deportivas. Para intentar solucionar este problema, el Tribunal de Arbitraje Deportivo, entre 2011 y 2013, intentó crear un ¨pasaporte biológico¨ para los atletas. Todo este asunto surgió años antes, cuando algunas federaciones africanas, sobretodo de fútbol, inscribían a jugadores jóvenes en competiciones internacionales, con una edad menor a la que le correspondía legalmente.

 

Existe una superioridad  ¨física¨ entre hombres y mujeres que no podemos obviar. Es una realidad objetiva. El problema de la identidad de género es muy complejo, pero afecta a pocas personas. Las categorías se hacen para equilibrar los diferentes niveles en el deporte. El sexo es uno de ellos. En boxeo, por ejemplo, a nadie se le ocurriría una pelea entre un peso pesado y un ligero. Esto solo pasa en las películas. Un golpe del primero podría causar daños irreparables al segundo. No sería una pelea equilibrada.

 

En el 2005, el Comité Olímpico Internacional (COI) y el organismo que regula el atletismo en EE.UU, anunciaron que permitirían competir a los atletas con el género con el que se identifican, pero solo después de haberse sometido a cirugía y de haber estado al menos dos años con terapia de reemplazo de hormonas. De momento, los casos más conocidos son los que han hecho el cambio de hombre a mujer, no viceversa. Esta problemática está obligando a muchas federaciones a replantearse sus reglas de competición, ya que biológicamente hablando, están compitiendo hombres contra mujeres.

 

Se ha estudiado que en las personas trans, los niveles de hemoglobina  (la proteína que transporta el oxígeno en la sangre por el cuerpo) en las mujeres transgénero alcanza niveles ¨parecidos¨ al de las mujeres biológicas después de unos cuatro meses de terapia hormonal, mientras que la masa corporal y la masa muscular tarda más tiempo en reducirse.

 

Los casos más importantes que han llegado hasta la opinión pública son los de la sudafricana Caster Semenya y la estadounidense Lia Thomas. Son casos, totalmente diferentes, pero al ganar campeonatos han revolucionado las categorías femeninas, levantando un intenso debate sobre las divisiones de género en los deportes, principalmente profesionales. El caso de Caster Semenya todavía no está resuelto. Est@ deportista por su condición intersexual alega una particularidad hormonal. Según sus abogados, Semenya sufre ¨hiperandrogenismo¨. Según algunos expertos, Semenya tiene testículos y un DSD masculino. El asunto es que en el deporte se hacen las clasificaciones en base a categorías biológicas, no identitarias. Esta sudafricana es doble oro olímpico y triple oro mundial de 800m. Sebastian Coe, presidente del World Athetics reconoce que algunas atletas trans corren con ventaja. El hiperandrogenismo consiste en que su organismo genera tres veces más testosterona que el de una mujer clásica. Ella se medica para cumplir con los 5 nanómetros por litro de sangre que exige la organización de atletismo.

 

Semenya afirma que sabía que era transgénero, pero en aquella época tenía que ocultarlo. ¨Vivía como un niño, pero se sentía una niña¨. Afirma haber sido perjudicada por sus altos niveles de testosterona. La corredora india de 100m, Dutee Chand, también tiene niveles naturalmente elevados de testosterona, pero le permitieron competir en Tokio. El meollo del asunto es que no existen estudios serios sobre el tema.

 

La ex atleta y doctora Joana Harper aconseja al COI sobre el caso Semenya. Esta doctora asegura que su rendimiento durante el ¨proceso de cambio de sexo¨ se redujo hasta en un 12% cuando inició el tratamiento hormonal. Harper es consejera para el Comité Olímpico Internacional y está en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Será uno de los miembros en tomar una decisión sobre el caso Semenya. Harper cuenta que en los años sesenta (60´s) se sentía una niña en un cuerpo de niño, pero que no podía hablar sobre el tema en aquella conservadora sociedad. Vivía en un pueblo de Ontario llamado Parry Sound. Afirma que desde los 6 años supo que era transgénero. La exatleta renunció a la competición cuando inicio el cambio de sexo. Para la extenista Martina Navratilova la presencia de transexuales en las competiciones femeninas es ¨insano, tramposo e injusto¨.

 

La inclusión de atletas trans en las competiciones deportivas evoluciona lentamente, pero está llena de obstáculos. Laurel Hubbard en 2021 fue la primera atleta transgénero reconocida que participaba en unos JJ.OO; y generó mucha controversia. A la española, María José Martínez Patiño se le obligó a someterse a pruebas para confirmar su sexo. El estudio descubrió que poseía el cromosoma Y (generalmente masculino) y se le retiró la licencia para competir en 1986. Años antes, en 1967 se retiraron los tres récords del mundo de la corredora polaca Ewa Klobukowska porque en aquella época debía ser considerada como un hombre. Casos como el de CeCe Telfer (Craig Telfer) han avivado aún más la polémica. Como hombre, esta atleta obtenía resultados mediocres, pero desde que compite como mujer, no tiene rivales.

 

La Federación Internacional de Natación (FINA) prohíbe a las nadadoras transgénero participar en las pruebas de élite femeninas si han pasado por el proceso de pubertad masculina. Se pide que el cambio de sexo se haya producido antes de los 12 años. De los 152 miembros de FINA. EL 71% votó a favor. Esto quiere decir que no existe unanimidad sobre el tema. El caso de la nadadora estadounidense Lia Thomas es el más controvertido.

 

PRUEBA Mujeres Hombres
100 m Florence Grifith-Joyner (USA)

10,49

Usain Bolt (Jamaica)

9,58

200 m F. Grifith-Joyner

21,34

U. Bolt

19,19

400 m Marita Koch (GDR)

47,60

Van Niekert (Sudafrica)

43,03

1.500 m Genzebe Dibaba (Etiopía )

3.50,07

Hicham El Guerroj (Marruecos) 3.26,00
5.000 m Letensenbet Gidey (Etiopía ) 14.06, 62 Joshua Cheptegei (Uganda )

12.35,36

10.000 m Letesenbet Gidey (Etiopía)

29.01,03

Joshua Cheptegei (Uganda)

26.11,00

Maratón Brigid Kosgei (Kenia)

2h14m04s

Elud Kipchoge (Kenia)

2h01m09s

Salto Altura Stelka Kostadinava (Bulgaria)

2m09 cm

Javier Sotomayor (Cuba)

2m 45 cm

Salto Longitud Galina Chistyakova (Rusia)

7m 52 cm

Mike Powel (USA)

8m 95cm

Lanzamiento de Disco Gabriele Reinsch (RDA) 76m 80cm (1kg) Jurgen Schult ( Alemania)

74m 08 cm

 

Tenis (Velocidad Saque Sabine Lisicki (Alemania)

210 km/h

Sam Groth (Australiano)

263 km/h

 

 

La Unión Ciclista Internacional (UCI) endureció sus normas para evitar nuevas polémicas. La ciclista transgénero Verónica Ivy fue la primera trans en proclamarse campeona mundial de ciclismo en pista. Sus comentarios en Twitter llamando a sus rivales femeninas ¨mediocres mujeres cis¨no ayudan a resolver el problema. La ciclista trans Rachel Mckinnon recibió más de 100.000 mensajes de odio en Twitter, tanto de hombres como de mujeres, después de ganar el campeonato mundial. En muchas universidades estadounidenses se están concediendo becas a atletas hombres que dicen sentirse mujeres, como ocurre en los casos de Andraya Yearwood y Terry Miller.

 

La rubgy League prohibió la participación de personas transgénero en las competiciones internacionales. En deportes como el triatlón, se prohíbe que atletas trans compitan en eventos femeninos. Algunas federaciones están creando ¨categorías abiertas¨ para solucionar el problema de la inclusión de las personas transgénero. Esta categoría englobaría a los hombres y a todas las atletas que quieran apuntarse para no perjudicar la equidad de género.

 

Existen unas ventajas fisiológicas difíciles de evitar. El tratamiento hormonal no elimina las ventajas, solo las reduce. ¿Es posible suprimir la testosterona del cuerpo? Las ventajas biológicas en el deporte de los hombres son evidentes en atletismo, natación, rugby, ciclismo, fútbol o baloncesto. En el ciclismo de pista, las distancias son diferentes para hombres y para mujeres. La fuerza física en algunos deportes es un factor determinante.

 

Los hombres tienen mejores marcas que las mujeres en deportes que exigen fuerza y explosividad, pero también en pruebas de fondo como el Maratón o los 10.000 metros. La ventaja es aproximadamente de un 10% entre ambos sexos. En pruebas de ultrarresistencia (pruebas de más de 6 horas) como los triatlones las diferencias se reducen, pero se hace muy difícil recuperar cuando las ventajas son muy amplias. Algo parecido ocurre en natación, en donde ellas tienen unas supuestas ventajas fisiológicas, no socioculturales, que les beneficia. Sin embargo, las marcas de los hombres son mejores.

 

Según la Ciencia, las mujeres tienen mayor proporción de fibras lentas (tipo I), mientras que los hombres tienen mayor proporción en las del tipo II. Las primeras controlan mejor la fatiga y tienen mejor suministro de oxigeno. Según algunos especialistas, las mujeres son menos explosivas, pero más resistentes.

 

Para la actividad física nuestro cuerpo obtiene energía por dos vías: los hidratos de carbono y las grasas. Cuando caminamos, utilizamos grasa, pero cuando corremos, utilizamos hidratos de carbono, vía glucolítica. Las reservas de glucógeno son limitadas. Es difícil comparar marcas en pruebas de ultraresistencia, ya que no existen muchos profesionales que se dediquen a ellas y además, en general, las mujeres entrenan menos que los hombres.

 

En los deportes profesionales el público busca espectáculo. Las leyes económicas del mercado hacen el resto. De ahí que en deportes como el Golf, el baloncesto, el balonmano. el squash o el fútbol, las mujeres ganen, alrededor, de un 30% menos que los hombres. A medida que las competiciones femeninas vayan aumentando su competitividad y espectacularidad, irán aumentando los ingresos de los premios femeninos. Por ejemplo, el boxeo profesional femenino solo es olímpico desde los juegos de Londres 2012. Existen torneos deportivos, como el US Open, en el que hombres y mujeres reciben el mismo premio. Estadísticamente, el 60% de los deportistas son hombres y el 40% son mujeres, pero los patrocinadores se reparten en un 96% para los hombres y solo el 4% para las mujeres.

 

En términos absolutos, las mujeres presentan limitaciones físicas respecto a los hombres. Un menor consumo máximo de oxigeno (VO2 max) determina la velocidad a la que podemos correr y esto es muy importante en el rendimiento final. Los hombres presentan mayores valores en esta capacidad para transportar el oxigeno a la sangre. De media, los hombres son un 10% más pesados, un 8% más grandes y un 7% más altos, tienen un 40% más de fuerza física y entre un 10-20% veces más de testosterona. Los hombres tienen los brazos más largos, y las caderas más estrechas. Esto último influye en la velocidad a la que podemos correr. En los ¨Homo sapiens¨, los hombres han sido tradicionalmente los cazadores.

 

Las mujeres tienen ventaja cuando se trata de flexibilidad y equilibrio, como ocurre en la gimnasia. Las mujeres son más eficientes a nivel neuromuscular. Ellas son más sensibles en movimientos manuales. Tienen más desarrollado el olfato, distinguen mejor los colores y soportan mejor el dolor. Las mujeres presentan mayores niveles de grasa y menor masa muscular total que los hombres. La masa muscular y los niveles de hemoglobina son más bajos en las mujeres que en los hombres. El peso es importante en pruebas de fuerza y resistencia. Las diferencias hormonales entre hombres y mujeres son muy acusadas. En los hombres predominan los andrógenos (testosterona principalmente) y en las mujeres los estrógenos y la progesterona, sobretodo. Los dos sexos tenemos las mismas hormonas, pero en cantidades diferentes cuando somos adultos.

 

Las mujeres tienen testosterona, pero en pocas cantidades. En las mujeres, pequeños cambios hormonales generan fuertes cambios fisiológicos, como ocurre durante la menstruación, mientras que los hombres mantienen una regularidad hormonal. La testosterona es una de las principales hormonas para el rendimiento. Cuando pasan la pubertad, las mujeres tienen entre 15 y 20 veces menos testosterona que los hombres y 8 veces más estrógenos que contrarrestan los efectos de la testosterona. Se calcula que las mujeres tienen, de media, entre un 8-10% más de masa grasa que los hombres. Entre ambos sexos existen unas diferencias de fuerza, sobretodo de fuerza absoluta, no relativa. La relativa es el peso que se puede levantar en relación a la masa muscular.

 

Uno de los pocos precedentes en el mundo del deporte en el que se han enfrentado hombres y mujeres es el histórico partido de tenis del 20 de septiembre de 1973 que enfrentó a Bobby Riggs contra Billie Jean-King. El tenista había realizado unos comentarios muy ofensivos contra su rival y contra todas las mujeres en general. Dijo, literalmente, ¨las mujeres apestan¨. Solo hay que decir que Bobby era un bocazas arrogante. La realidad de aquel partido que ganó ella, era que Bobby tenía 55 años y ella tenía 29, y en lo mejor de su exitosa carrera. Todo aquello fue un circo mediático, incluido en la llamada ¨batalla de los Sexos¨.

 

Según los especialistas, hombres y mujeres, podrían competir juntos hasta los 16 años. A partir de esta edad es cuando las diferencias se agrandan. La equitación es uno de los pocos deportes que disputan hombres y mujeres conjuntamente, incluso en los juegos olímpicos. El ¨ajedrez¨ es otro de los pocos deportes que se pueden disputar sin separación de sexos. En este caso es la diferente cantidad de hombres y mujeres que lo practican lo que marca la diferencia. La excepción es la húngara Judit Pogar, una Top 10 del ranking mundial. Algo parecido ocurre en los deportes de motor, con el añadido de que la fuerza es también importante. Los casos de Jutta Kleinschmidt y Laia Sanz que ganó el Dakar en el 2001, demuestran que las distancias se acortan, pero todavía a ritmo lento.

 

Jhon McKenroe hizo unas polémicas declaraciones, cuando Serena Williams estaba en el número 1 en el ranking femenino. Comentó que en el ranking masculino, Serena sería la número 700 del mundo. Tampoco hay que exagerar, pero las diferencias existen. Estas declaraciones tenían como trasfondo unos comentarios de las hermanas Williams en los que afirmaban que podían ganar a cualquier hombre. Las hermanas, allá por el año 1998 querían participar en el circuito masculino de la ATP, afirmando que no le permitían participar por discriminación de género. Para un partido entre ambos sexos eligieron al español Pato Clavet, pero luego desistieron.

 

Un desconocido tenista alemán llamado Karsten Braasch que era el número 203 del ranking, un fumador que se cuidaba poco, aceptó el reto. El partido se pactó a un solo set. El resultado fue 6-1, luego jugó contra la otra hermana, Venus, con el resultado de 6-2. ¿Imaginar qué pasaría si Karsten en ese momento dice sentirse mujer y comienza a ganar los principales torneos femeninos?. En aquel año, solo pudo ganar tres partidos profesionales en toda la temporada en el circuito masculino.

 

Durante el partido mixto en el que participaba Serena y Roger Federer, las jugadoras tenían muchas dificultades para devolver los saques de los hombres. Era como una exibición de ¨aces¨. Con el tiempo, la propia Serena Williams (número 1 de la WTA) reconoció que tendría pocas posibilidades de ganar a uno de los 200 mejores tenistas masculinos. Las mujeres son mejores en unas cosas y los hombres en otras, tenemos que ser realistas y complementarios. Casi nunca, querer es poder.

 

Crear una categoría abierta parece una solución razonable. El problema es que habría pocos participantes, y eso devaluaría los títulos en su conjunto. El grupo por los derechos LGTBI Athlete Ally que defiende a los deportistas transgénero no tiene una opinión clara al respeto.

 

El tema de la testosterona en el mundo del deporte es un problema que viene de lejos. Este fue uno de los trucos (dopaje) que se utilizaron en muchos países del Este de Europa para mejorar el rendimiento de sus atletas. La testosterona es el esteroide más conocido del mundo para mejorar los resultados deportivos, y fue ampliamente utilizado durante los años ochenta cuando no estaba en la lista de sustancias dopantes. Algunos récords de los atletas del Este todavía están vigentes. Los récords mundiales de 100m , 200m, 400m y 800m femeninos proceden de esa década, mientras que los masculinos se han batido en varias ocasiones.

 

El deporte es espectáculo y reducirlo todo a un tema de discriminación es no conocer el mundo del deporte. Argumentar que dos deportistas tienen que ganar lo mismo es como decir que un profesor de colegio y un catedrático tienen que ganar lo mismo porque ambos son profesores. Conviene recordar que todos estos casos se producen cuando un hombre dice sentirse mujer. Cuando una mujer hace el cambio a hombre, la superioridad biológica se pierde y el debate no tiene mucho sentido en el deporte.

 

Conviene no perder el norte en este asunto. Los hombres que corren maratones, según algunos estudios, corren aproximadamente, un 11% más rápido que las mujeres. Las mujeres compiten en los JJ.OO desde 1928  (juegos de Amsterdam). La creación de una tercera categoría diferente a hombres y mujeres es difícil porque no existen muchos deportistas trans, y eso devaluaría la obtención de medallas y de récords en muchos deportes. Existen unas ventajas fisiológicas difíciles de evitar aún estando a favor de la no discriminación.

 

El COI debe solucionar este problema de la manera más justa posible. De momento, esta organización se está lavando las manos sobre el tema por temor a la dictadura de lo ¨políticamente correcto¨. El grupo que defiende los derechos LGTBI, Athletics Ally, defiende que los deportistas trans puedan participar en las categorías en que ellos se reconocen como personas. Es decir, que no se les vete en base a su sexo biológico. Es evidente que hay que encontrar una solución a este problema partiendo de la base realista para evitar trampas e injusticias.

 

Por Alcides Pimentel Paulino

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