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3 de mayo 2024
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OpiniónManuel Hernández VilletaManuel Hernández Villeta

Democracia y carniceros

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Haití ya no es un foco de atención  para la comunidad internacional. Primero no se encontró un donante de voluntades, que se atreviera a poner sobre el tapete su apoyo incondicional a una intervención militar.

Siempre es odioso que un país intervenga a otro. Las grandes potencias castigan las insubordinaciones con el fúsil de sus marines. Haití no es beligerante, sino una tierra abandonada a su suerte.

Pero los problemas haitianos de hoy fueron tejidos por los Estados Unidos, que no dudaron un segundo en aprobar golpes de Estado y rebeliones militares, para los líderes que presentaban una simple sombra de ser progresista.

De ahí se llegó a la crisis actual, que no tiene soluciones a la vista, y de la cual los haitianos no pueden soltarse. Las pandillas constituyen un ejército irregular que domina todas las acciones en Haití. Consentidas en algunos casos, y corregidas con mucha timidez al enfrentarlos en otros.

Lo que está claro es que si Haití fuera  una prioridad para los norteamericanos, hace años que se estaría solucionado el problema que ellos mismos crearon.

Los gringos  tienen tropas estacionadas en casi la mitad del mundo, participan en dos guerra de gran calado, que pueden derivar en una tercera confrontación mundial, pero para solucionar el caso haitiano tienen que recurrir a Kenia, un atrasado país de las antiguas colonias europeas.

Las presiones sobre la República Dominicana son firmes, Las grandes potencias no quieren cruzar el charco con zapatos propios . Se desea que los de repúblicas bananeras carguen con el peso de las soluciones; con los campamentos de refugiados; con las embarazadas, y prácticamente con todo.

El país no puede bajo ninguna circunstancia, aceptar que tropas dominicanas penetren a Haití. Sería meternos de lleno en una confrontación.. El presidente Luis Abinader ha sido claro y tajante en varias ocasiones, de que los dominicanos no van a invadir Haití.

Las soluciones a la crisis haitiana tienen que ser planteadas por ese pueblo. Siempre las intervenciones militares foráneas son odiosas. Los dominicanos las hemos conocido en carne viva-. Nunca la actuación de las grandes potencias hace florecer la democracia. Es un paso a la dictadura y la intolerancia.

El pueblo haitiano merece mejor destino, tiene que conocer la democracia; tienen que florecer sus instituciones; tiene que edificar  hospitales, escuelas, trabajo y dejar de ver la migración masiva como la solución. Por desgracia, está más cerca de que un carnicero se haga líder del país, que el vivir en aires democráticos-. !Ay!, se me acabó la tinta.

Por Manuel Hernández Villeta

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