Heredero de una fina inteligencia, de una honestidad acrisolada, de una sobria y ejemplar vida de trabajo y entrega por lo mejor para su país,en la persona de José Rafael Abinader,su padre,Luis es hoy por hoy el político mejor valorado,si se quiere la esperanza de una parte importante del pueblo dominicano.
La lucha que le espera es titánica,debe enfrentar,sin dejarse provocar,de forma política e inteligente las aspiraciones de Hipolito Mejia,pero igual la de un grupo de «dirigentes» ya ancianos que hace tiempo debieron optar por el retiro digno para darle paso a la nueva generación que Luis Abinader encarna.
Pero debe igual esperar que soplen otros vientos en un PRD,su partido,secuestra- do,en manos de lo mas anti-politico que recuerde la historia de ese partido,conde nado al servilismo,y a lo que quiera un hombre que no suma ni agradece,pero que exige sumisión absoluta.
En esto el problema no es de Luis, es de una clase política que no piensa,que no se cansa de ser y estar,como si no pudie ra alejarse ni renunciar a ambiciones que en otros tiempos eran legítimas,pero que ahora ya son anti-pueblo y anti-historia.
Luis Abinader debe hilar fino,mantener su postura,seguir trillando el camino de la unidad,ir despojandose de grupos que le perjudican,y de gentes que aspiran a vivir de decir que todo esta bien,que es el mas bonito e inteligente y luego pasan el sombrero.
Este joven,esperanza de una gran parte de la sociedad dominicana debe cuidarse porque tiene por delante muchas y va-riadas zancadillas,el político debe ser honrado con él y con los otros,leal y consecuente,amplio y valiente en el debate y en la lucha,pero debe saber igual preservarse.
Y ahora lo que muchos quisieran es arrastrar a Luis Abinader a confrontaciones innecesarias,porque su inteligencia debe decirle que a esos que hoy lo adversan les puede ganar como y cuando quiera,pero seria desviarse del camino,imitar lo negativo de la política y los políticos,y en definitiva hacerles el juego y darle la importancia,con su figura,que perdieron hace tiempo con su accionar errático y sus ambiciones desmedidas.
AUTOR: GERMAN MARTINEZ.
