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2 de mayo 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

¿De los dominicanos quien o quienes se parecen a Duarte?

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El tema del presente artículo me invita a responderme la pregunta con la que lo he titulado. Es una pregunta no tan fácil de responder, ya que se trata de comparar a algún o algunos dominicanos con el Padre de la Patria, pero trataré de hacerlo y lo creo necesario para que las nuevas generaciones se eduquen en torno a sus valores y emularlo a él como persona al   asumir tales prendas espirituales del coloso fundador de nuestro Estado-Nación. Duarte fundó nuestro Estado-Nación, ya que en la idea del Estado Independiente de Haití Español no estaba clara la idea de un Estado-Nación Independiente y rápidamente fue aplastado por la ocupación haitiana del territorio de nuestra parte Este; desde de luego ya existía la nacionalidad dominicana, como identidad propia de una comunidad de pobladores de un territorio delimitado y con su permanencia en el mismo,  se venía forjando en la parte Este  desde la Batalla de la Sabana Real de la Limonade, en la que se enfrentaron los dominicos españoles de la parte Este con los franceses de la parte Oeste.

Establecer comparaciones no es tan fácil, pero a veces se puede hacer y también se hace necesario. No voy a ser tan extenso en el discurso al responderme esta pregunta que me hago yo mismo, entre los dominicanos vivos podría encontrar más de uno que si bien no son iguales o no han sido iguales que Juan Pablo Duarte, porque ningún ser humano puede ser igual a otro de su misma especie, pero si pudiéramos considerarlo(s) muy cercano(s) en el tipo de personalidad del Padre de la Patria.

Yo puedo decir que conozco más de una personalidad pública que, por poseer y demostrar el don de una magna abnegación, su vocación de justicia social y el desinterés por lo material en la vida personal podría compararlos con nuestro Duarte decimonónico, pero prefiero dejar a un lado esos ejemplos y referirme a los que ya no pertenecen al mundo en que vivimos.

Entre los que ya murieron, ya sea vilmente asesinados por los enemigos de la redención social o ya sea de muerte natural, podremos encontrar algunos ejemplos. Quizás casos como el Juan Bosch, sería difícil de analizarlo, porque desde   los años de la década del 70 empezó a perder lucidez, debido a que las pugnas internas que se dieron en el Partido Revolucionario Dominicano lo llevaron a perder un poco la lucidez que tenía y, cuando funda el PLD, le imprime al Partido de la Liberación Dominicana el sectarismo como valor.

Me atrevería a decir que Bosch comenzó a tener falta de lucidez en la política hacia el 1978, aunque talvez el inicio de su síndrome del Alzheimer comenzó a tenerlo a raíz las elecciones de 1990. Pero Bosch, si no hubiese perdido lucidez durante más de 20 años de los 92 que vivió sería un buen ejemplo de parangón con Duarte. Sin embargo, en este país se ha especulado mucho a una supuesta cobardía o falta de valor de Bosch, según mi parecer eso no se corresponde con la verdad, porque de haber sido así, no se hubiera involucrado en la abortada invasión de Cayo Confite, donde estando preso se involucró en una huelga de hambre, viéndose a punto de fallecer por disentería. Para entender mis afirmaciones nada más hay que leer la última carta de Fernández Domínguez a su esposa Arlette Fernández, a manera de despedida, cuando estalló la Guerra de Abril.

Sin embargo, Manuel Aurelio Tavárez Justo, Manolo, sería tal vez el mejor ejemplo de un líder político que podría compararse con el Padre de la Patria. Su hermana Emma, con quien tuve la oportunidad de conversar aunque pocas veces, me comentaba como Manolo llegó a administrar una finca de la familia en la cual, entre otras cosas, cultivaba plátanos; tal actividad pudo haber incentivado la sensibilidad social de su hermano y de su identificación con los oprimidos, ya que le permitiría tener cercanía con los mismos trabajadores asalariados rurales que contrataba y probablemente les daba mejores tratos que otros hacendados.

A la propia Emma, hablando ella en una entrevista de un canal de televisión, le oí decir que su padre Manuel Tavárez fue fiscalizador cuando la ocupación norteamericana y que le reclamaba a las autoridades de ocupación que no maltrataran a los campesinos. En la familia materna de Minerva Mirabal ocurrió algo parecido.

Salvando la diferencia de género, ya que se  trata de una mujer, también lo sería un ejemplo de parangón con Duarte la heroína María Argentina Minerva Mirabal Reyes, la esposa de Manolo  fallecida, habiendo sido asesinada por la satrapía de Trujillo el 25 de noviembre de 1960. La madre de Minerva, a quien conocían en la familia como Cheo Reyes, venía de la familia Reyes Camilo, a la que le quemaron la casa durante la Ocupación Norteamericana por haber ocultado a unos desafectos de las autoridades de ocupación. A esos desafectos eran los que les llamaban Gavilleros, para estigmatizarlos porque se interpretaba ese término como sinónimo de delincuentes.

Yo era muy pequeño cuando Manolo y  los demás compañeros que le acompañaban  fueron fusilados  las lomas de la Cordillera Central, pero no me cabe dudas que su capacidad de sacrificio por el bienestar colectivo, especialmente de los sectores y clases populares, renunciando a su extracción social de un status privilegiado en la sociedad, es un buen ejemplo de su similitud con Duarte; de igual forma, la entrega y disposición a luchar de su esposa Minerva  por la libertad y en enfrentar a la dictadura, la coloca a ella en el mismo sitial de similitud de su esposo con Juan Pablo Duarte.  De igual forma, según mi parecer, el ideólogo de la conspiración militar que desencadenó en el Movimiento Constitucionalista del 24 de Abril de 1965, Rafael Tomás Fernández Domínguez, ocuparía una posición similar. Este último demostró un arrojo y sacrificio muy grande, llegó como quien está dispuesto a inmolarse y cayó en un intento de  asalto para recuperar el Palacio Nacional, después de haber estado exiliado. No hay dudas de que Fernández Domínguez murió con ese fervor de amor a la patria, queriendo negar un legado de deshonor de los militares trujillistas, con el amor por la patria y la aspiración de una sociedad dominicana más justa.

Por: Francisco Rafael Guzmán

 

 

 

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