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14 de mayo 2024
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OpiniónRolando RoblesRolando Robles

David Ortiz: The Big Papi por siempre

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Su exaltación a ese templo de la excelencia deportiva es probablemente su única oportunidad de recoger algunos “cabos sueltos” que la gente advierte hay en su vida personal. Aunque él, por su obnubilación no lo advierta, la gente lo quiere y se lo ha demostrado, tanto en Quisqueya como en Estados Unidos.

 

David Ortiz está compelido a convertirse enteramente en “The Big Papi”, supeditando los rasgos principales de su persona a esa figura tan admirada por todos. Siendo un hombre joven, siempre puede reevaluar su pasado y construir su futuro. El futuro que su gente reclama cuando lo bautiza con ese grandioso sobre nombre o título.

 

A David no le llamarán “Hall of famer” o “MVP”; él será identificado en el futuro y hasta que él mismo lo decida, como “The Big Papi” y por tanto, debe acostumbrarse a vestir siempre esa camiseta, que ya pasó de ser deportiva y se convirtió en humana.

 

Sus logros en el terreno validan el reconocimiento que se le ha hecho. Y su capacidad de servicio -especialmente a los mas necesitados- hablan de su desprendimiento como un hombre de valía. En realidad, David se ha ganado cada centímetro del espacio que ocupa; y todos lo reconocemos.

 

La ciudad de Boston y los Medias Rojas le agradecen su llegada en el justo momento en que salieron de esa racha cuasi eterna de 86 años sin ganar la prestigiosa “World Series” y una escasa y espaciada presencia en el evento de Otoño, de tan solo tres participaciones.

 

David Américo fue la bujía inspiradora para ese renacer del equipo. Su “performance” durante esos catorce años vistiendo la alicaída franela de “The Olde Towne Team” o sea, “The BoSox” o como los llamamos en Nueva York “Los Zapos de la Bahía”, porque para eso somos “los Bombarderos de El Bronx”, “Los Mulos de Manhattan” o como toda New England nos reconoce: Los Imbatibles Yankees de Nueva York.

 

Su comportamiento ciudadano durante el nefasto atentado contra la ciudad y su gente, que sentimos como si hubiera sido en Nueva York, subió los bonos de David y sin reparo los newyorkers apoyamos y hacemos nuestro, su elocuente y “fina” declaración de entonces:

 

«Esta es nuestra jodida ciudad. Y nadie va a dictar nuestra libertad. Seamos fuertes»

 

En este momento cumbre de su carrera, ya en los terrenos de la vida, los fanáticos de los gloriosos Yankees de Nueva York, hasta le perdonamos al Big Papi, los dos o tres jueguitos que nos ganó en esas actuaciones sensacionales de post temporada. Lástima que para el momento en que los “patirrojos” puedan acercarse al récord de lo Bombarderos ganando Series Mundiales, probablemente ya estaremos jugando beisbol en Marte o quizás en otra galaxia.

 

De los otros acontecimientos de su vida, que hablen sus detractores y que, como dicen los mexicanos, también fanáticos del Big Papi: “Que la boca se le haga chicharrón”

 

El Rumbo de Nueva York solo desea, para celebrar la merecida noticia de su exaltación

 

Que nuestro David Américo Ortiz se decida a ser “El Big Papi” para siempre.

 

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

 

Por Rolando Robles

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