• Porque la universidad es otra cosa
En el ámbito universitario, ciertos discursos satíricos se revisten de exageración para denunciar realidades que parecen imposibles, pero que, a la luz de los hechos, resultan inquietantemente verosímiles. Este artículo reflexiona sobre el uso de la hipérbole como recurso para visibilizar la creciente influencia del poder económico en los procesos eleccionarios de la universidad pública.
La afirmación de que, en el mundo académico, los procesos electorales dependen del llamado “eje que mueve el mundo” —es decir, del poder económico—, alude a una conocida hipérbole: “Para lograr el favor electoral en la universidad, hay que tener suficientes ‘molongos’ o, de lo contrario, abandonar el escenario”.
La hipérbole, figura retórica que exagera de forma deliberada una idea, cualidad, acción o emoción, suele emplearse con fines enfáticos, humorísticos o críticos. En este contexto, sirve como recurso para denunciar la supuesta prevalencia de intereses económicos sobre méritos académicos en las elecciones universitarias.
Quienes sostienen que existe una extrema dependencia económica para alcanzar posiciones electivas en la universidad pública argumentan, implícitamente, que el perfil académico ya no cuenta. Esta es, sin duda, una afirmación hiperbólica; sin embargo, los datos y experiencias acumuladas en los procesos recientes parecen dotarla de cierta credibilidad.
La idea de que la preparación académica se subvalora mientras se sobredimensiona la capacidad económica para financiar campañas electorales, no solo desvirtúa el carácter de la academia, sino que plantea una profunda inquietud sobre la legitimidad institucional.
El prolongado calendario electoral universitario —que en muchos casos desatiende las buenas prácticas de gobernanza recomendadas a nivel internacional— ha puesto en evidencia que, para muchos aspirantes, la búsqueda de recursos se ha vuelto más decisiva que la construcción de propuestas académicas sólidas.
Afirmar que “por la plata baila el mono” en una academia puede parecer una expresión burlesca o inverosímil. Sin embargo, los resultados de los procesos electorales recientes en universidades estatales han mostrado que el factor dinero, lejos de ser un elemento marginal, tiende a imponerse sobre los méritos profesionales, académicos y éticos.
Así, aunque sigue siendo una hipérbole, se trata de una hipérbole convincente, es decir, una exageración que, por la reiteración de los hechos, se aproxima inquietantemente a la realidad.
“La bibliografía que psicológicamente intenta imponer el concepto —de que lo económico lo define todo en el entorno académico— es tan extensa que podría llenar los estantes de una biblioteca mental entera. Pero, ya languidece el tiempo que la soporta.”
Por Dr. Pablo Valdez
