Solo cuando la realidad supera la ficción se producen muertes tan absurdas como esta. El juicio a un grupo de jóvenes dominicanos por la muerte de otro joven marroquí parece sacado de una serie esperpéntica de ciencia ficción. Cuánta razón tenía el genial Albert Einstein cuando afirmaba que solo había dos cosas infinitas: El Universo y la estupidez humana.
Al leer la noticia, tenía la sensación de estar leyendo una novela de Gabriel García Márquez y su realismo mágico. Aunque la trágica noticia, podrían haberla escrito Isabel Allende, Miguel Ángel Asturias, Juan Rulfo, Jorge Luís Borges, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes o Laura Esquivel.
En España no existen los Guetos como se conocen tradicionalmente, pero si los ¨semiguetos¨ como nos recuerdan los altercados de Salt (Cataluña). En Barcelona, barrios como el Raval, la Mina y algunas zonas de Hospitalet se pueden considerar ¨semiguetos¨. Cuando caminas por sus calles, te sientes observado. Notas que no eres bienvenido y que estás fuera de lugar. Esta sensación la viví en barrios de Londres, Atenas y en un par de barrios marginales de La Capital (Santo Domingo).
En muchas discotecas latinas en España abundan los integrantes de miembros de bandas. El tema de las bandas latinas es un asunto complejo. Los Trinitarios y los Dominican Don´t Play (DDP) son los más habituales en discotecas de ambiente dominicano. Sus miembros tienen un largo historial de agresiones, trafico de drogas y robos con violencia. Muchos de los integrantes de estas bandas portan armas blancas como machetes, navajas, cuchillos, puños americanos y bates de béisbol. Algunos incluso tienen armas de fuego. Uno de sus lemas es: ¨Para que llore mi madre que llore la tuya¨.
Algunos de los menores de edad que integran estas bandas son utilizados como ¨mulas¨. Muchos de ellos llegaron pequeños a España o han nacido allí. La mayoría pertenecen a núcleos familiares desestructurados. Las bandas les ofrecen identidad y seguridad, en una sociedad en la que creen no encajar. Es frecuente que las bandas utilicen a menores de 14 años porque no son imputables. Los pandilleros primerizos comenzaron su andadura en bandas como los Latin Kings o los Ñetas, hasta que la comunidad dominicana fue en aumento.
Para entender el traumático caso que ocurrió en la discoteca Brisas del Caribe, hay que analizar las relaciones intercomunitarias. Resulta que muchos marroquíes ven a los africanos (negros) como inferiores; y por tanto menos inteligentes que ellos. Por analogía, interpretan que los dominicanos, son inferiores a ellos, por tanto, que dos marroquíes vayan a ¨robar carteras¨ a la salida de una discoteca dominicana, puede parecer un plan sencillo. Resulta que los dominicanos ven a los marroquíes como ladrones, tramposos y no demasiado inteligentes.
También es posible que los dos individuos que fueron a robar a la puerta de la discoteca no conocieran a la comunidad dominicana o incluso que fueran temerarios y menospreciaran a los dominicanos. La idea naïf del no a la guerra no funciona si una de los dos bandos quiere guerra. Es como si a una persona negra se le ocurriera ir a robar carteras a la salida de una discoteca de Skinheads o de supremacistas blancos.
Ironías del destino. Resulta que una chica intentó robarle el teléfono móvil a uno de los ladrones cuando estaba mal herido en el suelo. Declaró textualmente: «le di una patada, mientras estaba en el suelo, para ver si podía robarle el móvil».
La fiscalía pide 20 años de prisión por el asesinato, la defensa pide la libre absolución. La fiscalía alega que ¨atacaron al joven carterista marroquí de forma súbita, sin darle la oportunidad de defenderse¨. Además, la fiscalía pide la expulsión de España de los culpables. De los siete procesados, tres menores han sido condenados por el crimen. Algo no funciona bien en nuestra sociedad cuando alguien entra a robar a tu casa y te defiendes. Ahora resulta que tú eres el agresor; y tienes que dejarte robar, sin oponer resistencia. Me acojona hacia dónde vamos como sociedad con la dictadura de lo woke o políticamente correcto.
Los hechos ocurrieron en Octubre del 2022 a la salida de la desaparecida discoteca Brisas del Caribe, muy vinculada a la comunidad dominicana. La víctima solo tenía 19 años. Él y otro compañero fueron a la salida de esta discoteca con la intención de robar carteras a las personas equivocadas. Cuando fueron descubiertos, él y su compinche, se vieron en una pelea multitudinaria en la que estaban en minoría. Los empujaron, le propinaron patadas, puñetazos, botellazos y al final, uno de ellos fue apuñalado mortalmente.
Según la autopsia, el cuerpo del difunto, presentaba siete heridas cortantes y ocho contusiones. El amigo que acompañaba a la víctima, logró huir y salvar su vida. Algunos de los atacantes, formaban parte de una banda latina que poco tiempo antes había sido desarticulada en Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
La moraleja de este asunto es que hasta para robar hay que estar bien informado, porque te puede salir el tiro por la culata. Cuando menos te lo esperas, te pueden dar de tu propia medicina. Cuando pensaba que ninguna otra noticia podía superar a esta tragicómica historia, me entero de que cuatro energúmenos, menores de edad, habían atacado a un joven con parálisis cerebral y en silla de ruedas en Cantabria (España). Al parecer no era la primera vez que atacaban a esta persona disminuida física y lo colgaban en las redes sociales. ¿Es que acaso estamos perdiendo el sentido común?
Como nos recuerda el refranero popular, el sentido común es el menos común de los sentidos.
Por: Alcides Pimentel Paulino.
