Lamentablemente es imposible convertir manzanas en peras, guineos en aguacate o yuca en ñame. La ley del karma se impone, es decir, la ley de la siembra y la cosecha.
La misma palabra de Dios, las sagradas escrituras lo dicen claramente en Gálatas 6,7: No os engañéis, Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segara.
Significa que las acciones y decisiones de las personas tienen consecuencias, no se puede engañar a Dios ni evitar las consecuencias de las acciones.
Si usted coge el camino equivocado aunque se convierta en Emerson Fittipaldi en sus buenas, llegara más rápido al lugar incorrecto.
Desde la pared equivocada hasta el conductor súper estrella del nuevo súper veloz auto. En esto no hay atajos, y claro está, se dan miles de manejos en los procesos judiciales, pero todo al parecer bien manejado.
Es difícil de cambiar la primera mala impresión, y cuando nos proyectamos como los súper héroes y en tono amenazante nos endiosamos, se hace difícil luego intentar recoger el agua derramada, o componer el pedazo de papel hecho trizas.
Es bastante difícil aunque no imposible, corregir el camino recorrido, y pretender que llegamos a la basílica de Higüey, cuando tomamos la autopista Duarte y nos detenemos al cabo de una hora. Seguramente habremos llegado a Bonao si tenemos la suerte del tránsito, y no nos encontramos con algún nuevo fastidio color verde.
Y ya cuando usted está en Bonao, tomar el poder de la influencia para intentar convencer al mundo, que no, que se está en Higüey y no en Bonao, será un intento difícil de lograr. Es como la enorme fe que se necesita para ser ateo.
Es que usted pasó por el frente del destacamento del 9, pago el peaje del 14, paso por el frente del 28, y siguió derechito, paso por Villa Altagracia y se detuvo en Bonao.
Si usted sembró piña, no puede cosechar mangos. Es algo inefable y al parecer, es la ruta que llevaran los casos de los afamados comunicadores que hoy día se debaten más en los medios digitales que en la corte.
Si usted a esto le suma, el reconocimiento del error cometido, es decir, el aceptar que se hizo lo incorrecto, entonces como dicen los abogados: “a confesión de parte relevo de pruebas”. Esto al parecer se ha constituido en una perfecta y mortal arma de doble filo.
¿Qué puede significar esto?. En principio que podría ser una estrategia defensiva que luce haberse convertido en un boomerang o una espada de doble filo. ¿Por qué decimos esto?.
Al parecer con el objeto de ganar tiempo y tal vez lograr una reconciliación entre las partes, y cerrar el caso, no se ha tenido la delicadeza de no continuar hiriendo susceptibilidades, y en lugar de lograr ese acuerdo final, sencillamente se empujan los casos con una gran carga emocional y de retos al liderazgo, retar la integridad no luce ser exitoso y por eso todo empuja hacia una resolución de un tribunal.
Aunque los dos casos que se ventilan son separados, ambos se han ido complicando, pues la presión social y de los medios, lejos de lograr un acuerdo conciliatorio, han empujado más los mismos a una resolución judicial.
Claro, todo esto sin dejar de lado, la decisión a la que tiene derecho la persona considerada agraviada, de no tener contemplada otra cosa que llegar hasta un final procesal en corte.
Al inicio de todo esto, plateamos un Gran Pacto Comunicacional Nacional. Porque veíamos que se seguían cociendo las ideas de la ley que muchos llaman Mordaza, y más recientemente la misma ley del DNI. Pero parece que el protagonismo al que estamos acostumbrados no da cabidas a ideas de terceros y mucho menos reconocer méritos ajenos. La mezquindad no nos deja.
Insistíamos en este Gran Pacto Comunicacional Nacional, porque al fin y al cabo, todas las personas que ejercen el comunicarse libremente, de una manera u otra, han dado seguimiento a este acontecer, y por otro lado, todos podrían verse afectados con los temas de la CENSURA, MORDAZA Y PERSECUSION, con leyes propias de una Satrapía.
Durante todo el camino de estas repudiadas y cuestionadas leyes, hemos tenido una posición seria y opuesta a cualquier tipo de limitación a la libertad de expresión, y a que por ley se le quiera otorgar derechos a inescrupulosos uniformados, para que invadan la privacidad, las fuentes y el secreto profesional y otras diabluras más.
Comunicaciones claras que denuncian el intento de Satrapía, y así le hemos denominado públicamente: las leyes del Sátrapa.
Además, está quedando más que claro, con estos casos que vemos hoy: NO SON NECESARIAS LAS LEYES QUE SE PROMUEVEN, si esas mismas leyes del Sátrapa. La del DNI, la de la Libertad de Expresión. Pues queda clarísimo que con la legislación vigente, solo hace falta, la decisión del agraviado para llevar su agravio hasta las últimas consecuencias.
Mientras tanto, con todo el derecho que le asiste a los imputados, utilizar las fortalezas que tienen en lo comunicacional, pues lógicamente, defenderse es su derecho.
Sin embargo, al parecer hemos perdido de vista la perspectiva de que hemos llegado a Bonao y cosechado mangos. Pues tomamos la autopista Duarte y no es posible cosechar yuca, cuando hemos sembrado ñame.
Por Julián Padilla
