EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – El envejecimiento es un proceso natural que conlleva cambios físicos y mentales, así como preocupaciones en los seres humanos.
En el Estudio Longitudinal del Envejecimiento de Baltimore (BLSA), que rastreó el proceso de envejecimiento de 1,400 personas, se determinó que las señales pueden variar de persona a persona. Aunque es difícil determinar la edad exacta en la que comienza, existen indicios que van más allá de las arrugas, la pérdida de elasticidad en la piel o la aparición de canas.
El mismo estudio detectó que nuestra audición disminuye a medida que envejecemos, en relación a las frecuencias de sonido y la intensidad necesaria para escuchar.
Además, entre estas señales se pueden destacar las dificultades en la visión nocturna, debido a que con los años la pupila y la retina sufren cambios que afectan la capacidad de ver con poca luz.
Asimismo, el envejecimiento puede provocar la disminución de algunos sentidos, como el gusto y el olfato, lo que puede afectar el apetito.
Otro indicio común es el dolor articular y la lentitud en la cicatrización, ya que con el tiempo los procesos regenerativos del cuerpo se vuelven más lentos, lo que impacta la movilidad y la fuerza física.
Además, el organismo pierde la capacidad de regular la temperatura de manera eficiente, lo que hace que la tolerancia al calor o al frío disminuya.
En la conducta también pueden notarse cambios, como preferir quedarse en casa en lugar de salir los fines de semana, tener resacas más prolongadas o sentir la necesidad de sentarse en conciertos.
Aunque el envejecimiento es inevitable, es posible retrasar sus efectos con hábitos saludables. Para ello, se recomienda llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, mantenerse hidratado y proteger la piel de la exposición solar.




