Cuando hablamos de países más seguros, no nos referimos solamente a lugares donde hay pocas actividad delictiva o conflictividad social. La seguridad, como se mide hoy a nivel internacional, abarca varios aspectos fundamentales: desde la baja criminalidad a través de la tasa de los homicidios, hasta la estabilidad democrática, el acceso al sistema de justicia, la confianza en la institucionalidad y la capacidad de respuesta de las autoridades ante eventos de desastres naturales. Todos los años el instituto Global Peace Index (Índice Global de Paz), elabora un análisis donde clasifica los países en función de estos indicadores. En su informe más reciente, cita a Islandia, Dinamarca, Irlanda, Nueva Zelanda y Austria como los más seguro del ranking global.
Islandia, con una población aproximadamente de 380,000 personas, se ubica en el norte del océano Atlántico, entre Groenlandia y Noruega. Se mantiene desde hace más de una década, en el primer lugar del índice. Este pequeño país nórdico no tiene ejército, la policía casi nunca porta armas y los niveles de violencia son prácticamente inexistentes. Además, su población disfruta de una estructura judicial confiable, una democracia consolidada y una cultura muy arraigada de respeto mutuo. Todo esto contribuye a que sus habitantes vivan con una gran sensación de seguridad pública, ciudadana o humana.
En segundo lugar se encuentra Dinamarca, situada en el norte de Europa, al sur de Noruega y al norte de Alemania, con una población de unos 5.9 millones de habitantes. Otro país escandinavo que, además de tener bajos índices de criminalidad, se destaca por su cohesión social. En Dinamarca la confianza en las instituciones públicas es muy alta, lo cual refuerza la percepción de seguridad. Las leyes se aplican de forma equitativa, y los ciudadanos cuentan con un sistema educativo y de salud muy sólido, lo que reduce muchas de las tensiones sociales que en otros países pueden derivar en conflictividad.
Irlanda, en el tercer lugar, se encuentra al oeste de Gran Bretaña, en Europa Occidental, y tiene una población aproximada de 5.1 millones de personas. Ha mostrado avances notables en el sistema de seguridad pública y relaciones internacionales. Aunque en el pasado tuvo una historia marcada por conflictos, en los últimos años ha mantenido una política exterior neutral y ha invertido fuertemente en la readecuación y modernización de la justicia, programas sociales para fortalecer la cohesión comunitaria. La percepción de seguridad se mantiene alta, especialmente en las zonas más pobladas, esta medición es una de las más notable de Europa.
Nueva Zelanda, en el cuarto puesto, está ubicada en Oceanía, al sureste de Australia, y tiene una población de cerca de 5.2 millones de habitantes. Es reconocida no solo por su impresionante naturaleza sino también por su bajo nivel de violencia. Las políticas públicas de este país están orientadas al bienestar de la población, y existe un fuerte control con el porte y tenencia de armas de fuego.
El país también se caracteriza por un sistema judicial transparente y una población con un alto nivel de civismo, lo que crea un entorno seguro tanto para residentes como para visitantes.
Austria, con aproximadamente 9 millones de habitantes, se sitúa en Europa Central, limitando con Alemania, Suiza, Italia, Hungría y otros países. Completa el grupo de los cinco países más seguros del mundo. Su seguridad no solo se ve en la baja tasa de criminalidad, sino también en la gestión pública eficiente, la estabilidad política y la calidad de vida en sentido general. Las ciudades austriacas suelen aparecer también en otros rankings internacionales como las más habitables, lo que refleja una combinación entre infraestructura segura, acceso a servicios y espacios públicos modernos.
En otro contexto, países como Japón, Noruega, Singapur, mantienen en sus estrategias de cara a la efectiva seguridad pública: Alta cohesión social, policías desarmados en zona de bajo riesgo, énfasis en prevención, altos estándares en los programas de policía de proximidad, fuerte ética colectiva y en cuanto a lo referente al sistema de justicia se le exige que debe ser rápida y eficiente para los delitos menores o de ratería. Sistema penitenciario enfocado a la rehabilitación de los prisioneros y vigilancia constante cuando concluye el cumplimiento de la pena o condena y su integración a la sociedad, grande inversión en bienestar de los agentes policiales, quienes deben exigir estricto cumplimiento de la ley. Su gran sistema de seguridad publica esta completamente afianzado en las tecnologías disruptivas.
Cabe destacar que la seguridad no se logra de la noche a la mañana. En la mayoría de estos casos, se trata de sociedades que, tras superar etapas difíciles de su historia, decidieron construir modelos basados en el bienestar colectivo. Han logrado establecer una cultura de convivencia pacífica, el respeto irrestricto a las leyes y la búsqueda del bien común tienen más peso que los intereses particulares.
Si bien ningún país está libre de problemas sociales o delincuencia, el camino que han tomado estas naciones muestra que es posible reducir la violencia o erradicarla, y crear entornos seguros si se trabaja con políticas de seguridad planificada y basada en las nuevas tecnologías, con continuidad permanente de las estrategias y con una visión de largo plazo. En síntesis, los países más seguros del mundo no lo son por accidente ni por simple suerte geográfica, lo son porque han construido, paso a paso, una sociedad donde impera el respeto y la convivencia pacífica, ecosistema de justicia moderno, tecnificado, eficiente y eficaz, sistema penitenciario enfocado en la rehabilitación del condenado y el bien de todos los actores del ecosistema de la seguridad.
