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28 de diciembre 2025
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OpiniónJabes RamírezJabes Ramírez

Candidaturas independientes y la agonía de los partidos

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En el año 2020, posterior a la derrota y el desplazamiento del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por parte del actual oficialismo, conocimos una actitud soterrada pocas veces expuesta por parte de nuestros gobernantes, pero que forma parte de nuestra configuración social y política. Una arrogancia descarada que transparenta la concepción que tienen nuestros políticos de cara al pueblo. Posiblemente, una actitud producto de concebir la política como un medio para la manufacturación de dioses y no de servidores. Fue tragicómico escuchar al expresidente Danilo Medina llamarle al pueblo dominicano mal agradecido por haber disentido de su liderazgo en una competencia electoral. Tanto la derrota del PLD como la victoria del PRM son síntomas del mal estado por el que anda nuestro sistema de partidos.

Ha causado preocupación la sentencia del tribunal constitucional que abre el espacio a candidaturas independientes. Por un lado, hay quienes argumentan que es una brecha para la incorporación del narcotráfico. Una puerta para que espacios ausentes de la toma de decisiones comiencen a formar parte activa en el diálogo social. Por otro lado, quienes apuestan al incremento de la mala práctica del lavado de activos. Indiscutiblemente, las candidaturas independientes son un espacio para la intromisión de dinero mal habido, siendo este justificado como parte de un apoyo específico a tal o cual candidato. A esto pudiéramos agregarle que, las candidaturas independientes pudiesen ser una iniciativa con la que abriríamos una conversación donde aleguemos competencia desigual, con el fin de garantizar un financiamiento legitimo por parte de la Junta Central Electoral.

Sin embargo, los futurólogos políticos han dejado a un lado lo más importante de la conversación: ¿Cuál es la razón detrás de esta sentencia? ¿Por qué cobra legitimidad social la sentencia del tribunal constitucional? ¿Cuáles son las características locales que hacen viable las candidaturas independientes? Estas son preguntas concernientes a un análisis desapegado de las pasiones partidarias. En vez de invertir el planteamiento, la arrogancia de nuestros políticos se inclina a infundir miedo acerca de la destrucción de algo de por si destruido. La arrogancia que hizo entender a Danilo Medina hacedor de un poder eterno es la misma que constriñe a la clase política de pensarse como los responsables de la decisión del tribunal. Las candidaturas independientes son el temor de un colectivo que conforme pasa el tiempo pierde legitimidad social.

Si la actual decisión del tribunal pone en peligro al sistema de partidos, entonces estamos frente a una buena noticia. Es posible que solo sintiéndose en peligro afloren reflexiones pertinentes. Tal vez, el sentirse amenazados provoque iniciativas que han sido olvidadas dentro de las agrupaciones políticas. Enhorabuena, deberán entender la perdida de legitimidad en la sociedad. La posibilidad de su inexistencia social puede ser el motor que incentive conductas en búsqueda de la fe y la confianza de los actores sociales. También, entender que la decisión del tribunal se da en el contexto de un proceso interno de reformas sociales y cambios sociológicos comunes en toda época histórica.

La arrogancia partidaria y política no les permite ver a las organizaciones que, el miedo que sienten en lo que pudiera ser una que otra mala práctica con esta apertura a candidaturas independientes, forma parte del propio sistema de quejas que siempre ha presentado la ciudadanía. Narcotráfico, lavado de activos y dinero para solventar ocurrencias internas en los partidos, son las mismas características que le hacen ruidos a dichos actores. Resulta paradójica la preocupación de algunas agrupaciones. Parece más la reacción de alguien que se ve al espejo de forma repentina, que la impaciencia preocupante por una causa benéfica. Los políticos critican y temen de las candidaturas independientes las mismas cosas por las que el pueblo los ha desplazado; ruptura del sistema mismo, narcotráfico, lavado de activos y dinero mal habido.

Si tanto les preocupa la estabilidad política de nuestro país, comiencen a entenderse desde adentro. Si la preocupación es genuina, comiencen a entender que son los únicos culpables de que esta decisión tenga legitimidad social. Entiéndanse como los “era hace una vez” de la República Dominicana. Cuestionen, incluso, la evolución de la podredumbre de los partidos. Que hoy día no son más que canalizadores de personajes que no se identifican con nada, pero que pueden ir de un lado a otro según el turno ocupante de la posición oficial. Para bien o para mal, ustedes perdieron el sentido de lo social, y cargaran con la responsabilidad y sus consecuencias.

Por: Jabes Ramírez.

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