Como señala la Biblia en 1 Tesalonicenses 5:2: «Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche». De manera similar, con la misma sorpresa e imprevisibilidad, cayó el Decreto 48-25 del Poder Ejecutivo, firmado por el presidente Luis Abinader.
Después de su eventual victoria y reelección, el presidente enfrentó un creciente clamor popular en redes sociales y medios de comunicación que pedían renovaciones dentro del gobierno. La ciudadanía, siempre vigilante y crítica, no solo celebró los logros de su primer mandato, sino que también exigió ajustes en áreas clave para continuar con el desarrollo del país.
Entre los cambios más significativos, el nuevo ministro de Educación, según el decreto, es Luis Miguel De Camps García, quien pasó de liderar el Ministerio de Trabajo a asumir la dirección del sector educativo, una de las instituciones públicas que se ha anunciado la fusión, teniendo más adelante la responsabilidad no sólo de los niveles básicos y secundario, sino también el universitario. De verdad que fue una sorpresa este cambio.
Ángel Hernández, quien ocupaba el cargo de ministro de Educación, fue designado asesor en Política de Educación. Uno de los funcionarios más atacado con y sin razón, y que en todos los renting estaba en los primeros lugares por la población para que lo quitaran de la posición.
Un cambio notable también fue la designación de Rafael Eduardo Estrella como ministro de Obras Públicas. Estrella, quien fue presidente del Senado y desempeñó un rol crucial como secretario de Obras Públicas durante la administración de Joaquín Balaguer, regresa al gobierno para liderar esta cartera esencial para el desarrollo infraestructural del país. ¡Un aliado!
Por otro lado, Deligne Ascensión, quien fuera ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, pasa a ocupar el cargo de ministro sin cartera. Durante su gestión, Ascensión impulsó importantes transformaciones en el sector, como la ampliación de carriles y las soluciones al congestionado kilómetro 9 de la Duarte. Además, bajo su liderazgo, se iniciaron proyectos clave como la ampliación de la prolongación 27 de febrero y la construcción de nuevos túneles, lo que ha sido esencial para mejorar la movilidad y la infraestructura vial del país.
Un cambio significativo desde una perspectiva de justicia política y social es el nombramiento de Eddy Olivares como ministro de Trabajo. Reconocido por su compromiso con el bienestar laboral, asume esta cartera en un momento clave para fortalecer las relaciones laborales y mejorar las condiciones de trabajo en el país. ¡Una dama de caballero!
Igualmente, Roberto Ángel Salcedo Sánz, quien fuera director de PROPEEP, pasa a ser el nuevo ministro de Cultura. Esta designación ha sido bien recibida por la opinión pública, que la ve como una oportunidad para revitalizar el sector cultural y aprovechar la experiencia de Salcedo en la gestión pública. Mucho que hacer para el fomento cultural, alianzas estratégicas con otras instituciones como educación, turismo, deportes, entre otros, apoyo al teatro, escuelas de bellas artes por lo menos regionales.
En cuanto al municipio de Santo Domingo Oeste pierde a un funcionario destacado, como lo es Juan Isidro Grullón, mejor conocido como Félix Grullón, quien fue administrador del Instituto Nacional de Auxilio a la Vivienda (INAVI) poniendo esta institución en el imaginativo social, porque en los gobiernos púrpura nadie sabia que se hacia allí. Sin embargo, el municipio gana otro servidor público con la designación de Robert Polanco como nuevo director de Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia (PROPEEP). Polanco, quien en la gestión pasada de Abinader se desempeñó como Cónsul General en Panamá y Director de la Oficina de Gestión Presidencial, llega con la experiencia necesaria para enfrentar los retos de su nuevo cargo. Y en el gobierno de Hipólito Mejía llegó a ocupar la secretaria de la juventud.
Sin embargo, aunque estos cambios han sido recibidos con opiniones divididas, muchos señalan que, en algunos casos, parece que las cabezas de los ministerios solo se han cambiado de lugar. En redes sociales, algunos critican que la esperada renovación y transformación profunda del gobierno no se ha concretado, ya que, en muchos casos, las personas que ocupaban altos cargos han sido reasignadas a otros ministerios, dejando la sensación de que no hay una verdadera renovación de liderazgo. Y como quiera es malo, nunca se puede complacer a todo el mundo.
El clamor popular pide más cambios que apuesten a continuar con transformación real en las instituciones con liderazgos renovados. Mientras tanto, tambien estan aquellos que apoyaron la reelección del presidente Luis Abinader, que trabajaron incansablemente en su campaña, esperan ser tomados en cuenta para ocupar cargos clave como directores, ministros y presidentes de consejos.
La pregunta ahora es si, en los últimos años de este segundo mandato, ayudarán a cumplir la promesa de «gobierno del cambio», si los nuevos incumbentes sabrán leer la visión de Abinader, porque en el pasado reciente habían muchos y quedan algunos que piensan que están en otro gobierno paralelo, mínimo.
En este contexto, las decisiones que tome el presidente y el desempeño de los nuevos funcionarios serán cruciales para garantizar la continuidad del proyecto político del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las elecciones de 2028. Muchos coinciden en que las figuras que se coloquen en los puestos estratégicos y el desempeño de cada uno de estos servidores públicos tendrán un impacto directo en la imagen de Luis Abinader, un factor clave para mantener la popularidad del partido y asegurar la victoria en las próximas elecciones.
Los procesos internos se avecinan dentro del PRM, y no cabe duda de que Luis Abinader, por su liderazgo, transparencia y popularidad, debería ser quien dirija el partido. Esta idea ha sido respaldada por personalidades como Miguel Camacho, quien en diversas entrevistas en prensa nacional ha dejado claro que Abinader debería presidir el partido después de los procesos internos. También el secretario de organización del PRM y otros miembros del partido coinciden con esta visión, que ha resonado fuertemente entre los PRMistas, quienes ven en Abinader un líder indiscutido capaz de llevar a la organización a nuevas victorias.
Desde ya, y como quedó demostrado en la celebración del décimo aniversario del PRM, surgen figuras clave para el proceso de selección de la candidatura presidencial dentro del partido. Por ejemplo: Carolina Mejía, quien se destaca por su carisma, discurso firme y presencia política, ha sido recibida con mucho cariño por los presentes en eventos como el celebrado en el Pabellón de voleibol del Centro Olímpico Dominicano Juan Pablo Duarte y Díez, su capacidad para conectar con la gente y sus ideas frescas la posicionan como una opción fuerte dentro del PRM.
Otro nombre que ha ganado relevancia es el de David Collado, un hombre inteligente, enfocado y con una visión clara del futuro de la República Dominicana. Con una buena trayectoria y un enfoque planificado, Collado es visto como una figura clave para liderar el país en los próximos años. Su sólida presencia política y su enfoque pragmático lo convierten en una de las figuras más destacadas en el escenario político dominicano.
Y en ese mismo ámbito, Eduardo Sanz Lovatón, un joven con una familia de respetable trayectoria, se perfila como otro posible presidenciable del PRM. Con su visión de desarrollo amplia, centrada y con un discurso convincente, Yayo se posiciona como un líder emergente dentro del partido, demostrando que la renovación y el liderazgo joven también tienen un espacio importante en la política dominicana.
Igualmente, Guido Gómez Mazara, un político fino y estratega con una amplia estructura en todo el país, también se perfila como una opción importante dentro del PRM para la presidencia. Gómez Mazara, quien ya ha pasado por procesos internos como precandidato a la presidencia, cuenta con un enfoque progresivo y un discurso sólido que lo posicionan como uno de los dirigentes clave a tomar en cuenta en el proceso interno de selección del candidato presidencial.
Pero una figura que no «ha salido» aún al ruedo, pero que muchos consideran clave para las elecciones de 2028, es la vicepresidenta Raquel Peña. Ha demostrado una gran preparación, coraje, disciplina y un compromiso social incuestionable. Su trabajo en la administración ha sido un pilar para garantizar la continuidad de las políticas públicas del gobierno de Abinader, lo que le otorga una ventaja estratégica en la carrera presidencial. Su perfil sólido y su capacidad para manejar los retos que enfrenta el país la posicionan como una opción relevante para el futuro político del PRM.
El tiempo, sin duda, demostrará si estos cambios y decisiones son los que aseguran el éxito y consolidación del PRM en el futuro político de la República Dominicana. Solo con resultados concretos y liderazgo renovado se logrará que esta gestión presidencial sea recordada como la mejor de los dos mandatos de Luis Abinader.
«El cambio es la ley de la vida. Y aquellos que solo miran al pasado o al presente, se pierden el futuro.» – John F. Kennedy
La autora es Lic. Comunicación Social «Periodismo». Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional.
Por: América Pérez.
