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22 de diciembre 2025
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Bernie Sanders y la Conspiración Demócrata

Este lunes pasado, primer día de la convención del Partido Demócrata que se lleva a cabo en Filadelfia demostró el deseo de cambio de la gente. El fraude perpetrado por las altas instancias de esa agrupación política en contra de la candidatura del senador por Vermont, Berniie Sanders parece no será aceptado por la mayoría […]

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Este lunes pasado, primer día de la convención del Partido Demócrata que se lleva a cabo en Filadelfia demostró el deseo de cambio de la gente. El fraude perpetrado por las altas instancias de esa agrupación política en contra de la candidatura del senador por Vermont, Berniie Sanders parece no será aceptado por la mayoría de los delegados que asisten al encuentro del agrupamiento partidario que tiene como emblema el burro.

Objeto de una burda conspiración dentro de las filas demócratas, el hombre que acompañó a Martin Luther King en su emblemática marcha por los derechos de los negros en Estados Unidos, demostró que es visto como capaz de propiciar los urgentes cambios que requiere la economía norteamericana.

Desde el inicio del cónclave del partido en que militó Franklin Delano Roosevelt era notorio el caldeo de los ánimos por parte de los delegados y delegadas de Sanders que rechazan el complot de que fue objeto la postulación a la presidencia del legislador de origen judío.

La primera en recibir los estridentes y subversivos abucheos de los indignados sandersistas fue la presidenta del Comité Nacional Demócrata (DNC por sus siglas en inglés) Debbie Wasserman Schultz, quien encabeza el affaire de la lista de casi 20 mil mails dados a conocer por Wikileaks, prueba fehaciente de la parcialidad de un estamento partidario que debió ser independiente.

Pero este Sanders-Gate ha sido tan evidente que hasta a la gran prensa norteamericana se le ha “visto el refajo” y su rechazo a la postulación de Sanders. La oposición a Sanders no solo estaba en los altos ejecutivos del Partido Demócrata, sino que también las grandes empresas mediáticas del gran país del norte de América no esconden en todo momento lanzarle un balde de agua fría al deleznable escándalo de los correos del DNC.

Se ignora el afán de la prensa de sacar de agenda la paternidad de los correos, para sobredimensionar el origen del hackeo como manera de desviar la atención del fraude y obviar las dimensiones de la estafa en contra de Sanders.

En todo el transcurso del primer día de la convención era notoria la agitación pro sandersista, y todo el que subía al pódium demócrata a ignorar el enojo de la masa que vitoreaba a todo pulmón ¡Bernie!, ¡Bernie!, recibía de respuesta un estruendoso abucheo. Fue el caso de la comediante Sarah Silverman, que quiso denostar a la concurrencia tildando la acción de la concurrencia sandersistas de “ridícula”, elevándose la repulsa a su máxima expresión.

El colofón de la convención durante noche de este lunes era la esperada alocución de Sanders. Cuando el legislador de convicciones socialdemócrata se presentó ante la militancia de su partido la ovación fue de alrededor de 5 minutos. La multitud lo aclamó dando la sensación de que el acto de proclamación era para él.

Ipso facto inició sus palabras, ratificó su discurso de toda la campaña, basamentado en reformas y transformaciones. Se refirió a las injusticias de la sociedad estadounidense en donde la mayoría ve incrementarse la pobreza. Dijo preferir unirse a las aspiraciones de Hillary Clinton que a las de Donald Trump.

Indiscutiblemente que el discurso de Sanders superó en expectativas al de la primera dama, Michelle Obama. Su intervención fue la mejor parte del acto de los demócratas en su primer día.

Las lágrimas de jóvenes, personas de la tercera edad, negros, latinos, etc., servían de prueba del deseo de cambio de la gente. La muestra de afectos hacia Sanders está demostrando que ni aún con todo el dinero y el poder del mundo se pueden engañar y confundir los deseos de cambios de una ciudadanía.

Por Elvis Valoy