EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. –Un joven dominicano de 14 años fue asesinado a puñaladas el pasado martes 5 de agosto en un parque del Bronx, en Nueva York, sus padres claman justicia por la pérdida de su hijo, cuyo caso ha conmovido a la comunidad dominicana en Estados Unidos.
Miguel Mendoza, padre del menor Ángel Mendoza, expresó entre lágrimas el profundo dolor que vive su familia tras ver cómo la vida de su hijo fue arrebatada de forma violenta. “Estamos destrozados. Lo abracé cuando ya no respiraba. Solo queremos justicia”, dijo en declaraciones ofrecidas a la cadena Univisión.
Ángel había salido esa noche a reunirse con unos amigos en el parque donde solía compartir, cuando un grupo de alrededor de 15 jóvenes se acercó de forma agresiva. Una amiga del menor relató que uno de los atacantes le hizo una pregunta, y tras responder que “no sabía nada”, el adolescente fue apuñalado varias veces. Otro joven de 17 años también resultó herido.
La familia admite que en los últimos meses el adolescente atravesaba una etapa de rebeldía y mantenía amistades que no eran del todo adecuadas. Aun así, su padre lo describió como un niño amoroso y con buen corazón. De hecho, ya consideraban enviarlo de regreso a República Dominicana con la intención de protegerlo y alejarlo de las malas influencias.
“Uno nunca está preparado para enterrar a un hijo, menos de esta forma. Solo queremos que los responsables paguen”, manifestó Mendoza, quien lamenta no haber insistido más en llevarlo ese día a la playa.
Tras el hecho, en el parque fue improvisado un altar en su memoria. Amigos cercanos lo recordaron como un adolescente alegre y sin problemas, y algunos expresaron haber sentido un mal presentimiento el día del crimen.
Cuatro personas han sido detenidas en relación con el caso y enfrentan cargos por asesinato, homicidio involuntario, agresión grupal y lesiones con arma blanca.
Mientras enfrentan el duelo, los padres de Ángel gestionan la repatriación de su cuerpo a República Dominicana, donde esperan darle sepultura con el respeto y el amor que merece, pero, sobre todo, con la esperanza de que su muerte no quede impune.
