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25 de diciembre 2025
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OpiniónJosé Manuel Castillo BetancesJosé Manuel Castillo Betances

«Ases Radiales de Santiago: Íconos del Aire»

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Las  voces que en la década de los 70 y 80 dejaron una huella imborrable en la memoria histórica de la radio en Santiago y más allá: Ramón de Luna, José Guillermo Sued, Alejandro Sánchez, Leonardo Aguilera y Haime Thomás, han sido profesionales excepcionales, prodigiosos, reconocidos por su inconfundible capacidad para informar y entretener, un carisma único que lo hizo destacar como las voces que conquistaron las ondas.

Juntos, estos Íconos del Aire, con su talento, pasión y dedicación, en sus años mozos lograron transformar la comunicación radial en una experiencia que conectaba de manera profunda con los oyentes.

Corrían los años 70-80 cuando sus voces fueron una ventana para entender y sentir la República Dominicana, desde el corazón del Cibao hacia todo el país. Cada emisión que salía de sus cabinas no solo informaba; creaba una relación casi personal con los oyentes, quienes los sentían cercanos, como parte de su día a día.

Leonardo Aguilera “el que más entretiene”, Alejandro Sánchez, “el feo nuclear” José Guillermo Sued, “único”, Haime Thomas: “la perfección es el único don que la naturaleza le ha negado al ser humano, pero aún reconociéndolo tratamos de perfeccionarnos” y el maestro Ramón de Luna, la voz de las voces.

Fue una época dorada, cuando el talento encontró su espacio. La radio dominicana vivió uno de sus momentos más relevantes, y los iconos del aire, situados en el corazón del Cibao, fueron figuras clave que hicieron vibrar las ondas radiales.

En ese tiempo, la radio no solo servía para transmitir noticias o música; era el pulso de la vida cotidiana, el vehículo para la expresión popular. Los profesionales de la radio  se convirtieron en una parte integral de la vida de los barrios santiagueros, especialmente en la emblemática ciudad de los 30 caballeros.

Era un tiempo en el que las voces de Sued, Sánchez, Aguilera, Haime Thomas y Ramón de Luna representaban mucho más que simples palabras al aire; eran el alma de una generación que encontraba en sus relatos y risas un refugio de alegría, identidad y esperanza.

Este periodo de esplendor marcó para siempre a una generación. Fue una época irrepetible, pero existió, y los jóvenes admiraban esas voces que resonaban desde los radios, creando una conexión emocional con sus oyentes.

La vida se movía rápido, como el agua de un manantial que fluye sin detenerse, pero en ese flujo había momentos de oro, que quedaban grabados en la memoria colectiva. Aquella vibrante época de la radio también simbolizó la llegada de nuevos sueños y nuevas formas de mirar la realidad del país.

Las voces de las Ases del micrófono hicieron de cada emisión un momento único, creando una comunidad en torno a su carisma y su talento.

El tiempo, como siempre, hizo su trabajo, y la vida de estos colosos de la radio dio un giro inesperado. Pero sus legados, lejos de desvanecerse, evolucionaron y tomaron nuevas direcciones.

Leonardo Aguilera, quien siempre había demostrado una mente lúcida y un deseo de seguir aprendiendo, se formó académicamente en ciencias económicas, logrando un doctorado en la materia. A partir de ahí, su carrera dio un salto hacia el campo de la economía, siendo catedrático, asesor económico y consultor político de renombre.

Desde 2020, Aguilera fungió como presidente ejecutivo de la Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOMSA) y, más recientemente, fue designado Administrador Ejecutivo del Banco de Reservas, una posición que consolidó su reputación como un referente del ámbito económico en la nación.

Su éxito no solo es fruto de su capacidad intelectual, sino también de su liderazgo y visión. El reconocimiento por su labor no se ha hecho esperar, siendo considerado uno de los más destacados en su campo. Debo destacar que Juan Bosch le reconoció su talento y lo llegó a asignar a una comisión especial, un gesto que refleja la confianza y respeto que le tenía en su campo.

Por su parte, Haime Thomas icono de la comunicación ha dejado de ser solo una voz noticiosa  para convertirse en un destacado empresario en el mundo de la comunicación. Su incursión como dueño y gestor de medios, le permite expandir su influencia, no solo a través de su voz, sino también con una visión empresarial que lo ha colocado como una figura clave en el sector.

Su nombre está ligado al éxito de múltiples proyectos de comunicación que han marcado la pauta en el país. La comunicación sigue siendo su pasión, pero ha sabido diversificar su impacto, convirtiéndose en una figura reconocida por su capacidad para emprender y gestionar negocios exitosos.

José Guillermo Sued, por su parte, continuó marcando la diferencia en el servicio público.

Fue designado gobernador del Aeropuerto Internacional de Las Américas, Dr. José Francisco Peña Gómez, una posición de alta responsabilidad en la que desempeñó un papel crucial en la modernización y gestión de uno de los aeropuertos más importantes del país. Su capacidad de liderazgo y gestión quedó demostrada en cada uno de sus logros, tanto en el ámbito público como en su faceta como comunicador. Además, su cercanía con la gente y su espíritu de servicio continúan siendo parte de su legado.

Alejandro Sánchez, conocido cariñosamente como “El Feo Nuclear”, hombre de la  radio de Santiago, ha evolucionado hacia la producción televisiva desde donde canaliza su vasta experiencia y poder de influencia en los medios, reflejando un compromiso empresarial con la comunicación en la región y, el maestro Ramón de Luna catedrático de la radio continúa siendo un faro que comunica el sentir del pueblo dominicano desde el corazón del primer Santiago de América.

Así, estos gigantes de la comunicación no solo han trascendido más allá del tiempo en la radio y la televisión, sino que llevaron su talento y su compromiso con el país a otros ámbitos, dejando una marca indeleble en el corazón de todos los que escuchamos y admiramos su profesionalismo. Fueron, y siguen siendo, referentes de excelencia en sus respectivos campos, pero, más allá de todo, constituyen un elenco de Ases que regalaron alegría, historias y emociones a su pueblo santiaguero y a toda la nación.

A este quinteto de Ases del dial se sumaron en los 80-90 un repertorio de formidables voces: Fah Guerrero, “rompiendo la monotonía”, Bernardo Germosen, Meni Almonte, Anthony Marte, Atahualpa Ramírez, Miguel Torres, Gray Núñez, Cipri Mar, Luis Concepción, el Cafre y otras luminarias artistas de la voz y, marcando la diferencia Esteban Rosario periodista investigador y la reina de la televisión del Cibao Bélgica Suárez.

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