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13 de mayo 2024
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OpiniónFlorentino Paredes ReyesFlorentino Paredes Reyes

Argucias y acrobacias intelectuales sin sentido

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La clase política nuestra tiene unos comportamientos extraños, e inquietantes, que no se ajustan con la realidad histórica que vive nuestro país y el resto del mundo. Pudiéramos pensar que lo hacen con malsanas intenciones de producir el caos y así, atrapar en su inquilla, algún ingenuo que quiera seguir sus tontas maquinaciones. ¨Pescar en rio revuelto¨.

Actúan como tontos incapaces de reconocer sus propios yerros, haciendo defensas tan ridículas, de temas de interés nacional, dando la impresión de que no basan sus argumentos en el conocimiento, sino en la falta de este, lo que en lógica se denomina Argumentum Ad Idnorantia.

Cuesta creer que tuvimos una generación de líderes políticos que, como Joaquín Balaguer, Juan Bosch y Peña Gómez, fueron auténticos intelectuales en todas las áreas del saber. Ellos aprovecharon cualquier escenario, para dejar a más de uno, estupefacto con sus exposiciones sobre temas, para los que la población no estaba en capacidad de entender o debatir en esos años. Sus obras en el plano intelectual los colocan muy por encima de sus alumnos que, según la regla, deben superar sus maestros.

Hoy es todo lo contrario. Cuando entramos a la tercera década del siglo XXI y la población dominicana da muestra de nuevas formas de reclamos y conciencia social, son los políticos que desconocen de temas tan importantes como el de la transparencia en el manejo de los fondos públicos; el uso excesivo de privilegios y recursos económicos; el libre acceso a la información; el concepto de democracia y liderazgo responsable.

Brillan por su ausencia los artículos en los medios de comunicación impresos o digitales, que sean el resultado de un análisis sustentable, presentado por alguno de ellos. No percibimos ese rigor científico al abordar temas vitales como la educación; la salud; la seguridad ciudadana; la economía; la historia, etc. Sólo se limitan a un dime y diretes, creando un laberinto de contradicciones, que nada aportan a elevar el acervo personal y el de sus acólitos.

Los aspirantes a ocupar el poder ejecutivo y el legislativo, así como los actuales inquilinos de esos estamentos de poder, representan una manada de burdéganos, que no conocen en lo más mínimo los artículos de nuestra Constitución o nuestro Código Civil. Son famosos por no saber leer, escribir, hablar o preparar algún anteproyecto de ley, basado en la objetividad e interés nacional: Desconocen sus funciones, se inmiscuyen en otras, defienden sandeces y dan cátedra de ignorancia, en cualquier rama de la vida nacional.

Nuestra sociedad cambió, eso no se discute, pero nuestros políticos con boquilla intelectual siguen aferrados a las malas prácticas del pasado y no están sintonizando con el sentir de la población: Leonel Fernández, Danilo Medina, Margarita Cedeño, Abel Martínez, Domínguez Brito, Guillermo Moreno y cualquier otro aspirante a la nominación presidencial, si quieren obtener el apoyo de la población, deben abandonar las malas prácticas de hacer oposición porque si, por llevar la contraria o buscar la quinta pata al gato.

Estamos en la época de la prudencia, donde la oposición debe medir su accionar y su pensar. Donde siendo parte del gobierno o la oposición deben arquear sus palabras y sus hechos. El ser gracioso, caer bien, buscar el voto con demagogia y ser oposición con chantajes, no es factible. Ya la Presidencia de la República no se gana con argucias y acrobacias intelectuales sin sentido.

Por: Florentino Paredes Reyes

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