Con esta entrega llegamos a la culminación de este nutritivo paseo por la historia de la lengua española. Por tanto, hoy ofrezco un sucinto panorama sobre el español clásico, su marco cronológico, sus características, así como su estabilización en el tiempo.
En palabras de Celso Benavides 2006, se llama español clásico al estadio en que el idioma estabiliza su sistema fonológico, completa su unificación como lengua literaria, y alcanza una apreciable difusión y reconocimiento internacional. En ese sentido, al referirse al marco cronológico del idioma español, el autor señala que este se desarrolla entre 1517 y 1700. Según él, el 1617 marca el inicio del reinado de Carlos I, mientras que el 1700 representa el inicio de la guerra entre la Casa de los Asturias (rigente en España) y la de los Borbones (aspirante al reino).
Entre las principales características que marcan al español clásico, Benavides señala como las más notorias y dignas de resaltar las siguientes, a saber: a) estabilización del idioma; b) depuración de las técnicas literarias y aumento de la producción; c) contienda entre el latín y el español; d) extensión del idioma por América y Asia; e) prestigiación y defensa del idioma, denominación del idioma con el nombre de español; y f) extensión y difusión del español por Europa.
Finalmente, hay que resaltar el hecho de que el idioma español para su formación desde el castellano, ha tenido influencias de otros idiomas como el latín y el árabe, entre otros; sin embargo, desde hace varios siglos, figuras como Feijoo, plantearon problemas a cerca de estas influencias lingüísticas. Por tanto, hay que tener en cuenta que el problema de la influencia de algunas lenguas sobre otras ha sido motivo de debates entre posiciones muy encontradas, sin embargo, estas influencias, –a pesar de la posición purista– son las que en última instancia aseguran la evolución y el enriquecimiento del vocabulario de todos los idiomas. (Tomado de: Fundamentos de historia de la lengua española de Celso Benavides).
Por José Santana-Guzmán