EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- En la voz de Ana Mercy Otáñez Guzmán hay una fortaleza que trasciende las palabras. Periodista, coach y promotora de la autenticidad, su historia es un testimonio de resiliencia, reinvención y amor por la vida.
Nacida en Cotuí, la comunicadora de 51 años ha convertido su trayectoria en una inspiración para muchos. Su esencia, su pasión y su filosofía de vida son un reflejo de lo que ella misma define como ser una »mujer amarilla», que busca iluminar, brillar sin pedir permiso y contagiar a los demás con su energía.
Desde su infancia, Ana Mercy sintió que su voz tenía un propósito.
Creciendo en un entorno humilde, pero lleno de sueños, descubrió que la comunicación no era solo una profesión, sino un llamado. «Hablaba en eventos deportivos, participaba en reinados, siempre tenía algo que decir. No podía evitarlo. La comunicación no es un trabajo para mí, es mi esencia». Con esta determinación, dio sus primeros pasos en los medios, al principio detrás de cámaras, hasta que su voz y su carisma encontraron un lugar delante de ellas.
¿Y si hablamos de desafíos?
El camino de Ana Mercy no ha estado exento de obstáculos. «Los retos han sido constantes, pero también las oportunidades». Como mujer en un entorno dominado por hombres, tuvo que demostrar su valía una y otra vez. «No ha sido fácil equilibrar mi carrera con mi mayor responsabilidad: ser madre. Pero el mayor desafío ha sido no detenerme, seguir adelante a pesar de las caídas».
Su capacidad de convertir el dolor en fortaleza alcanzó su punto más alto cuando enfrentó la pérdida de su hija. «Fue un golpe devastador. Pensé que todo se detenía. Pero en ese mismo dolor encontré una luz. Descubrí que mi historia podía ser un testimonio de fortaleza para otras mujeres». A partir de ese momento, la escritura se convirtió en su refugio y su forma de sanar.
«Mi propósito no había terminado. Transformar mi dolor en inspiración era mi nueva misión».
Vivir con propósito
Más allá de los reflectores, Ana Mercy encuentra la felicidad en lo simple: bailar, reír a carcajadas, compartir con sus familiares y amigos, viajar con su esposo, disfrutar del mar y tomar una buena copa de vino tinto. «Me llena el alma abrazar fuerte y sentirme libre y en paz con la vida que estoy construyendo».
Cuando se le pregunta por la huella que quiere dejar en el mundo, su respuesta es clara: «Quiero que cuando alguien piense en mí, diga: ‘Ana Mercy me enseñó que puedo brillar sin permiso, que mi historia tiene valor y que mis sueños merecen ser vividos’’.
Sobre ‘’A Metro y Medio’’ dijo que es su proyecto soñado. Un espacio de conversaciones poderosas y auténticas. Sobre el amor, en sus redes sociales evidencia lo mucho que disfruta bailar y disfrutar la vida con su esposo.
En cada palabra, en cada acción, Ana Mercy Otáñez es un testimonio de resiliencia. Su historia nos recuerda que, sin importar los desafíos, siempre podemos renacer. Y, sobre todo, que la vida está para ser bailada, abrazada y reída, con la certeza de que el sol siempre vuelve a brillar.
Más personal
END: ¿A qué le temes?
Ana: A vivir sin propósito. No le temo a los cambios ni a los retos, pero sí a pasar por la vida sin aportar, sin agregar valor, sin dejar un legado.
END: ¿Cuál es tu pasatiempo favorito?
Ana: Cuando podía, jugaba voleibol. Ahora, bailar es mi escape. Es mi forma de liberar energía, soltar preocupaciones y disfrutar la vida.
END: ¿Un libro favorito?
Ana: No tengo un único favorito, pero recomiendo “Los Cuatro Acuerdos” de Miguel Ruiz. Es un libro que te cambia la forma de ver la vida.
END: Si pudieras entrevistar a cualquier persona de importancia, ¿quién sería y por qué?
Ana: A nivel local, Raquel Arbaje, nuestra primera dama. La conozco, pero siento que aún hay mucho más por descubrir en ella. Es una mujer con un gran corazón que tiene mucho que aportar.
Internacionalmente, Martha Debayle . Es una mujer mexicana con una historia impresionante. Ha trascendido más allá de la comunicación y se ha convertido en un símbolo de inspiración, éxito y transformación . Me encantaría conocer su visión sobre la vida, los negocios y la resiliencia.
END: ¿Cómo es el día a día de Ana Mercy?
Ana: Empiezo mi día a las 4:50 AM, en oración y gratitud. Luego, equilibro mis compromisos profesionales, mis proyectos personales y mi rol como madre y esposa. Siempre encuentro espacio para un buen café, una buena copa de vino tinto, una buena conversación, un bailecito y mucha risa.
END: ¿Cuál es tu mayor logro hasta ahora?
Ana: Ser la mujer que construyó la fe. Y ser madre. Es el mayor de mis logros y el regalo más hermoso que Dios me ha dado.
END: Si pudieras cambiar algo, ¿Qué sería?
Ana: Nada. Todo lo que he vivido, lo bueno y lo difícil, ha sido parte del proceso que me ha convertido en quien soy hoy.
END: Si tu vida fuera una canción, ¿Cómo se llamaría?
Ana: “Bailando con la Vida”.
Su familia
Sus frases:
Haz lo que enciende tu alma!
Haz lo que te hace feliz!
Haciendo posible que pase!
Trabajando para que suceda!
Un consejo para las mujeres
Mujer, no minimices tu grandeza por miedo a no encajar, a no ser tú, a no brillar. Ámate, valórate y nunca te conformes con menos de lo que mereces. Todo lo que necesitas ya está dentro de ti. Solo atrévete a dar el primer paso.
