Las autoridades del Ministerio de Educación (Minerd) han identificado 95 alumnos con cualidades excepcionales en los centros educativos públicos del país. Este número podría elevarse una vez concluya el rastreo en los recintos públicos y se logre abarcar los colegios privados a nivel nacional. Este levantamiento cuantitativo podría significar un paso significativo en el camino hacia el correcto tratamiento de este segmento estudiantil, que lejos de sentirse superior por sus habilidades intelectuales, enfrenta serios desafíos emocionales y a un viejo sistema educativo que no ha sabido lidiar con ellos.
En estos momentos el Minerd desarrolla un plan piloto en algunos planteles escolares con estudiantes con altas capacidades, bajo la coordinación de la Dra. Lucía Vásquez, directora de Educación Especial.
La inteligencia, independientemente de la forma en que se mida y se defina, es sólo una parte de la compleja dinámica del rendimiento a nivel excepcionalmente alto, que incluye dinámicas extra cognitivas tales como la autoestima, el apoyo y la motivación, además de la oportunidad.

La detección de un se realiza en primaria, entre los 8-10 años y en muchas ocasiones porque el niño suele ser problemático en su conducta o en el manejo de sus emociones. Según el Comportamiento del niño superdotado en el salón de clases: Son muy inquietos. Preguntan constantemente hasta el grado de molestar al maestro. No muestran interés por las actividades propuestas, no siguen el ritmo de la clase. Estos niños suelen tener problemas de comportamiento porque se aburren y buscan otros entretenimientos. Los estudios biométricos, basados en familias, gemelos y niños adoptados, arrojan pruebas fiables sobre los orígenes genéticos y ambientales de las diferencias en el desarrollo, tanto generales como particulares.
Un estudio de más de diez años en el John Hopkins University Center for Talented Youth (CTY), en Estados Unidos, ha comprobado que incluso a la edad de 12 años los alumnos seleccionados como superdotados eran significativamente más intuitivos que la población general. En Australia, Gross ha hecho un seguimiento durante 20 años de una muestra de niños y niñas, con edades de entre 11 y 13 años, que fueron elegidos porque sus cocientes de inteligencia de Stanford-Binet eran superiores a 160. La investigadora comprobó que presentaban baja autoestima y “niveles de depresión moderados a severos”, por no mencionar la “soledad, el aislamiento social y la amargura”, de lo que culpa al fracaso educativo.

Evaluación: Ante la demanda de familias y profesorado de evaluar a niños y niñas que, bien porque desde temprana edad comienzan a destacar del resto de sus compañeros, o bien porque comienzan a mostrar los primeros signos de desadaptación, nos vemos ante la necesidad de optar por una evaluación completa para determinar lo que está ocurriendo.
La observación de la conducta del alumno o alumna, se considera una medida destacada de toma de información, pues mediante ésta, el padre o el maestro fija la atención en el lenguaje que utiliza el niño o niña, la calidad de las preguntas que realiza, la forma de comunicar, el diseño de estrategias, la persistencia, la constancia en el trabajo. Otro criterio inicial, habitualmente utilizado es el análisis del rendimiento, puesto que de estos niños o niñas se destaca su elevada habilidad para aprender cómo se hacen las cosas y para planificar y realizar aquello que han aprendido.
El Cuestionario de Personalidad de Porter y Cattell. El principal objetivo de este instrumento es el estudio de la personalidad en el intervalo de edad en que se administra. Este estudio es útil en el proceso de evaluación psicológica, tanto para la labor diagnóstica como para la intervención en el caso de los problemas emocionales o de conducta. También es de interés para los orientadores escolares.
COMPETENCIAS DEL MAESTRO: Los contenidos y tareas que los programas de formación ponen a consideración de los profesionales que van a trabajar con niños superdotados se agrupan en tres categorías: conocimientos de «naturaleza declarativa», conocimientos de «naturaleza procedimental» y conocimientos «acerca de los valores, actitudes y creencias».
Conocimientos de naturaleza declarativa: Los conceptos, datos, principios, leyes, teorías, que están presentes en los programas de formación de maestros de niños superdotados son: Inteligencia. Concepciones de la inteligencia; inteligencia abstracta; inteligencia mecánica; inteligencia social; inteligencia aplicada; inteligencias específicas: verbal, matemática. Enfoques de la inteligencia: psicométrico, operatorio, neuropsicológico, afectivo-dinámico y cognitivo-experimental. La inteligencia superior. Procesos y productos; estrategias de procesamiento de información; tipos de estrategias de aprendizaje: adquisición, de retención, de recuperación de conocimientos y de apoyo.
Creatividad. Concepciones de la creatividad. Pensamiento divergente versus pensamiento convergente. Tipos de creatividad. Indicadores de la creatividad (fluencia, originalidad, elaboración, flexibilidad, abstracción, expresividad, perspectivas inhabituales, humor, riqueza imaginativa, calidad de la imaginación).
Conocimientos específicos. Los programas de formación revisados incluyen, sugieren o recomiendan, la especialización del educador en un área o materia específica. Matemáticas, Lenguas Modernas, Ciencias, Política y Lógica; Ciencias sociales, Artes visuales, Dramatización y Tecnología. Siendo todo un reto para el Minerd.
El autor es docente en neurociencia educativa en la Universidad Católica Santo Domingo UCSD y pasado miembro de la Asociación Internacional de Educación de UNESCO con sede en Ginebra, Suiza.
Por: Rafael Bello Díaz.
