La organización cifra en 4.044 los niños fallecidos entre 2014 y principios de 2025 en rutas migratorias, «muchos de ellos huyendo de conflictos, el hambre y las crisis climáticas», explicó este miércoles la organización en un comunicado.
No obstante, la ONG avisó de que la cifra real podría ser mucho mayor debido a la falta de datos desglosados sobre menores migrantes.
Las rutas más mortíferas para los menores son el mar Mediterráneo, seguido del desierto del Sáhara, el paso migratorio de Afganistán a Pakistán y la zona fronteriza entre Estados Unidos y México.
Casi la mitad de todas las muertes de niños migrantes registradas se debieron a ahogamientos, mientras que al menos una de cada siete muertes fue consecuencia de accidentes de tráfico o de condiciones de transporte peligrosas.
«Esta sorprendente cifra es sólo la punta del iceberg, ya que estas víctimas mortales sólo representan a los niños que han sido encontrados, identificados y documentados como menores. La cifra real es probablemente mucho mayor», dijo Daniela Reale, responsable de Política Migratoria e Incidencia Política de Save the Children.
La ONG afirmó además que «los recientes recortes en la ayuda exterior están poniendo en peligro los programas de salud, nutrición, medios de subsistencia y educación para millones de niños», lo que podría suponer que más menores emprendan «viajes mortales» en busca de seguridad y oportunidades.
También hizo un llamamiento a líderes mundiales, socios y donantes a «invertir en los niños y en su futuro» y pidió a los Gobiernos que hagan una recopilación más exhaustiva de datos sobre los niños migrantes, incluida información sobre su salud, educación, protección y fallecimientos.
«Si subsanamos esta carencia de datos y ampliamos su disponibilidad, podremos comprender mejor los retos a los que se enfrentan estos niños y responder a sus necesidades con mayor eficacia», señaló la organización.




