Con apenas 17 años de edad, yo me encontraba entre unos de esos líderes que con más demencia y hasta con las armas, exigíamos el retorno al poder de nuestro presidente profesor Juan Bosch, el 24 de abril del 1965, y el tiempo nos ha dado toda la razón.
Hasta la fecha, ha quedado demostrado que ningún otro gobernante desde el 1963 a la fecha, ha podido emprender ni mínimamente las reformas contempladas en el gobierno de siete meses, encabezado por el profesor Juan Bosch.
Por eso fue que luchamos frenéticamente con las armas todo un pueblo, incluido jóvenes hasta de 15, y 17 años, como era mi caso, para restaurar nuestro Gobierno, encabezado por un ciudadano ejemplar, honesto y capaz, como nuestro líder indiscutible de todos los tiempos, profesor Juan Bosch.
Otros de los factores nuestro, fue enfrentar el alto grado de miseria y pobreza en que vivía la nación, luego del golpe de Estado, con el retorno al poder del presidente Juan Bosch, lamentablemente derrocado un año y siete meses antes, (del 24 de abril), por fuerzas antidemocráticas.
A pesar de mis 71 años de edad, recuerdo perfectamente como ahora, mientras los aviones ametrallaban las instalaciones de la Voz Dominicana y el doctor Jose Francisco Peña Gómez hacia un llamado de valentía al pueblo dominicano, como salimos al escucharlo, un grupo de valientes, de nuestra comunidad de Los Alcarrizos Viejo, formado por mujeres y hombres, entre los que se encontraban Antonio Jiménez (Vale Toño); Salvador Lorenzo, (El Aguila Negra), Julio Medina (Papalin); Manuel Concepción Jiménez, (mi compadre Manengo); María Suarez (La Rubia), mas tarde del Comando Cucaracha, quien les habla, Jose Guerrero y un sin número de personas que dejaron sus hogares vacío para iniciar el combate a vida o muerte.
Según estadísticas el conflicto que acabo con la vida de unas cinco mil personas, entre civiles y militares, no pudo lograr su objetivo principal, de nuestra parte, que era el retorno de nuestro líder el profesor Juan Bosch y de la Constitución electo el 20 de diciembre, como presidente de la Republica, en unas elecciones democráticas y transparentes, el cual había sido derrocado un año y siete meses antes por fuerzas antidemocráticas (digo yo por los remanentes de la dictadura trujillista).
La situación no fue nada fácil para nosotros antes de los enfrentamientos en el Puente de la 17 con las tropas de la Fuerza Aérea de San Isidro encabezadas por Elías Wessin y Wrssin, ya que carecíamos de los alimentos necesarios, ubicación, ropas y hasta dormitorio.
Nosotros sobrevivimos con la ayuda de Evelio Hernández, mi primo hermano, director del periódico La Nación, vocero de la revolución y del héroe nacional Tomas Fernández Domínguez, el verdadero ideólogo de la revuelta que cambiaría la historia del país.
Mi primo hermano conocía todo el equipo, era cercano del nuestro máximo líder y me presento en los alrededores del periódico Patria, al coronel, quien impartió las instrucciones de poner en funcionamiento el periódico La Nación. También conversamos con otro líder y héroe nacional Rafael “Fafa” Taveras, y unos tres días más adelante (el 28 de abril), nos llegó la desagradable de la llegada de los 42 mil marine Norteamericanos para impedir que nuestro proyecto constitucionalista obtuviera los resultados esperados.
Ya le digo que así mismo fue: Pasados el medio día de aquel sábado soleado, el general Marcos Rivera yacía prisionero junto a otros militares de alto en la cárcel del Campamento Militar 16 de Agosto, a 27 kilómetros de la ciudad capital, al tiempo que un reconocido locutor de la Voz Dominicana, Jose Francisco Peña Gómez, valientemente llamaba al pueblo a lanzarse a las calles para apoyarnos, en tanto el presidente Reid Cabral , el cual encabezaba el Triunvirato, nos emplazaba a rendirnos.
La historia es muy larga, pero ante la negativa del Embajador Norteamericano en el país William Tapley Bonnet a entrar en algún tipo de acuerdo con una comisión encabezada por Molina Ureña y parte del gabinete, el 24 de abril del 1965, cuando se produjo aquel gripo de guerra que nos motivó por parte de nuestro comandante el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, y cuando la revuelta se había convertido en una victoria , el 28 de abril el presidente Lyndon B.Johnson, supuestamente para evitar que la Republica Dominicana se convirtiera en otra Cuba, envio sus maldecidas tropas formadas por los 42 mil infantes para impedir la victoria al pueblo dominicano.
A largo plazo que ha logrado esta humillación y abuso de poder de siempre de los norteamericanos: Por un lado 53 años de atraso; pobreza extrema, malos gobiernos, corrupción absoluta, drogas y juegos legalizados, y una explotación minera sin ningún control. Era eso lo que los lideres revolucionarios queríamos para nuestro pueblo?. El profesor Juan Bosch dijo en unos de sus certeros discursos. “Si yo gano, la Lotería Nacional funcionara un solo sorteo mensual”.
La revolución termino con muchas negociaciones para sacar al coronel Caamaño del país, y otros arreglos. A los empleados de La Nación el Gobierno de Héctor García Godoy ordeno que se nos liquidara y algunos pasaron al hoy ministerio de Educación. A mí se me entrego la suma de $1,600 pesos con el cierre definitivo de ese importante medio de comunicación.
Esto si le puedo asegurar, roguémosle a Dios que Danilo Medina, un líder autentico que piensa y trabaja para los más necesitados a pesar del sistema, continúe en el poder hasta el 2024. Es lo mejor que le puede pasar al país, porque si otros nos agarran. Pobre de nosotros.
