ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de diciembre 2025
logo
OpiniónJesús M. GuerreroJesús M. Guerrero

¡A Danilo Medina no le importa ser derrotado, pero si ser derrocado! 

COMPARTIR:

“Tu peor pecado es que te has destruido y te has traicionado por nada.” Fiodor Dostoievski

Con el devenir del inclemente juez que es el tiempo, con la expulsión de por vida de las filas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), de Humberto Salazar, que es uno de los principales abanderados de los aliancistas que encabeza Peña Guaba en representación del expresidente Leonel Fernández, el mensaje es bastante claro; Danilo Medina en su condición de presidente del PLD no va a ceder ni media pulgada en un pacto que pueda beneficiar a Leonel Fernández.

La alianza fue error de Leonel Fernández, forzado por el grupo que dentro de la dirección política de la Fuerza del Pueblo (FP), ha emulado la hegemonía de la tristemente célebre OTAN del comité político (CP) del PLD, desde el instante que se manifestó la negativa del PLD de pactar en las grandes plazas electorales, era evidente que se había conformado un pacto de los rencores y cada integrante con su puñal para propinar estocadas por las espaldas de los demás integrantes de la peculiar alianza.

Peña Guaba y compartes, específicamente en la acera del PLD, con los aliancistas que encabezaban los miembros del CP, Domingo Contreras, Rafael Hidalgo que ya renunció del PLD, Francisco Javier García y el miembro del comité central y también candidato a alcalde por San Juan de la Maguana, Lenin de la Rosa; la respuesta a la exigencia de ampliar la alianza rescate de parte de Danilo Medina ha sido contundente y en perjuicio de los aliancistas que saldrán de las filas moradas por decisión propia o expulsados, la decisión de otorgar la potestad de las alianzas al candidato presidencial del PLD, Abel Martínez, es parte de la negativa a ampliar dicho acuerdo.

La estrategia de choque contra el danilismo funcionó para detener sus pretensiones continuistas más allá del 2020, al obligarlo a ceder en su intentona reeleccionista, pero al parecer los que abogaron por la pseudo reunificación de la familia boschista, olvidaron los excesos cometidos por Medina desde el poder y no han sido capaces de entender que es más peligroso ahora para los anhelos de regreso de Leonel Fernández, que cuando ostentaba la presidencia del país, al no tener nada que perder.

Desde aquella reunión del CP del PLD, terminada abruptamente mientras Medina se encontraba fuera del país por su quebranto de salud. En dicha reunión, el golpe estaba montado e iba a ser ejecutado por Domingo Contreras, poner en licencia al presidente del PLD, para pactar en todos los niveles de elección del venidero proceso electoral del año 2024 y Danilo Medina evitó cesar en funciones de su partido.

Danilo Medina está armando la carpintería política con miras al 2028, porque sabe que el PLD no tiene forma de competir en el 2024 y pactar completamente con la FP, seria entregar su partido a Leonel Fernández, al igual que Majluta entregó el Partido Revolucionario Independiente a Peña Gómez al apoyarlo en las elecciones de 1996 y de ahí el resto es historia.

Danilo Medina entiende a la perfección que lucha por la legitimidad política del PLD, que de perder esto ante la FP, será inevitable la transición de un partido contendor del poder a una bisagra como paso con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

A lo interno del PLD, la suerte está echada con el enfrentamiento desatado entre Danilo Medina y su candidato a alcalde por el Distrito Nacional, Domingo Contreras al mismo que Medina abandonó en los comicios municipales del 2020 y que públicamente ha negado su apoyo en el 2023 con miras al 2024, al afirmar que el PLD prefiere la plaza municipal de Santiago de los Caballeros y que con eso compensaría la derrota en la plaza capitaleña.

La renuncia del PLD de Domingo Contreras parece estar hecha para ser depositada en los próximos días, dejando acéfala la boleta municipal morada en la capital. Desde hace tiempo viene construyendo su relato, para su salida de las filas moradas.

Inmediatamente ocurra esto, la rebelión de los sargentos en el Distrito Nacional, será encabezada por los candidatos a regidores del partido de Bosch.

La nueva crisis interna que afecta al PLD, pone en riesgo la continuidad de la alianza que forjó Miguel Vargas y polariza el escenario ante un presidente que busca la reelección presidencial y encabeza las preferencias electorales y su más cercano competidor está por debajo de 20 puntos porcentuales ante el proyecto reeleccionista.

Por eso, desde que implosionó la lucha interna entre los aliancistas y los que no apoyan la alianza a la cabeza Danilo Medina, pusieron a correr el rumor que tiene categoría de Estado, que el pacto en todos los niveles y provincias era realidad, hasta que fue desmentido por Rubén Bichara, quien afirmó que seguían las negociaciones, pero sin nada definitivo.

Ya hay voces de la FP, que exigen el rompimiento de la alianza, torpemente y con conocimiento de causa, no quisieron aceptar luego de haber conocido el ejercicio desmedido del poder de Danilo Medina, que este es como el alacrán de la fábula con la rana, no puede evitar la traición e incumplir su palabra, es su naturaleza.

Un error garrafal de los aliancistas, fue designar a Peña Guaba como el interlocutor que procuraba la apertura del canal de comunicación, entre los bandos enfrentados, ya que Medina lo responsabiliza de la conformación del bloque que sacó al PLD del poder.

Al saber que no hay condiciones favorables para el PLD en el 2024, no tomará decisiones para favorecer a la FP y que afecten al PLD con miras al 2028.  Por eso, a Danilo Medina no le importa ser derrotado, pero si ser derrocado de lo único que ostenta después de haber sido desalojado de la casa de gobierno en el 2020. Olvidaron la enseñanza de Baltazar Gracián, nunca pelees con quien nada tiene que perder.

Creo prudente concluir con la siguiente frase de William Shakespeare, cito: “Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos.”

Por Jesús M. Guerrero hijo

Comenta