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25 de diciembre 2025
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OpiniónRafael Emilio Bello DiazRafael Emilio Bello Diaz
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La ministra de Interior y Policía, Faride informó que hasta la fecha se han registrado 48 feminicidios en República Dominicana en lo que va de 2025, una cifra que calificó como un «drama humano» y una «pandemia» De los 48 casos, 36 corresponden a feminicidios íntimos, es decir, cometidos por parejas o exparejas sentimentales, generalmente en contextos vinculados al hogar o al ex hogar, explicó

El término feminicidio hace referencia al asesinato de mujeres por su condición de género Según Radford y Russell. Aunque la palabra inglesa usada originalmente fue femicide, Marcela Lagarde usó las raíces latinas feminis -de la mujer- y caedo, caesum -matar-para reconstruir el término como feminicidio. Los estudios sobre la seguridad ciudadana se han ocupado de mostrar cómo las mujeres están en más peligro en sus casas que en las calles. El sesgo machista de las estadísticas sobre seguridad ciudadana hace que se mida con más frecuencia el delito callejero, y se dejan invisibilizadas otro tipo de inseguridades, como la violencia contra la mujer (PNUD).

Son diversas las formas como puede afectarse la seguridad de las mujeres. La violencia física en contra de ellas es uno de los extremos, pero el espectro de violencia está dado por actos como el acoso sexual o el laboral, la violencia intrafamiliar o la sexual, la trata de mujeres, la prostitución forzada y el feminicidio. Todos estos hechos se caracterizan por el ejercicio de actos de violencia, y por darse dentro del marco de una relación de subordinación y de dominación. La violencia de género es un elemento constitutivo para el mantenimiento y la reproducción de los privilegios masculinos, y la subordinación de las mujeres. En ese sentido, la violencia doméstica es un problema de género, no solo por sus víctimas, sino por su contribución a esa estructura de dominación.

Para Rico, la violencia de género está vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad. Esta violencia perpetúa la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. La cuestión d la vulnerabilidad es central para entender esta clase de violencia y poder distinguirla de otro tipo de agresiones. La forma más extrema de la violencia de género es el feminicidio o femicidio. El término fue introducido públicamente por Diane Russell, en su testimonio sobre los asesinatos de mujeres ante el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra las Mujeres, que sesionó en Bruselas en 1976. Tiempo después Radford & Russell lo definieron como “el asesinato misógino de mujeres cometido por hombres”, y fue considerado por Radford como una forma de violencia sexual. Russell lo definió como el asesinato de mujeres por hombres por el solo hecho de ser mujeres

Los aportes de la teoría feminista han permitido fundamentar y construir el concepto feminicidio como producto de relaciones históricas asimétricas construidas en un sistema patriarcal y en contextos de desventaja social, económica y política para la mujer. Desde sus orígenes el patriarcado implicó no sólo una jerarquización en términos económicos, sociales y políticos, sino también una serie de ideas, símbolos y metáforas mediante las cuales se incorporaron relaciones de género desiguales se incorporaron en la civilización. Gerda Lerner identifica que el dominio masculino procede del rol como del varón cazador y guerrero triunfador, mientras que la mujer es confinada a su rol reproductivo, valorado como indispensable en la medida que garantiza la supervivencia de la tribu; basándose en Engels menciona que la subordinación femenina se inicia con el rompimiento de relaciones  parentales de propiedad comunal, momento en el cual la propiedad privada da origen a la familia nuclear transformada luego en familia patriarcal con la creación de los Estados arcaicos; es en ese momento cuando la subordinación queda codificada en las leyes y el trabajo femenino pasó a ser un servicio privado de servidumbre y satisfacción sexual e instrumento de reproducción para los varones. De esta manera, Gerda Lerner evidencia que durante 4000 años las mujeres han desarrollado sus vidas en un proceso histórico -no natural- de dominación masculina para el cual fue vital la privación de la educación y el monopolio de las definiciones y discursos que interpretan el mundo en sus términos, transformando los principales símbolos de poder femenino antes existentes y oscureciendo la existencia de una historia de las mujeres.

Clasificación del feminicidio: El feminicidio, es un concepto polisémico y en construcción cuyo uso ha sido de gran utilidad política, contribuyendo a desarticular imaginarios, creencias, prácticas sociales y representaciones que ubican las violencias contra las mujeres como naturales y tolerables, construidas sobre relaciones de opresión y subordinación entre varones y mujeres. Más allá de su contribución a la construcción de tipos penales género-específicos, es un concepto hermenéutico mediado por la categoría género para ayudar a descifrar lo que Monarréz ha llamado la otra barbarie del patriarcado en la era de la globalización. Aunque todo asesinato de una mujer por circunstancias de género es un feminicidio, que tiene diferentes formas de manifestarse, distintos contextos y motivaciones, cada feminicidio da cuenta de las violaciones a los derechos humanos de las mujeres, y representa la fase final de un conjunto sucesivo de actos violentos.

La clasificación que se presenta recoge los distintos tipos de feminicidios descritos en la literatura. Su articulación es útil para el desarrollo de un sistema de información y vigilancia unificada sobre feminicidio facilitando el análisis comparativo y los argumentos sobre la evolución de la problemática en contextos urbanos de alta criminalidad e impunidad. Para la salud pública como campo interdisciplinario, el reto es innovar en políticas públicas y programas para un abordaje integral, dada la complejidad de este problema social, que trascienda el enfoque tradicional. Es posible avanzar desde la formación crítica, para la transformación de prácticas institucionales actuando tanto en entidades estatales como en instituciones profesionales y técnicas.

En el campo de los servicios se requiere fortalecer el andamiaje para desarrollar comités intersectoriales para el análisis de casos incluyendo los que terminaron en feminicidio. Así podrán identificarse barreras de acceso y calidad en los servicios de protección, prevención y atención a víctimas de la violencia contra la mujer y en los procesos de judicialización, para la implementación de correctivos en las entidades que intervienen en el proceso sería fundamental, contar con un sistema de información y gestión articulado incorporando herramientas de medición de las distintas formas de violencia. En relación con el fenómeno de feminicidio emerge un continuum violento en la historia de mujeres como violaciones, tortura, esclavitud sexual, abuso sexual infantil incestuoso o extra- familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual mutilación genital, maternidad forzada, histerectomías, heterosexualidad forzada, esterilización forzada, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía plástica y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento. Algunas de estas tipificaciones son usadas ampliamente por observatorios de feminicidio, liderados en su mayoría por organizaciones de mujeres, pero sin una unificación de criterios ni tipologías que faciliten la comparación entre países y regiones.

Determinantes sociales del feminicidio:  Muchos determinantes que conducen a la muerte   son controlables y en ese sentido Gómez, incluye las muertes violentas como evitables con el desarrollo de políticas públicas que apunten al control de sus determinantes sociales. Al respecto Anglin señala que con frecuencia los análisis de la violencia contra las mujeres se reducen a la dicotomía “víctimas versus perpetradores”, dejando de lado los elementos estructurantes de dicha violencia. De esa manera, también las políticas se han concentrado en la judicialización del agresor sin intervenir los determinantes del problema claramente identificados.

Desafíos para la salud pública: El feminicidio es la forma más extrema de la violencia que vulnera el derecho a la vida de las mujeres por ser mujeres y les impide el disfrute de todos los demás derechos. Desde que se acuñó el término feminicidio se ha abierto un debate que hoy tiene resultados tangibles en la legislación de algunos países de América Latina, pero que aún no logran una disminución en los casos, ni a un mejoramiento en los niveles de impunidad. El feminicidio ha sido invisible en los análisis de la mortalidad violenta usados en la gestión sanitaria, afectando la distribución de recursos para el desarrollo de programas de prevención de las violencias de género. Aún hoy los informes de mortalidad resaltan sólo la muerte violenta de hombres especialmente jóvenes y adultos, dando una importancia casi nula a los eventos de feminicidio a pesar de que la cifra está incrementando y que pueden ser tipificados para el hacer seguimiento al impacto de estrategias género-específicas que se implementen. Recientemente el presidente de la Republica ha manifestado el tema como muy preocupante en nuestra sociedad.

 

Por Dr. Rafael Bello Díaz

El autor tiene estudios de medicina y sociología en la universidad autónoma de santo domingo “primada de América”.

 

 

 

 

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