Este viernes 22 de abril se conmemora en todo el globo terráqueo el Día Mundial de la Tierra, fecha propicia para que cada ser humano de esta media isla reflexione sobre la necesidad de que cuidemos el medio ambiente.
No podemos continuar por la pendiente actual en la que únicamente se degrada el hábitat con daños irreversibles. Los espacios urbanos lucen llenos de basura, y esa aberración no es solo culpa de que muchas de las autoridades edilicias no la recogen, sino que también la desidia con que nos desenvolvemos nos hace renuentes a echar los desperdicios en el zafacón.
La tala indiscriminada de árboles ha acabado con nuestros bosques. La extracción de arena de los ríos por parte de delincuentes destruye un recurso que a la naturaleza le cuesta cientos de años en producir.
Nuestros ríos y mares se contaminan por la irresponsabilidad de muchas personas que de forma indolente vierten sustancias tóxicas y químicas en ellos. Este día mundial de la tierra debemos proponernos una nueva cultura de cuidar nuestros espacios naturales, y abandonar la práctica de denigrar, destruir, contaminar, el mundo que nos rodea.
Quiero finalizar este homenaje a la madre tierra con unos humildes versos que me brotaron de lo más recóndito del corazón.
Hoy se festeja en la humanidad,
el Día Mundial de la Tierra,
pero la mugre y las sierras,
la destruyen sin dignidad.
Ríos y mares contaminados,
es el balance de hoy,
este día enojado estoy,
el planeta luce abandonado.
Enfermedades por doquier,
cáncer, Sida y Zika arrasan,
y si preguntas porqué esas cosas pasan,
sencillo: a la tierra a nadie le parece doler.
POR ELVIS VALOY




