Cuando vi en la prensa y en los medios digitales la propuesta de algunos diputados relacionada con una iniciativa sometida a la cámara, proponiendo la creación del servicio militar obligatorio en la República Dominicana, vinieron a mi mente muchos pensamientos que decidí organizar en este escrito, pues me parece que existen más riesgos que soluciones en esta iniciativa legislativa.
De acuerdo a lo indicado por la prensa, sería para ir en recate de los jóvenes y sitúan la propuesta como aplicable para las personas que estánen el rango de edad entre 18 y 35 años.
Los conceptos fundamentales que definen el propósito de esta iniciativa serían: la de inculcar valores patrios y los valores morales y cívicos, además de reforzar la reserva de las fuerzas armadas del país.
Para ello sería necesaria la creación de una nueva superintendencia que se encargaría de este servicio militar obligatorio que tendría un año de duración.
En principio me chocó la idea y la asocié al concepto reciente donde se habló de vacunación obligatoria. Obligar a las personas cuando no se tiene un liderazgo plausible ni en el gobierno y mucho menos en las cámaras legislativas, no solo es irritante, sino una burla al pueblo dominicano evidentemente no representado dignamente en las mismas, ni en el gobierno central.
Pero es un tema que sobre sale y que parecería estar fuera del contexto social y político que vive el país, sobre todo, por la misma imagen compartida que se tiene sobre el congreso nacional y la gran mayoría de las instituciones, donde definitivamente están señaladas las fuerzas armadas y la policía nacional.
Este tema tiene una serie de puntos que nos llaman la atención y que nos indican cuidado, cuidado. Y esto suma fuerza a pensar, que la idea de establecer un servicio militar obligatorio en el país, puede traer más problemas que bienestar en el corto y mediano plazo.
En lo económico: crear una nueva superintendencia implica gastos corrientes adicionales para un país ya endeudado. Tendría que pensarse en deducirlo del 4% de educación, pues ellos son los que fallan en el proceso propio de la educación en moral y cívica y valores patrióticos. Es más tampoco luce que los cumplen, las fuerzas armadas que no se sabe ya, sin pro haitianas, pro fusión o si están infestadas de mafias comprometidas con el crimen organizado.
Al final todo esto podría verse como una duplicidad de esfuerzos y de gastos no productivos para la nación.
Por otro lado, estarían los daños a las personas empleadas. En el rango de edad están las personas más productivas del país. Sería contra producente, distorsionar su ruta de vida y cortándoles a muchos su carrera profesional, para honrar este propósito militar.
El capital humano y las empresas. Las empresas tendrían un impacto negativo, ya que personal contratado, tendría que abandonar su que hacer, para dedicarse un año a este propósito. Se producirían violaciones a los contratos de trabajo.
También impacta en el sostén de las familias. Sería un gasto mucho mayor para el estado y un problema adicional para la familia dominicana, pues habría que cubrir los gastos familiares, de los que deban abandonar su trabajo para cumplir con este propósito ese año.
También hay un tema clave en cuanto lo académico. Teniendo presente los resultados de los que formalmente son militares, no los que darían un paseo de un año, entonces aquí caben muchas preguntas, incógnitas, escepticismo y desconfianza.
¿Cuales paradigmas serán impartidos?, esto es crítico, pues ya en ese rango de edad, las personas han definido sus criterios y tienen clarísimo su personalidad, sus inclinaciones. Luce en este sentido un proyecto hasta de despropósito. A no ser que con ello se deseen detectar a los desafectos a un régimen. Y no vivimos en una dictadura.
¿Quiénes impartirán las clases y entrenamiento?. Esto es básico, y si nohan sido capaces de formar gente confiable, gente que defiendan realmente el país, la moral, la ética, que no participen en el crimen organizado, ni en las mafias ni en el narco. ¿Qué lograran con personas ya formadas y dedicadas a sus actividades personales, privadas y familiares?. ¿Con que modelaje y liderazgo para el bien lo lograrán?.
¿Qué beneficios personales dará a las personas que participen, que serían todos los que tienen entre 18 y 35 años?. ¿Aprender a tirar?. ¿Tener habilidades militares?. ¿El poderse defender ante una agresión en la calle o ante un conflicto bélico?. ¿Tener nuevas herramientas para ser delincuentes más efectivos?. Creo que estos últimos le sacarían tremendo provecho.
En cuanto a lo Jurídico también hay importantes bemoles. En primer lugar en cuanto a los derechos ciudadanos, derechos humanos, principios fundamentales constitucionales, pero también en materia de trabajo y derecho comercial.
Se imagina por ejemplo una persona de 25 años emprendedora ya con dos niños, casado. Y con su propio negocio. Hasta risa da, pretender que deje su negocio para irse un año al serviciomilitar obligatorio. Así podríamos ver esto caso por caso, y luce remoto e inviable este proyecto de obligar a las personas a esto.
Es más, el riesgo sería también grande para el país, si en lugar de ser obligatorio fuera voluntario. Estoy casi seguro que siendo voluntario, se trataría de filtrar a quienesadmitir, porque no estaríamos entrando a la filas a enemigos, ni a delincuentes, ni a terroristas, ni a caballos de Troya.
Mansos y cimarrones. Como la discriminación que se plantea es un rango de edad, cualquier persona que esté en el rango de edad, debería participar y habría algunos, que querrían hacerlo para otros fines muy distintos a los que se ofrecen.
Muchos estarían enfocados más en las habilidades militares que en los temas de moral y cívica o patriotismo. Y de no cumplirse con esas expectativas para los que accedan a participar, estarían desmotivados y hasta desertando.
Si yo fuera un anarquista, terrorista, enemigo, delincuente, me animaría a participar, para afinar mis conocimientos y ser mucho más eficiente y efectivo en mis actividades delictivas.
Sería sin ser la intención, una escuelita ideal para que en el día menos pensado explote una camada de nuevos delincuentes entrenados con herramientas de guerra operando en el país.
Esto sin olvidar que hay hijos de la Gran Gleba que también participarían, pues serán los delincuentes de cuello blanco de mañana. Quienes hasta compiten hoy con los de la 42.
Sobre este último punto hay que tomar en cuenta que la Formación militar podría estar dándose a caballos de Troya, cosa que debe evitarse, por lo que los participantes deben ser:
- Deben ser dominicanos
- No debe existir dudas de su nacionalidad
- No olvidar que la discriminación solo por la edad puede:
- Puede contribuir a la formación de organismos paramilitares
- Puede contribuir a la formación en materia militar de potencialesanarquistas y guerrilleros
Es que el entrenamiento militar no cambia corazones ni pensamientos a la edad que se está planteando.
Si da la disciplina, pero si el mal ya está en el corazón del participante, le daremos herramientas para concretizarla con más precisión y más impacto.
Por estas razones comentadas existe la potencialidad de que se verifique el efecto boomeran. Y la única alternativa viable pero sin atajos: es la formación de líderes para el bien. Y luego disciplinarlos.
Disciplinar lo que está ya torcido, no traerá otra cosa que no sea una sofisticada y disciplinada carrera para el mal, entrenada con los recursos públicos.
Sobre todo, cuando se está hablando de obligar a las personas a realizar algo en contra de su voluntad.