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20 de diciembre 2025
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OpiniónKary Ramírez AlmonteKary Ramírez Almonte

181 años de Constitución: El valor de la democracia y la decisión de un presidente que marca diferencia

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Cada 6 de noviembre la República Dominicana conmemora un acontecimiento que definió su destino: la proclamación de la primera Constitución en 1844, en la ciudad de San Cristóbal.

Aquella carta fundacional, inspirada en los ideales de independencia, libertad y soberanía, dio origen a una nación basada en el respeto a las leyes y en la dignidad de su pueblo. Hoy, al celebrarse el 181.º aniversario de la Constitución, no solo rendimos homenaje a nuestros fundadores, sino que también miramos hacia el presente y el futuro con un profundo llamado a la conciencia cívica.

A lo largo de la historia dominicana, la Constitución ha sido reformada en múltiples ocasiones, muchas veces bajo el signo de la conveniencia política. Presidentes como Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ramón Cáceres, Horacio Vásquez, Rafael Leonidas Trujillo y Joaquín Balaguer alteraron su contenido para extender mandatos o modificar el equilibrio de poderes. Las reformas de 1994, 2002, 2010 y 2015 son prueba de que el debate sobre los límites del poder y la reelección sigue siendo una constante en nuestra vida institucional.

Sin embargo, en esta etapa de madurez democrática, la administración del presidente Luis Abinader representa un hecho inédito: pese a contar con el capital político, el respaldo popular y la mayoría legislativa suficiente para promover una reforma a su favor, ha reafirmado públicamente su decisión de no buscar la reelección consecutiva y de fortalecer una disposición constitucional que impida la continuidad inmediata en el poder.

Esta decisión trasciende el plano político; es un acto de coherencia ética y respeto institucional que rompe con la tradición histórica del caudillismo y devuelve a la Constitución su sentido original: el de ser límite, no herramienta de ambición personal.

En tiempos donde la tentación del poder suele imponerse sobre los principios, la determinación de Abinader constituye un ejemplo de liderazgo moderno, consciente y responsable. Su gesto abre una nueva página en la historia democrática dominicana, donde la legitimidad no se mide por la permanencia, sino por la capacidad de gobernar con visión de Estado.

Celebrar este 181.º aniversario constitucional es, por tanto, mucho más que recordar una fecha histórica. Es reafirmar el compromiso de cada ciudadano con el respeto a la ley, la defensa de los derechos y la participación activa en la vida pública. La Constitución es más que un documento jurídico: es el pacto moral que une a todos los dominicanos dentro y fuera del país bajo una misma identidad y un mismo propósito.

Hoy, la República Dominicana puede mirar hacia el futuro con esperanza, sabiendo que la institucionalidad se fortalece cuando el poder se ejerce con límites y cuando los líderes entienden que servir al pueblo es más grande que perpetuarse en el cargo.

En el exterior, también tenemos la responsabilidad de ser guardianes de esa democracia, promoviendo sus valores y educando a las nuevas generaciones en el respeto al Estado de derecho.

Porque defender la Constitución no es tarea de un día, sino compromiso de una vida.


Por Kary Ramírez Almonte

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