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19 de diciembre 2025
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OpiniónJavier DotelJavier Dotel

15 mentiras, que se dicen sobre Jesús

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En las sombras del tiempo y la fe, emerge un hombre que ha marcado la historia como ningún otro, Jesús de Nazaret. Su vida, su mensaje y su legado han transformado civilizaciones, dividido imperios y renovado almas. Pero tras siglos de relatos, interpretaciones y controversias, ¿que sabemos realmente de Él? Nació en diciembre: ¿Nació realmente un 25 de diciembre? ¿Cómo afirman tantas voces a lo largo de los siglos?

Vamos a ver 15 mitos o mentiras que se han tejido alrededor de la figura de Jesús de Nazaret. Desde afirmaciones que desafían la esencia de su divinidad, hasta narrativas fabricadas que intentan oscurecer su misión aquí en la tierra. A lo largo de los siglos, múltiples creencias erróneas han construido una imagen de Jesús, que, aunque popular se distancia del testimonio bíblico y de su mensaje autentico. Muchas de esas ideas equivocadas surgen de mal entendidos culturales, tradiciones humanas que se han desarrollado con el tiempo, o a veces intentos de fusionar sus enseñanzas con otras ideologías, así como de interpretaciones laicas que distorsionan el cristianismo; al analizar las escrituras comprendemos el impacto transformador del mensaje de Jesús.

1.- Jesús nació el 25 de diciembre: No sabemos con precisión la fecha en que nació Jesús, pero al analizar las escrituras nos damos cuenta de que no fue en invierno, mucho menos el 25 de diciembre. Sin embargo, este dato no se encuentra en los evangelios ni en ninguna otra escritura bíblica. La fecha de nacimiento de Jesús fue establecida varios siglos después de los eventos narrados en la biblia, probablemente para sustituir las celebridades paganas que se celebraban en invierno, como las actividades romanas de saturnalia o como las celebraciones dedicadas al sol invitum, el dios Sol o Baal. Sin embargo, el establecimiento de esta fecha como la del nacimiento de Jesús no tiene base solidad en las escrituras, todo lo contrario, la biblia nos enseña claramente que no pudo ser en invierno, y que probablemente nació en otoño, tal vez a mediados de septiembre. Hay dos razones claves que respaldan esta conclusión: Lucas 2:7-8, sabemos que en la temporada que nació Jesús, los pastores estaban en los campos vigilando los rebaños por la noche, sin embargo, los pastores en Judea no hacían eso en el mes de diciembre, debido al mal tiempo y al crudo invierno de la zona, y las ovejas permanecían en guaridas para guardarse en esas inclemencias del tiempo. En segundo lugar, los padres de Jesús acudieron a belén para ser empadronados en un censo romano, los romanos no habrían ordenado un censo en el tiempo más duro del invierno donde todos debían trasladarse al lugar de su nacimiento. ¿Si Jesús no nació el 25 de diciembre en alguna forma hay algo en la biblia que nos indique cuando nació?

El escenario bíblico nos señala a principio del otoño, probablemente a mediado del mes de septiembre, todo esta basado en el nacimiento de Juan el bautista que según las escrituras nació seis meses antes que Jesús. Si encontramos la fecha de nacimiento de Juan el bautista, automáticamente sabremos la fecha aproximada del nacimiento de Jesús.

Zacarias padre de Juan el bautista era sacerdote y estaba sirviendo en el templo de Jerusalén en tiempo del turno de Abías tal como lo señala Lucas 1:5; cálculos históricos nos indican que en ese año su turno de servicio correspondió a junio, después de su servicio volvió a casa y Elizabet concibió.

Suponiendo que la concepción de Juan se llevara a cabo, a fines de junio y si agregamos nueve meses suponiendo que fuera un embarazo normal, nos lleva al final de marzo como la fecha probable del nacimiento de Juan el bautista, agregando entonces otros seis meses llegamos alrededor de mediado o finales de septiembre como la fecha probable del nacimiento de Jesús.
Aunque no sabemos con precisión cuando fue la primera vez que se celebro en diciembre el nacimiento de Jesús, los historiadores han concluido que fue en algún momento del recorrer del siglo cuatro.

2.- Jesús es el padre.

Algunas personas creen que Jesús y el Padre son las mismas personas, pero esta interpretación va en contra de la enseñanza central de la trinidad y no es mas que una forma de herejía conocida como modalismo. El modalismo sostiene que a lo largo de la historia Dios se manifiesta como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, pero que no son personas distintas sino manifestaciones de un solo Dios, esta doctrina niega la diferencia entre los tres personas, lo cual es incompatible con las enseñanzas bíblicas sobre la naturaleza de Dios, este es un punto inentendible para los judíos. En contraste la biblia nos enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas distintas, pero un solo Dios en esencia, la biblia muestra que Jesús y el Padre son distintos; en el evangelio de Juan 17:1. Jesús ora al padre pidiéndole que lo glorifique, lo que indica que no son la misma persona, además en Juan 14:16-17; Jesús menciona que pedirá al padre que envíe al Espíritu Santo, destacando las diferencias entre las tres personas divinas. Otras pasajes demuestran que, aunque las tres personas son co-iguales en esencia, son personas distintas. La distinción entre Jesús y el Padre es crucial para la salvación. Si Jesús fuera el padre, el sacrificio en la cruz perdería su objetivo, ya que no habría una verdadera mediación entre Dios y los hombres y la biblia enseña que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres, si es mediador entonces no es el Padre.

Entender la trinidad es crucial para entender la obra de Dios y la obra redentora de Cristo.

3.- Jesús vino para abolir la ley

Algunas personas piensan que, con la venida de Jesús, la ley del antiguo testamento fue abolida o ya no tiene relevancia; esta idea surge de una interpretación errónea de la misión de Jesús, sugiriendo que el vino a abolir las leyes dadas en la antigüedad, esto pasa por alto el propósito real de Jesús que no fue abolir la ley sino darle su cumplimiento pleno, Jesús completo y cumplió la ley. En Mateo 5:17; Jesús deja claro este punto cuando dice “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogarla, sino para cumplir”.

Las leyes y profecías del antiguo testamento apuntaban a Jesús, a su vida, muerte y resurrección. Jesús no vino a eliminar las enseñanzas morales de la ley por el contrario las reafirmo y las profundizo. En el sermón del monte, Jesús no solo explico la ley en términos de acciones externas, sino que destaco que los pensamientos y actitudes internas también son importantes. Por ejemplo, Jesus enseña que no solo el acto de asesinar es pecado, sino también el odio en el corazón. En conclusión, no estamos bajo la ley, estamos en Cristo porque la ley encuentra su cumplimiento en El. Muchos evitan estudiar el antiguo testamento porque entienden que ha sido completamente abolido; pero la realidad es que el nuevo testamente no puede entenderse sin comprender plenamente el antiguo testamento. El antiguo testamento prepara el camino para la venida de Cristo y ayuda a comprender el propósito de su obra redentora.

4.- Jesús tuvo una relación romántica con María Magdalena.

Una teoría popular, especialmente en libros y películas como El Código Davinci, sugieren que Jesús y María Magdalena tuvieron una relación romántica o incluso que estuvieron casados, sin embargo, no hay ninguna evidencia bíblica que respalde esta idea, los evangelios ni siquiera sugieren tal blasfemia, sino que ella es presentada como una discípula y devota servidora de Jesús. La biblia describe a María Magdalena, como una mujer de la que Jesús expulso siete demonios y una testigo clave en la resurrección de Cristo; estos pasajes describen su relación con Jesús, pero no hay indicios que esta relación fuera de naturaleza romántica. Jesús trato a sus seguidoras con respeto y las incluyo en su ministerio, pero nunca hay una sugerencia de un vinculo sentimental. Jesús vino a cumplir una misión divina de salvación y redención y su relación con sus discípulas era espiritual y educativa, no romántica.

5.- Jesús era rico y vivió en lujo.

En algunas interpretaciones erróneas de las escrituras se ha afirmado que Jesús era rico y que vivía rodeado de lujos. Esta idea surge como una suposición de que el hijo de Dios debió vivir con toda riqueza y confort que el mundo podría ofrecer, sin embargo, esa consideración es completamente contraria a lo que los evangelios nos enseñan sobre la vida de Jesús. La realidad es que Jesús vivió de forma extremadamente humilde, sin apego a las riquezas ni a los placeres del mundo, enfocándose en su misión espiritual de salvar a la humanidad. La refutación de esta idea se encuentra en varias enseñanzas y pasajes de la biblia en Mateo 8:20; Jesús mismo declara: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza”.

Este versículo muestra claramente que Jesús no tenia una residencia permanente, ni posesiones materiales; a lo largo de su ministerio vivió de manera ambulante, sin un hogar fijo y dependiendo de la generosidad de otros. Sus seguidores como algunas mujeres que lo acompañaban le proporcionaban sustento, pero no vivía en lujo ni en confort, sino que adoptaba una vida de pobreza y humildad; además las enseñanzas de Jesús sobre las riquezas refuerzan su apego al desenfoque material. En múltiples ocasiones, Jesús hablo de la importancia de renunciar a las riquezas para seguirlo y vivir una vida de servicio y sacrificios; por lo tanto, la imagen de un Jesús rico y acomodado es una distorsión de su verdadero estilo de vida que fue marcado por la humildad, la simplicidad y el sacrificio.

6.- Jesús solo era un profeta.

Algunas personas sostienen que Jesús fue simplemente un profeta, una figura histórica que vino a enseñar y guiar al pueblo, comparables a otros profetas del antiguo testamento, como Moisés o Isaías. Jesús fue tan solo un hombre sabio que hablo en nombre de Dios, han dicho otros. Pero no tendría una identidad divina ni un papel único en la redención de la humanidad, sin embargo, este entendimiento de Jesús es incompleto y no refleja lo que el mismo afirmo sobre su identidad. Jesús no solo se vio a si mismo como un profeta, sino que se presento como el hijo de Dios; con una relación única con el Padre y el único camino hacia la salvación de la humanidad. Su misión no solo era transmitir un mensaje divino sino cumplir un plan de redención que solo Él podría llevar a cabo. En Juan 14:6 declara: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al padre, sino por mí”. Esta declaración no se limita a la función de un profeta quien simplemente señala el camino, sino que Jesús se presenta como la fuente de la verdad y la salvación, algo que va más allá de cualquier profecía. Jesús no solamente habla en nombre de Dios, sino que el mismo es el camino al padre, la verdad absoluta y la vida eterna. Esta afirmación muestra que Jesús no se consideraba un profeta mas sino el centro de la revelación de Dios. Además, en Juan 10:30; Jesús dice: “Yo y el Padre uno somos”. Este tipo de afirmaciones revela la identidad única de Jesús; algo que ningún profeta habría dicho. Jesús no solo fue un mensajero de Dios, sino que se identifico como “uno con Dios” lo cual es una afirmación radical y fundamental de su naturaleza divina. Si Jesús tan solo fuera un profeta, estas palabras serian blasfema, pero para El, cómo el hijo de Dios, refleja la verdad de su relación íntima con el Padre. Jesús vino a revelarse como la encarnación misma del Dios vivo, cumpliendo un papel central en el plan de salvación para la humanidad.

7.- Jesús fue un líder político.

Algunas personas interpretan a Jesús como un líder político, como revolucionario, creyendo que su misión era liberar a los judíos del yugo romano y establecer un reino terrenal. Sin embargo, esta idea distorsiona la verdadera naturaleza de su propósito, aunque muchos esperaban que el mesías trajera una liberación política. Jesús nunca se presentó como un líder que viniera a cambiar el orden político, sino como alguien cuya misión seria mucho mas profunda y espiritual. En Juan 18:36; Jesús responde a pilatos: “Respondió Jesus: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Con esta afirmación Jesús deja clara que su misión no tiene que ver con el poder político, ni con la lucha contra gobiernos terrenales. Su mensaje no era sobre establecer un estado o una nación, sino sobre transformar el corazón humano y ofrecer la salvación a través de la reconciliación con Dios. El reino de Jesús es espiritual y se manifiesta en aquellos que aceptan sus enseñanzas y viven de acuerdo con los principios del amor, el perdón y la verdad. La misión de Jesús fue en ultima instancia salvadora y redentora, no política. El vino a predicar el reino de Dios, que es un reino de paz, justicia y vida eterna, no un reino terrenal.

8.- Jesús nunca afirmo ser el mesías.

Algunos consideran que Jesús nunca afirmo ser el mesías, sugiriendo que El, evito declararse abiertamente como tal durante su vida. Esta idea se basa en una interpretación errónea de los Evangelios, ya que de hecho Jesús si, se identificó como el mesías en varias ocasiones; aunque en algunos momentos prefirió no revelar explícitamente su identidad, esto no significa que nunca lo hiciera. De hecho, en Juan 4:25-26; durante su conversación con la mujer samaritana ella menciona que espera al mesías y Jesús responde: “Yo soy el que habla contigo”. Esta es una afirmación directa de el mismo de que, Él, es el mesías, el salvador prometido por Dios. Además de esta declaración directa, Jesús cumplió con todas las profecías mesiánicas acerca del mesías, todas cumplidas en El, lo que refuerza aún más su identidad como el mesías. A lo largo de su ministerio, las obras y milagros también confirmaron su identidad como el mesías. Sanó a los enfermos, resucitó a los muertos, dio vista a los ciegos y predicó el evangelio a los pobres; cumpliendo así muchas de las profecías del antiguo testamento sobre lo que el mesías haría. Estos actos no solo demostraron su poder divino, sino que validaron su misión como el ungido de Dios, el que traería la salvación al pueblo de Israel y a toda la humanidad; por lo tanto, es incorrecto afirmar que Jesús nunca se identifico como el mesías. No solo lo dijo de manera explícita, como en su conversación con la mujer samaritana, sino que su vida, su enseñanza y su milagro confirmó que Él era el cumplimiento de las promesas mesiánicas.

9.- Jesús no experimento sufrimiento real.

Algunas personas creen que, debido a su divinidad, Jesús nunca sufrió dolor humano, ya que su naturaleza divina lo había protegido del dolor. Sin embargo, esa creencia es incorrecta, y solo es una vana especulación sin fundamento bíblico. Jesús experimento sufrimiento genuino, tanto físico como emocional; durante su vida y durante su pasión y crucifixión. En hebreos 4:15; se afirma que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Esto significa que, aunque era devino, vivió plenamente la experiencia humana, incluyendo el sufrimiento. Durante su crucifixión soporto dolor extremo, además en la cruz; Jesús también experimento un sufrimiento espiritual al sentirse momentáneamente separado de Dios como lo indica su clamor “Dios mío, Dios mío porque me has abandonado”. Por lo tanto, Él, no solo experimento el dolor físico de la cruz sino también angustia emocional y separación espiritual; su sufrimiento fue real y completo lo que le permite identificarse con nuestras propias aflicciones.

10.- Jesús aprobaba la violencia en su nombre.

A veces algunas personas justifican la violencia en nombre de Jesús creyendo que el apoyaría el uso de la fuerza para defender su causa o imponer su mensaje, este mal entendido ha llevado a trágicas interpretaciones a lo largo de la historia; como la santa inquisición, los que utilizaron métodos violentos y crueles, como torturas y ejecuciones para purificar a los herejes en nombre de la fe cristiana. Sin embargo, esta interpretación de Jesús es completamente errónea, ya que Él enseño siempre sobre la paz, el amor y el perdón. La refutación de ese error se encuentra en Mateo 26:52; cuando tras el arresto de Jesús en el huerto de Getsemaní, Pedro saca su espada y corta la oreja de un siervo del sumo sacerdote; Jesús lo reprende severamente diciendo: “vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán”. Con esta declaración, Jesus rechaza la violencia como medio para avanzar su reino. Su mensaje no fue de lucha armada sino de paz, amor y reconciliación. A lo largo de su vida, Jesús predico el amor a sus enemigos, el perdón y la reconciliación, como se ve en Mateo 5:44; donde dice: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Esta enseñanza es clara, la violencia no tiene cabida en la vida de Jesús.

11.- Resucitó solo espiritualmente, no físicamente.

Algunas personas sostienen que la resurrección de Jesús no fue un evento físico, sino, una experiencia espiritual o simbólica. Según esta interpretación, Jesús resucito en espíritu, vivió en los corazones de los creyentes, pero su cuerpo no resucito realmente. Sin embargo, esta consideración contradice los relatos bíblicos, los que afirman de manera clara que Jesús resucito con un cuerpo físico, real. En el evangelio de Lucas 24:39-43; después de su resurrección, Jesús se muestra a sus discípulos y les dice: “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”.

Jesús no solo les muestra sus heridas, sino que come con ellos, confirmando que su resurrección fue física, no solo espiritual; además en Juan 20:27; Jesús invita a Thomas a tocar sus heridas para que deje de dudar y crea. Esto refuerza la idea de que la resurrección de Jesús fue física, ya que el mismo invito a sus discípulos a interactuar con su cuerpo resucitado. La resurrección física de Jesús es crucial para la fe cristiana, ya que valida su divinidad y su victoria sobre la muerte, como se afirma en 1 Corintios 15:17; donde dice: “y si Cristo no resucito, vuestra fe es vana”.
La resurrección no fue solo un acto espiritual, sino un milagro físico que garantiza la esperanza para la resurrección futura de todos los creyentes.

12.- Jesús no regresara.

Algunas personas dudan de la promesa de que Jesús regresara, pensando que este regreso es una metáfora o una enseñanza irrelevante para el cristianismo actual. A menudo este escepticismo ocurre por la percepción, de que han pasado muchos siglos desde la ascensión de Jesús sin que se haya cumplido esta promesa. Para algunos el regreso de Jesús parece más una esperanza mística que una realidad futura. Sin embargo, la enseñanza bíblica sobre la segunda venida de Cristo es clara y enfática y esta promesa es un pilar fundamental de la fe cristiana. La refutación a este error se encuentra en varias declaraciones de Jesús, en Juan 14:3; dijo a sus discípulos: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomare a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Esta promesa no es una figura del lenguaje ni una figura abstracta, Jesús habla con una certeza sobre su regreso físico y personal. Su regreso es la culminación de su obra redentora y Él lo presenta como un evento futuro real, donde Él mismo tomará a sus seguidores para estar con ellos en su morada celestial. La segunda venida de Cristo es la esperanza central que sustenta la fe cristiana. Por la tanto la segunda venida de Cristo no solo es una promesa de esperanza para el futuro, sino un fundamento esencial para la fe cristiana que espera con anhelo la consumación de la obra de Dios en la historia.

13.- Jesús no hizo milagros.

Algunas personas creen que los milagros que hizo Jesús no fueron eventos reales, sino que deben interpretarse como símbolos o lecciones espirituales. Según esta visión las sanidades y otros milagros no serían literales sino metáforas para transmitir mensajes sobre el poder espiritual de Jesús. Sin embargo, esta interpretación minimiza la verdadera importancia de los milagros en la vida de Jesús. La refutación de este error se encuentra en los evangelios que documentan con claridad los milagros de Jesús como hechos reales. En Mateo 11:4-5; Jesús mismo señala los milagros que está realizando como prueba de su identidad divina: “Los ciegos ven, los cojos andan, los muertos son resucitados”. Esto demuestra que los milagros fueron signos concretos de su poder divino, no solo representaciones simbólicas. Los evangelios contienen numerosos relatos de milagros que Jesús realizó de manera tangible, como la sanación del leproso, o la resurrección de la hija de Jairo; estos eventos no son meras ilustraciones sino intervenciones divinas que trasformaron la realidad física y espiritual de las personas. Cada milagro resalta el poder de Jesús para cambiar el rumbo natural de las cosas.

14.- Jesús no enseño sobre el infierno.

Según esta idea Jesús nunca hablo del infierno de manera clara o directa, y lo que se conoce como el castigo eterno fue una visión hecha por la iglesia en épocas posteriores. Esta visión, sin embargo, no esta respaldada por las enseñanzas de Jesús en los evangelios, donde Él hablo repetidas veces sobre el infierno y sus terribles consecuencias. En Mateo 10:28; Jesús advierte: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Aquí Jesús no solo menciona el infierno, sino que también lo describe como un lugar de castigo eterno, subrayando la importancia de temer a Dios, quien tiene el poder de juzgar a las almas. Otra de las enseñanzas claras de Jesús sobre el infierno se encuentra en Lucas 16:23; el relato del rico y Lázaro; Jesús describe al rico como estando en el lugar de tormento, después de su muerte, un lugar de sufrimiento eterno; mientras que Lázaro el pobre, es consolado en el ceno de Abraham. Además de esos ejemplos Jesús también habla sobre el infierno en otros pasajes. En Mateo 5:22; El advierte: “cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedara expuesto al infierno de fuego”. Esta enseñanza refuerza la gravedad de nuestras palabras y nuestras actitudes hacia los demás. El infierno es un lugar real y no un lugar simbólico.

15.- Jesús fue creado por Dios.

Una creencia errónea que ha sido promovida por algunos grupos. Es que Jesús no es eterno, sino que fue creado por Dios en un momento del tiempo. Según esta interpretación Jesús seria una criatura como cualquier otra, un ser que comenzó a existir en algún punto de la historia y no un ser divino eterno. Este error esta en desacuerdo con la enseñanza central de la iglesia cristiana sobre la naturaleza de Cristo y de su relación con Dios. Las escrituras dejan claro que Jesús no fue creado, sino que es eterno y siempre ha existido como parte de la trinidad. En Juan 1:1,14; el apóstol afirma de manera inequívoca: “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios”. “Y aquel verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Este versículo es fundamental para entender la naturaleza divina de Jesús. El verbo (en griego Logos), se refiere a Jesus quien ya existía en el principio, es decir desde antes de la creación del mundo y no fue creado, sino que siempre ha existido en perfecta unidad con Dios el Padre. Además, en Juan 1:14; se explica que el verbo se hizo carne y habito entre nosotros refiriéndose a la encarnación de Jesús en la persona humana de Él; esto subraya que Jesús como eterno es el Dios mismo que se hizo humano para habitar entre los hombre, siendo el hijo, pero con la misma naturaleza del Padre. El concepto de la eternidad de Jesús es esencial para la doctrina cristiana, ya que implica que Él no es solo un profeta, ni ninguna figura creada, sino que es el Dios mismo encarnado, coeterno con el Padre y el Espíritu Santo. Queridos lectores, siempre ha habido personas que pretenden distorsionar la figura de Jesús de Nazaret presentando un Jesús falso que no tiene base en la biblia, es por esto por lo que debemos estar siempre alerta y vigilantes, denunciando las herejías que difunden los hijos del maligno. Sabemos que Jesús pronto volverá en gloria.

Por: Dr. Javier Dotel.

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