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19 de abril 2024
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OpiniónRamón SabaRamón Saba

Yury Parra

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Nació el 18 de mayo de 1984 en Santo Domingo, pero desde los tres años reside en Puerto Plata (La novia del Atlántico), a la que ama tanto que considera su tierra natal. Su nombre completo es Yury María Parra Tio.

Ensayista, historiadora, teatrista, narradora, articulista y profesora. En el 2011 se graduó con honores de licenciada en Educación, mención Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Uasd); luego completó una maestría en Historia Dominicana por el mismo alto centro de estudios en el 2013 y finalmente se recibió de doctora en Historia del Caribe por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en el año 2020. Como parte de su formación académica hizo tres diplomados: Tutor Virtual Educativo, Arqueología Social y Arte y Folklore Dominicano, todos por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Uasd). Ha laborado como profesora de Historia Dominicana para la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa) y en el politécnico Profesor Javier Martínez Arias del Ministerio de Educación; así como catedrática de la Escuela de Historia y Antropología, facultad de Humanidades, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En el haber bibliográfico de Yury Parra se encuentran los títulos Carmen Natalia Martínez, Dictadura, Literatura y Resistencia (2018) y Cuentos cortos que no muerden (2021). Aparte de estas obras ha publicado una serie importante de artículos, entre los que se pueden mencionar  “Yo también tengo un sueño”; “La familia Martínez Bonilla: Valor en la resistencia a la dictadura Trujillista”; “Puertoplateños participaron en marcha verde y continuarán en pie de lucha contra la corrupción e impunidad”; “¡Hacen falta faldas!”; “¡Ganamos Todos!” y “Mujeres, sufragio y dictadura”; entre otros más. Ha participado como conferencista en diferentes oportunidades, tales como hacer dictado una muy interesante denominada “Carmen Natalia Martínez, Dictadura, Literatura y Resistencia”, como discurso de presentación del libro que lleva ese mismo título, en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Yury Parra es precursora del proyecto artístico-histórico “Literatas», cuya preocupación principal es reivindicar en las pasarelas el gran aporte de las mujeres dominicanas, a través de espectáculos teatrales fundamentados en investigaciones sobre diferentes épocas de nuestra historia. Participó en la VI Feria Internacional del Libro Domínico-Hispano 2017 en la ciudad de Orlando, Florida, dedicada a la escritora Aída Cartagena Portalatín y en 2019 representó al país en el Festival del Caribe 2019, realizado en Santiago de Cuba, con el monólogo: “La enemiga”, en homenaje póstumo al escritor y abogado dominicano Virgilio Díaz Grullón; es además teatrista perteneciente al grupo Bálsamo, es estatua viviente y ha participado en los talleres y concursos literarios “Por nuestro país primero”, de la Sociedad Cultural Renovación Puerto Plata.

Entre los varios reconocimientos y premios que Yury Parra ha recibido, podemos resaltar que en el 2017 le fue otorgado el Premio Municipal de la Juventud de la provincia de Puerto Plata; en el 2019 recibió el mayor galardón otorgado en la República Dominicana a los jóvenes, como ganadora del Premio Nacional de la Juventud, en el renglón Desarrollo Cultural (Arte y Cultura) y ese mismo año recibió el reconocimiento: “Joven del Año”, en los premios “Puertoplateños Sobresalientes”.

El escritor Fausto Aybar nos relata que los cuentos de Yury Parra nos hablan de desigualdad social, el continuo golpeteo de una sociedad patriarcal hacia la mujer. Ella crea un híbrido entre la modernidad y lo cotidiano en un pueblo amarrado a su quehacer diario, eso lo podemos percibir en su cuento “La consulta”, donde habita un lenguaje fluido con técnica de ironía literaria. Divisa que en el vientre de su creación narrativa nacerán muchos libros, porque ella es como un volcán en erupción, con un estilo de comunicación que los tiempos actuales exigen. En Yury Parra, Puerto Plata y el país tienen una nueva representante de la literatura dominicana; el tiempo y su disciplina se encargarán de llevarla a otras latitudes del quehacer escritural.

 Finalmente, la catedrática, escritora e historiadora dominicana Luisa Navarro considera que Yury Parra se desata de los lazos del poder que ejercen los gurús de la historia sobre la escritura y en un gesto valioso y valeroso se cuelga de las velas de la libertad de escritura que Carmen Natalia Martínez Bonilla desplegó. Rasga en el aire las relaciones de poder que históricamente han signado la producción académica y decide hacer una arena del conflicto, un bello campo de batalla, desde donde plantear su enfrentamiento teórico a lo establecido y desde donde pueda ofrecer una mirada de Carmen Natalia fresca, actual, vida y vibrante. No hay que dudar que se trata de una confrontación con los poderes hegemónicos en los grandes espacios que dominan los grandes nombres de una escritura oficialista abierta y vedada, como también es un estandarte de reivindicación de la voz de una mujer que dio a la sociedad dominicana un posicionamiento de género de clase desde la literatura.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un fragmento de uno de los textos de la obra Cuentos que no muerden de Yury Parra:

La consulta

  Como siempre: una multitud le esperaba. Ese día, las fuertes lluvias desbordaron a raudales los ríos. El agua impetuosa se filtró por las rendijas de las puertas de las viviendas más altas del centro de la ciudad, inundándolo todo. La larga fila de vehículos flotantes aguardaba frente a la catedral. El doctor Borbón era el médico más respetado del pueblo, su prestigio y renombre le permitieron tener pacientes que le visitaban de muchas partes del mundo. Era bajo de estatura, robusto y de caminar pausado.

El tiempo había marcado su ritmo después de 65 años de afán. Por primera vez guardó silencio. Por primera vez no tenía la solución a las dolencias de sus pacientes que le esperaban; ni prescripción, ni ingresos, ni cirugías. Nada. Por primera vez, todos sus pacientes, familiares y amigos hicieron una cita juntos. Su consultorio ahora medía 0,90 metros de ancho, 0,75 metros de altura y 2,60 metros de profundidad.

 

Por Ramón Saba

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