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19 de abril 2024
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Yrene Santos

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Nació el 27 de junio de 1963 en Villa Tapia, provincia Hermanas Mirabal. Radica en la ciudad de New York desde hace muchos años, convirtiéndose allí, en una de las voces poéticas dominicanas más activas y reconocidas en esa gran urbe. Su nombre completo es María Yrene Santos López.

Poeta, narradora, activista cultural y profesora. Estudió Arte Escénico en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Tiene una maestría en Literatura hispanoamericana de la Universidad de la ciudad de Nueva York. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudió Educación, mención Filosofía y Letras. Es profesora adjunta en City College, York College y St. John’s University. Fue una de las fundadoras de la Tertulia de Escritoras Dominicanas en Nueva York, dirigida por Daisy Cocco de Filippis. Es miembro de la organización Latino Artists Round Table (LART) que conduce la escritora cubana Sonia Rivera-Valdés. También forma parte del comité de la Feria del libro Hispana/Latina de Nueva York, dirigida por el escritor y activista cultural Juan Tineo. Junto a los escritores Carlos Aguasaco y Carlos Velásquez Torres, organiza The Americas Poetry Festival of New York (TAPFNY) y es co-editora de las antologías del mismo festival (2014, 2015 y 2016).

Yrene Santos ha participado en conferencias, ferias de libros y festivales internacionales de poesía en muchos países, fuera y dentro del continente americano, tales como Ecuador, Bolivia, Colombia, Estados Unidos, México, España, Cuba, Puerto Rico, Honduras, El Salvador y por supuesto, República Dominicana. En el 2005 y el 2006, también participó en los Retiros de Teatro Ay Ombe, dirigido por Josefina Báez en Pirque, Chile.

En su haber bibliográfico se detecta una buena cantidad de obras de su autoría, entre los que podemos señalar Desnudez del silencio, Reencuentro, El incansable juego, Por si alguien llega, Después de la lluvia, Me sorprendió geométrica, Por el asombro y Septiembre casi termina y otros poemas. Es co-autora del libro: Desde la Diáspora: Cuentos y poemas de niños y niñas dominicanas. Muchos de sus textos figuran en importantes antologías nacionales e internacionales, entre las que podemos mencionar a Trazos, Revista literaria y cultural, Trazarte, Campo de los patos, Poesía norteamericana, Revista asturiana de cultura,  La palabra rebelada, Ensayos críticos sobre escritoras dominicanas del siglo XX. Juego de imágenes (San Juan, Puerto Rico), Para que no se olviden: The Lives of Women in Dominican History (New York), Evas terrenales: Conversación entre escritoras del Caribe hispano  (New York: Centro de Estudios Puertorriqueños), Tertuliando/Hanging Out y I Coloquio Internacional: Identidades Culturales y Presencia Latina en los Estados Unidos. La Habana, Cuba 2011; entre muchas más. Textos suyos han sido traducidos al inglés, italiano y francés.

 Yrene ha sido receptora de importantes reconocimientos, siendo los más renombrados que se le dedicara La X Feria del Libro Dominicano, Nueva York 2016, organizada por el Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos. En el 2013, también se le dedicó la 10 Feria Internacional del Libro de Escritoras Dominicanas, organizada por el Centro de Desarrollo de la Mujer dominicana (DWDC) en Nueva York. Su poema “Perdí las palabras” fue interpretado por el teatro Pregones, dirigido por la actriz y directora puertorriqueña Miriam Colón en el 2012. En enero del 2009, presentó en el teatro IATI una lectura poética titulada: “Por si alguien llega”, bajo la dirección del poeta y dramaturgo dominicano José Miguel de la Rosa. Con Carlos Aguasaco grabó un disco compacto de poesía titulado Mano a mano.

La poeta y escritora infantil Isella Carrera Lamadrid, encuentra en la poesía de Yrene Santos a una mujer que observa el sol ante un camino que se estrecha, siguiendo de largo y sin titubeos porque conoce muy bien el movimiento que sugieren las nubes. Leerla es una vivencia íntima con sus palabras, es la más acertada manera de tomar sus poemas, así se percibirá el momento en que cada verso se sublima hasta quedarse intensamente en lo más alto, poquito después de haber pasado la lluvia.

Por otro lado, la escritora Daisy Cocco De Filippis estima que por encima de lo prosaico o mejor dicho, elevando lo prosaico a nivel poético, Yrene Santos logra compartir con nosotros la felicidad que ha podido encontrar a través de la palabra, y al hacerlo, aporta a las letras dominicanas en Nueva York una voz femenina, fuerte, sensual, lírica y sobreviviente. De rumba nos vamos, con ella, a celebrar su palabra.

El profesor Carlos Aguasaco, catedrático de Español y Estudios Culturales Latinoamericanos de The City University of New York, recuerda que cuando ella se integró al taller Literario César Vallejo, Yrene Santos dio un rumbo definitivo a su carrera literaria. La llamada Generación De los Ochenta incluía entre sus voces más prominentes a la poeta que desde entonces deslumbraba con una poesía tan erótica como metafísica, tan cotidiana como alegórica

Por último, el escritor y Director de la Academia Dominicana de la Lengua Bruno Rosario Candelier, manifiesta que Yrene Santos emerge al escenario literario nacional en 1987, con una expresión libérrima  y resuelta, auténtica y sentida, tal como se manifiesta en su obra Desnudez del  silencio,  un cauce abierto a la expresión íntima y desde una vertiente sexista arranca desnuda y transparente, con la voz henchida de pasión y entrega, con el silencio trocado en imagen vibrante y diciente, con la expresión transmutada en aliento parlante y creador.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un poema de Yrene Santos:

 

La mujer

 

Hoy he visto a una mujer llorándole los huesos
en ellos los recuerdos se aposentan
entretejen su sueño tan estropeado como sus pies
sus manos, sus senderos de carne
mientras cabizbaja, sus ojos cerrados se deslizan a la tierra
su espalda semi desnuda piensa rumores de los años vividos
las memorias se pierden con el hambre
el hambre catapulta cualquier gesto de alegría
Hoy he visto a una mujer envuelta en un rosado
hasta donde comienzan sus dos rumbos
con la cabeza cansada y su pelo de una pulgada
tocando su vientre ancho y las rodillas
en un escalón cualquiera de una estación del tren.
Muchos pies menos, a esta hora arrastran la fatiga de un día largo
menos y menos dedos afincan la ternura que instantes atrás
rozaron brazos, muslos vientres o se geometrizaron
en algún sofá tibio una cama caliente o un suelo fresco
Y a esa mujer, hoy en mi cartera me la he traído
para mantenerla viva digna plena,

en una habitación de mis libreros.

 

Por Ramón Saba

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