EL NUEVO DIARIO, EEUU.- Gary Sánchez posó para selfies y firmó autógrafos tras preparar un par de emparedados en una bodega del Bronx. Gleyber Torres bailó con ancianos en un centro de asistencia en Manhattan. Otros prospectos acudieron a un debate abierto en un restaurante de Times Square.
En enero, los Yanquis de Nueva York hicieron algo poco frecuente: promocionarse.
Algo necesario para presentar a un grupo de jugadores que representan su futuro y también para generar entusiasmo por el producto, luego de un declive en la concurrencia en el Yankee Stadium.
Los Yanquis son un equipo en transición, uno que no renuncia a participar en la postemporada, pero que al mismo tiempo piensa en su futuro.
Cuando abran la campaña regular en Tampa Bay, la alineación del manager Joe Girardi incluirá a tres piezas que forman parte de ese porvenir. Se trata del receptor Sánchez, el primera base Greg Bird y el jardinero derecho Aaron Judge.
Pero el verdadero potencial no se alcanzará hasta que debuten otros prospectos, como es el caso del campocorto Torres, el jardinero Clint Frazier y los pitchers James Kaprielian y Justus Sheffield.
"Hace tiempo que no teníamos tanto joven, probablemente desde quizás 1996", comentó Girardi. "Pero ese fue un grupo de jugadores jóvenes que tuvo mucho éxito".
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