El bacheo ha pasado de moda. El uso de la carretilla para tapar los hoyos de las calles y las carreteras desapareció, y evidentemente no ha sido por su falta de efectividad.
Es posible que el interés de quienes se mueven en torno a las inversiones públicas, las pequeñas cosas han dejado de ser atractivas. Hemos abandonado la política de mantenimiento y preferimos reconstruir en vez de reparar.
Tal vez hoy la carretilla sería una pequeña unidad vehicular cargada de asfalto y materiales básicos para arreglar baches y solucionar dificultades.
Las autoridades reaccionaron por los puntos específicos de la Leopoldo Navarro y la San Martín.
Volvamos a la carretilla para reparar y haremos felices a muchos.