Hablando con los europeos que viven en sus países y que padecen los efectos y las consecuencias del conflicto ruso ucraniano en el que han quedado involucrados todos los miembros de la OTAN, podemos verificar la incertidumbre que genera este problema, particularmente a Europa.
La inflación ha sido severa para la economía y por tanto para las familias. Y los gobiernos están pagando un alto costo en armamentos en apoyo a Ucrania. Incluso, las perspectivas apuntan a que se tendrá que rearmar a muchas naciones europeas, aunque es algo que no se tiene claro cómo puede suceder.
Desde el mismo centro de Europa puede apreciarse mejor la realidad de vivir en incertidumbre, en este caso por el conflicto en la Europa del Este.
Es claro que el mundo no volverá a ser igual como antes de este problema surgido por la seguridad de las naciones envueltas. Sin embargo, siempre queda la esperanza de que unas buenas negociaciones puedan poner fin a este conflicto y recuperar la paz y restablecer la economía.