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20 de abril 2024
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OpiniónManuel Hernández VilletaManuel Hernández Villeta

Violaciones constitucionales

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La Constitución debe estar por encima de las apetencias coyunturales. No puede ser un libro para leerlo cuando se piensa se le puede sacar provecho personal o grupal. Para muchos la Carta Magna no pasa de ser  un simple pedazo de papel que se puede violar impunemente.

La Constitución es lo que norma la vida en civilización. Las instituciones dominicanas no se pueden fortalecer, si la constitución tiene sus páginas manchadas. No es la Constitución la que falla y acomete injusticias y torpezas, son los hombres con sus apetencias personales, los que la convierten en un libro sin peso.

Desde el nacimiento de la república, los dominicanos han luchado por tener una Constitución que sea firme, que se respete, que dicte las normas de la vida pública y privada. Se ha logrado, pero también se ha fracasado.

La razón se ha impuesto a la barbarie. Trujillo hizo una Constitución a su forma y antojo, pero para ello tuvo que conculcar todas las libertades públicas y privadas, y llevo al país a la barbarie.

El deseo y derecho básico y fundamental de los seres humanos es vivir en libertad, dentro de un estado de derecho, donde se le respete su dignidad humana y las instituciones sirvan para  fortalecer la democracia.

Pero es  una aberración  una constitución fabricada como se hace un traje de sastrería, a la medida de las ambiciones. Violar la Constitución es un crimen, hacerle reformas a la carrera, por motivos coyunturales, es una afrenta nacional. Si la Constitución no es respetada por todo los dominicanos, caeremos en la barbarie.

Cierto que estamos en medio de una sociedad en ebullición, plagada de problemas económicos y sociales y con injusticias ancestrales, que se deben solucionar aplicando la ley, la justicia y las normas constitucionales.

En vísperas de las elecciones nacionales, la hora es buena para la meditación, y para hacer claros cumplidos de que se luchara por el fortalecimiento de las instituciones y de la democracia. Para comenzar a dar pasos hacia adelante,  se necesita el fortalecimiento constitucional.

Cualquiera nueva reforma  constitucional se deberá hacer previa a la convocatoria de un plebiscito. Las cámaras legislativas son presas de las pasiones y los compromisos, por lo que es necesario blindar la Carta Magna del partidismo ocasional.

En consecuencia se  tienen que hacer las enmiendas necesarias para que cualquier cambio futuro, o modificación,  se haga por medio de un plebiscito popular, el cual luego tendría que ser oficializado por el respaldo del Congreso Nacional. Pasos necesarios para lograr una férrea protección a la ley de leyes. Hora es de ir fortaleciendo las normas institucionales. ¡Ay!, se me acabo la tinta.

Por Manuel Hernández Villeta

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