EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- En vísperas de arrancar el clásico Mes de la Patria, el educador nacionalista Luis de León se prepara para celebrarlo en grande, como cada año: con ofrendas florales, declaraciones de prensa, actos patrióticos. En esas actividades estará acompañado por un nutrido grupo de camaradas políticos y seguidores de la Fuerza Boschista.
Todos ellos, revestidos del mismo espíritu patriótico y dominicanista, van a realzar la fecha natalicia del patricio Juan Pablo Duarte (26 de enero), y luego completarán las celebraciones del Mes de la Patria: el nacimiento de Mella (25 de febrero), la Independencia Nacional (27 de febrero), el natalicio de Sánchez (9 de marzo) y las célebres batallas de Azua (19 de marzo) y de Santiago (30 de marzo).
Esas refriegas fueron el bautismo sangriento y glorioso del naciente ejército de la República, compuesto en su mayoría por campesinos descalzos y humildes que dejaron el pellejo en los campos de batalla. ¡Gloria eterna a su memoria!
Empinado sobre esas epopeyas, Luis de León cree que Haití ya tocó fondo y se hundió en el abismo económico, social y político, por lo cual llama a defender la soberanía nacional para evitar que esa catástrofe haitiana termine por hundir también a la República Dominicana.
Lo advierte con el pecho henchido de emoción patria, invocando la copiosa solidaridad dominicana hacia los hermanos haitianos. Nadie ha sido más solidario con ellos que la gente dominicana.
Él está consciente de la poderosa amenaza que acecha a la nación y eleva su grito patriótico:
«Ha llegado la hora de ponerse de pie y de realizar toda una campaña en los diferentes sectores sociales, educativos y culturales, respecto a que la República reafirma el pensamiento de Juan Pablo Duarte, con su frase lapidaria de que ‘La República Dominicana es soberana e independiente de toda potencia extranjera, o se hunde la isla’. Ellos allá y nosotros aquí».
Lo dice en El Nuevo Diario, donde pregona su voz de alerta ante todos los sectores del país: la tragedia haitiana está tan cerca que podría tocar suelo dominicano.
